Apartadero (puentes)En la arquitectura de puentes, un apartadero o balconcillo es una zona de parada de peatones o descanso en los márgenes de la calzada o tablero —normalmente encima de los pilares, contrafuertes o tajamares, en puentes antiguos, o de las aletas o estribos, en puentes modernos—, si bien también pueden estar en voladizo o en forma de púlpito.[1] Los pretiles que rodean los apartaderos forman parte integral de los parapetos del puente.[2] DefiniciónEn el Glosario de términos relacionados con puentes de fábrica, se define como «ensanchamiento que hay de trecho en trecho a los lados de los puentes para que puedan retirarse los que pasan y dejar paso a los que vienen en dirección contraria».[3] En otros idiomas, como el inglés y el francés, se usa la palabra «refugio» para estos elementos.[4] Son comunes en puentes de acceso a la ciudad, largos puentes fluviales, puentes dedicados al paso de vehículos y puentes turísticos, habiendo servido en el pasado para dejar paso a las caballerías,[1] mientras que en los puentes más modernos forman parte de la acerca.[5] Ocasionalmente, se utilizaban también como lugar de vigilancia (común en siglos pasados) o aduana.[1]En el caso de los tajamares, ya que muchas veces se trata de dos aspectos del mismo elemento, a veces se consideran palabras intercambiables, aunque sus objetivos arquitectónicos son distintos (uno sirve para repartir la corriente de agua y por ende reducir el empuje contra los pilares, y el otro sirve para el refugio de viandantes).[6] La forma de los apartaderos se ajusta, según el caso, a su objetivo, el diseño de los elementos con los que interactúa y a propósitos arquitectónicos y decorativos. Suelen ser semicirculares, triangulares, ojivales,[2] pentagonales (en la forma ⌂), en forma de baluarte y rectangulares (en menor medida). Cuando son semicirculares y anchos, reciben también el nombre de glorieta,[7] siendo muchas veces la superficie superior de un contrafuerte en forma de tambor.[7] Por otra parte, los apartaderos de forma más puntiaguda forman muchas veces espolones.[8] Debido a que son elementos que sobresalen del perfil del puente, muchas veces incluyen elementos decorativos como esculturas o fuentes en su interior,[9][10] o escudos estampados en su exterior.[11] En muchos de los apartaderos hay bancos o asientos para el descanso, y pueden servir como miradores para disfrutar de las vistas,[6] como en el Puente Viejo de Betanzos (sobre el río Mandeo) o el Antiguo Puente del Meno. Ambos son además clásicos ejemplos del combinado de apartaderos y tajamares.[6][12] Este tipo de apartaderos, por su función, se llaman muchas veces sencillamente descansos.[13] Ejemplos
Véase tambiénReferencias
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