Angiografía con fluoresceína
La angiografía con fluoresceína, también llamada angiofluoresceinografía, es un procedimiento clínico diagnóstico que se utiliza en medicina para el estudio de los vasos sanguíneos de la retina,[1] la capa de tejido sensible a la luz que se encuentra en el interior del ojo gracias a la cual es posible la visión. También es eficaz en la detección de fugas o daños causados a los vasos sanguíneos que la nutren. Es una herramienta útil en el diagnóstico y seguimiento de las enfermedades vasculares. DescripciónLos principios básicos de la angiografía con fluoresceína se basan en la comprensión de la luminiscencia y de la fluorescencia. Consiste en la administración intravenosa del fluoresceína sódica, un colorante hidrocarburo cristalino de color rojo anaranjado de bajo peso molecular. Este se difunde con rapidez por la mayoría de los fluidos corporales a través de la coriocapilar y circula por el torrente sanguíneo. Cuando llega a los vasos de la retina emite una fosforescencia característica que se puede captar mediante unas cámaras especiales. Las imágenes así obtenidas se imprimen en papel y permiten observar los vasos sanguíneos retinianos y comprobar si existen anomalías, como hemorragias, trombosis o embolias. El colorante absorbe la luz en el rango azul de longitudes de onda con un pico entre los 465 a 490nm y emite la luz entre los 500 y 600nm. Pese a que los espectros de emisión y absorción están bastante próximos, sólo es posible detectar las sustancias fluorescentes si se emplean los filtros de excitación y absorción adecuados. Esta técnica puede utilizarla el oftalmólogo para el diagnóstico y valoración de múltiples enfermedades, como la retinopatía diabética, la degeneración macular asociada a la edad, el desprendimiento de retina , la retinosis pigmentaria o la oclusión de los vasos retinianos como ocurre en la embolia de la arteria central de la retina y en la trombosis de la vena central de la retina. Fases
Hallazgos anormalesHiperfluorescenciaEl aumento de la fluorescencia se debe a la visualización aumentada de una densidad normal en el fondo de ojo o a un aumento del contenido de fluoresceína en los tejidos.
HipofluorescenciaLa baja o ausencia de fluorescencia se puede deber a obstrucciones ópticas de la densidad normal de la fluoresceína, perfusión no adecuada que tiene como consecuencia un bajo contenido de fluoresceína. Efectos secundarios y complicacionesLas reacciones adversas a la inyección intravenosa de fluoresceína pueden ir de leves a graves. Las reacciones leves son aquellas que presentan efectos transitorios que se resuelven por completo sin precisar ningún tratamiento, tales como náuseas y vómito. Las reacciones moderadas requieren intervención médica y en su mayoría se resuelven por completo, como son las tromboflebitis, prurito, urticaria, sincope, fiebre y necrosis tisular local, cambios de humor, desorientación. Las reacciones graves precisan una intervención intensa y pueden tener una recuperación variable o resultan, en ocasiones, fatales, como es el caso del edema laríngeo, broncospasmo, anafilaxia, shock, infarto de miocardio, paro cardiorrespiratorio y convulsiones. Véase tambiénReferencias
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