Amadeo I (episodio nacional)
Amadeo I es la tercera novela de la serie final de los Episodios nacionales de Benito Pérez Galdós, escrita en Santander y Madrid entre agosto y octubre de 1910, y publicada ese mismo año.[1] Su título hace referencia a Amadeo de Saboya y su breve reinado en España entre 1871 y 1873.[2] Es la primera novela de los Episodios Nacionales que abandona el realismo y la correspondencia cronológica con la Historia, barajando los parámetros de tiempo y espacio como en un cuento fantástico.[a] Para esta innovación literaria Galdós crea un nuevo personaje, Proteo (Tito) Liviano,[3] escritor y periodista de El Debate, ferviente republicano, buen orador y afortunado galán en la amenidad de sus conquistas amorosas en el Madrid decimonónico.[4] Con él, en la misma ensoñación, crea Galdós a Mariclío,[5] a imagen y semejanza que el personaje de la «Madre» El caballero encantado,[2] llamada también “Tía Clío Mariana”, una especie de musa o personificación de la Historia de España, mujer de elevada edad, aspecto cambiante y conducta extravagante, «personaje numinoso omnipresente», que toma a Tito bajo su protección y le transforma en «duendecillo invisible» para que actúe de observador de los acontecimientos históricos y se los transmita a continuación.[6]
Del entramado histórico, Galdós dedica páginas emotivas a la entrada en Madrid de Amadeo de Saboya, llamado por las Cortes para ser coronado rey de España, y cuyo primer acto oficial es asistir a las exequias de Prim. También describe la inestabilidad política que trasparentan los breves y sucesivos gobiernos de Ruiz Zorrilla, Sagasta, y Serrano, mientras que en Vascongadas y Navarra tiene lugar la insurrección fracasada de Don Carlos, nieto de Carlos María Isidro de Borbón, que intenta resucitar las guerras carlistas; proceso que concluye con el convenio de Amorebieta, pero al que sigue una insurrección republicana y un atentado fallido contra el propio Amadeo. Finalmente, se analizan las razones de la abdicación del monarca, a cuya dimisión sucedió la Primera República, con Figueras como presidente. El propio escritor vivió los sucesos narrados, y el personaje Tito Liviano no parece un personaje real, sino un desdoblamiento interior del autor,[3], el narrador «ubicuo y omniscente»[7] que le sirve a Galdós de heterónimo. Por ejemplo, el periódico en el que trabaja Tito Liviano, El Debate, fue dirigido por el propio Galdós entre 1871 y 1873.[8] Al comienzo de la historia, en el grupo de amigos del protagonista, se cita a un canario sin identidad, un guiño a su persona. El isleño introduce al protagonista en El Debate y veranea en Santander. Notas
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
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