Almacén automáticoUn almacén automático o almacén automatizado consiste en automatizar todas o la mayoría de las tareas que se realizan dentro de un almacén, el cual, es un espacio físico para el almacenaje de los bienes dentro de la cadena de suministro.[1] Es un sistema de almacenamiento especialmente diseño para soluciones logísticas que permiten incrementar al máximo los ratios de productividad, reducir el espacio necesario y el número de movimientos. Dicho almacenamiento puede adaptarse a diferentes entornos, según el sector y actividad del almacén pudiendo adaptar las instalaciones a, por ejemplo, entornos de frío y/o congelado. Bajo un estricto punto de vista, tan sólo se podría considerar un almacén automático aquel en el que los productos no son manipulados por ninguna persona desde el muelle de entrada al muelle de salida. Esta definición hoy por hoy nos abocaría a poder considerar almacenes automáticos sólo a los almacenes pulmón, es decir, a aquellos almacenes donde las referencias entran y salen en la misma unidad de embalaje, sin operación alguna de picking sobre las referencias, es decir aquellos almacenes donde no hay un proceso de ruptura del embalaje para las referencias orientado a la extracción de parte de la cantidad de una referencia almacenada en una posición en concreto. Es por ello que también se acepta esta denominación para aquellos almacenes donde el proceso de estiba y extracción está realizado por maquinaria automatizada.[2]
Tipo de almacenamiento automáticoEn función de las características de cada almacén, el almacenamiento automático puede estar compuesto por:
AutomatizaciónEl sistema informático del almacén (sea una fábrica o de un centro logístico) posee un software que controla todos los movimientos de palés o mercancías que se realizan en el centro, teniendo en cuenta movimientos que se realicen entre distintos almacenes del centro, mercancías que han de enviarse a la sección de expediciones, mercancías hacía los departamentos de picking, entradas de mercancías que han de ser almacenadas, suministro de materiales a las cadenas de montaje, retirada de productos terminados de las cadenas con destino a almacenaje, etc y éste calcula qué movimientos son más prioritarios y da las órdenes a todos los manipuladores (incluidos los transelevadores) que existen en el almacén para que cada mercancía llegue a su destino.[3] Todos los palés o unidades de almacenaje llevan incorporada una pegatina con un código de barras (u otro sistema) y a través de lectores, el sistema tiene identificados todos los palés del centro, las existencias y sabe en qué posición de la estantería se encuentra cada uno, pudiendo garantizar una perfecta trazabilidad de todas las mercancías o incluso a la hora de hacer expediciones sacar los productos con la fecha de caducidad más atrasada.[4] Ventajas de los almacenes automáticos
Referencias
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