La Rambla es desde hace siglos el centro alfarero principal de la provincia cordobesa española y con mayor número de talleres (53 en 1980), evolucionando desde las piezas y métodos tradicionales hacia formas de producción mecanizadas y la recuperación de cacharrería de loza estannífera tosca pero muy singular, en la línea de los diseños populares de Talavera de la Reina o Manises.[4][5] A finales de la década de 1970 se censaban veinte fábricas de cerámica y tres fábricas de materias primas y útiles para cerámica.[6]
Históricamente, La Rambla ha elaborado una alfarería blanca y porosa, típica en sus botijos (aquí llamados porrones), cántaros de una sola asa y de elegante perfil y un surtido de dornillos, orzas, jarras de cuatro picos o formas recuperadas como la botija de dos asas. La blancura, como en los alfares de Agost, Andújar u Ocaña, se conseguía mezclando con sal la pasta cerámica (el barro o arcilla preparado). La destreza de sus alfareros arroja datos como la producción de 160 botijos en doce horas de trabajo.[7] También se fabrica desde la década de 1950 loza vidriada con esmaltes y colores tradicionales, decorada con motivos vegetales y realizados por mujeres.[6]
En este emporio alfarero se celebra cada verano, y desde 1926, la feria artesana de cerámica más antigua de España.[8]
Lucena
Lucena, en la campiña de Córdoba, es mencionada por Madoz por la construcción de tinajas de 500 a 600 arrobas, que abastecían las bodegas de casi toda Andalucía,[9] para la conservación de aceite, vino, vinagre y aguardiente. El proceso se recoge museísticamente en el Centro tinajero de Lucena.
Típica y popular en esta localidad es la alfarería vidriada en verde, marrón y blanco, para orzas,[a] perulas,[b][10][11] lebrillos, bacines, morteros, etc.[12]
Cabe añadir información descriptiva sobre las referidas orzas de matanza, de perfil panzudo y con dos asas y borde resaltado, decoradas con una cenefa vegetal (las más pequeñas) o un ramo (las grandes),[c] siguiendo la técnica de origen andalusí conocida como "verde y manganeso".
Hinojosa del Duque
La producción de esta localidad situada al norte de la provincia, es más afín a las características de los grandes focos alfareros del sur de Badajoz. En los treinta talleres documentados en la década de 1940, se elaboraron cántaros de una o dos asas, orzas y los típicos "botijos de colgar", conocidos como barriles. También se fabricaron grandes tinajas (de hasta 30 arrobas de capacidad, además de piezas vidriadas como pucheros y cazuelas. Paralela importancia tuvo en Hinojosa la distribución de mercancías que los cargueros hacían en el territorio, llegando a Almadén, Badajoz o Santa Cruz de Mudela en la provincia de Ciudad Real.[13]
Cercano a Hinojosa, al este del valle de Los Pedroches, tuvo buena actividad alfarera y arriera el pueblo de Pozoblanco, que en 1940 contaba aún con una decena de talleres instalados en el propio domicilio del artesano y llamados "trabajaderos".[14]
Otros alfares
En Baena, famosa por sus cántaros producidos sin embargo en tres o cuatro meses al año por el imperativo de las labores agrícolas,[15] solo se conservan las formas y decoración de la alfarería vidriada para agua.[16]
De los alfares emplazados en la capital cordobesa en siglos pasados, destaca Seseña la característica de tener la rueda del torno excavada en el suelo del taller.[14] De la primitiva producción de cangilones, dornillos, lebrillos, zambombas o alfarería de agua, se pasaría progresivamente al modelado de piezas ornamentales o a la creación de puntos de venta turísticos.[16]
Conservando procesos de fabricación tan primitivos como duros y poco rentables, los alfareros aún activos en Bujalance en el siglo xx, produjeron diversos tipos de macetas, cántaros, dornillos para gazpacho y las populares y velazqueñas jarras de alcarraza.[14]
Montilla destacó en el siglo xix por la fabricación de tinajas a mano (sobre un "mojicón" de unos 65 cm de altura) siguiendo el procedimiento del urdido, del mismo modo que lo hicieran en la lejana Calanda, en Teruel.[17]
Notas
↑Decoradas con una sencilla cenefa vegeral o un ramito, en una variedad de tamaños, distinguidos por sus denominaciones, de mayor a menor: arrobera, cuartillera, pastoril, perrenga grande, perrenga chica, chica y levaurera.
↑Recuperando con precisión artesana formas antiguas de una cacharrería vidriada totalmente en verde oscuro, semejates a las trianeras pintadas por Velázquez o Julio Romero de Torres, entre otros.
↑El dibujo de los motivos epigráficos, geométricos y figurativos se consigue mediante la aplicación de óxido de cobre que le da la tonalidad verdosa, y óxido de manganeso (los tonos morado y negro).
↑Useros Cortés, Carmina; Belmonte Useros, Pilar (2005). Museo de cerámica nacional. Piezas de alfarería de toda España. Albacete, Museo de Cerámica Nacional. Chinchilla de Montearagón. p. 120. ISBN84-609-5626-1.
↑En el Museo de Costumbres y Artes Populares de Sevilla, las perulas expuestas tienen una altura media entre 20 y 22 cm. Cerámica popular de Andalucía, Editora Nacional, Madrid, 1984; p. 62. ISBN 84-276-0648-6