DornajoDornajo se llama a varios recipientes de diferente tamaño, material y uso, desde una artesa de madera, piedra u obra de alfarería para dar de comer a los animales, hasta una vasija similar a una olla de barro o un lebrillo.[1] UsosEn función de la zona geográfica, el dornajo se identificará con una pequeña artesa, un cajón vaciado en madera similar a un pesebre, o bien, una pila o tina labradas en piedra. En otros contextos puede aparecer como sinónimo de batea, gamella o gaveta, y sus usos serán tan específicos o variados como dar de comer a los cerdos en Extremadura y Andalucía, recipiente para fregar a modo de lebrillo, o "jarro u olla de barro" usada como medida de capacidad, según informa Joan Corominas en su Diccionario Crítico Etimológico de la Lengua Castellana, donde "dornajo" es voz derivada del occitano «dorna».[2] La Real Academia Española lo considera diminutivo de "duerna". En el enciclopédico de Espasa-Calpe se dan como correspondencias en otras lenguas: el «auge» francés, el «trogolo» italiano, el «trough» inglés y el «trog» alemán.[3] Dornajos literariosJosé Velarde, hábil rimador del Romanticismo español y socio de Zorrilla en el arte del drama en verso, describe en una estrofa de un poema dedicado a La era el uso tradicional del dornajo en el mundo rural:[4]
Un dornajo cervantinoEn la primera parte de El Quijote, Cervantes describe un dornajo que la gentileza de unos cabreros ha improvisado como asiento para ilustres invitados:[5]
Un dornajo esperpénticoDe nuevo como recipiente reciclado, el dornajo se convierte en carricoche esperpéntico en la imaginación de Ramón María del Valle-Inclán que al inicio de Divinas palabras lo describe así:[6]
Véase tambiénReferencias
Bibliografía
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