Aduana de SevillaLa Aduana de Sevilla era el centro que tenía por objetivo auditar y gravar las mercancías que llegaban a la ciudad. A partir del siglo XVI su relevancia crecería por gravar con el " almojarifazgo de Indias" las mercancías provenientes del Nuevo Mundo. HistoriaLa aduana de la ciudad había tenido varias sedes a lo largo de su historia. En 1520 se encontraba en el corral de vecinos de San Juan de Dios, en la calle Alfolí (actual calle Tomás de Ibarra).[1] De todos los impuestos el más importante era el almojarifazgo, que la Corona había concedido al cabildo municipal.[2] El almojarifazgo mayor era el que gravaba la entrada en la ciudad de objetos de lujo, como determinados cueros, telas con bordados de oro o plata, colorantes, especias, etc. En 1543 se creó el almojarifazgo de Indias, que gravaba los bienes que venían de América.[2] A petición del cabildo municipal la Corona decide instalar la Aduana en las naves 13, 14 y 15 (de un total de 17) de las atarazanas creadas por el rey Alfonso X en el siglo XIII. Las obras para adaptar las naves a tal uso comenzaron a final de 1577 de la mano del arquitecto Asensio de Maeda.[1] Esta construcción duró diez años y se inauguró en 1587.[2] En una de sus dos puertas se colocó una placa que rezaba:[2]
En 1634, Rodrigo Caro hizo una relación de los funcionarios (nombrándolos como "ministros") que trabajaban en esta institución:[3]
Fue arrasada por un incendio el 7 de mayo de 1792 y reconstruida por orden de Carlos IV. En sus dos fachadas había sendas lápidas de mármol con el texto:[4]
Este edificio fue utilizado como aduana hasta bien entrado el siglo XX, en que se trasladó a otro lugar. Ya abandonado, se decidió demolerlo. Ocupaba las naves 13, 14, y 15, aunque se demolieron también la 16 y 17, que fueron antaño depósitos de azogues. Las naves 16 y 17 eran colindantes y estaban en el extremo sur de las Atarazanas. Poco después comienza a ser edificada en esa misma parcela el edificio de la Delegación Provincial de Hacienda del Gobierno de España.[5] En 1944 se paraliza su construcción, por descubrirse restos arqueológicos de la mencionada Casa del Azogue[6] finalizándose en 1953. El edificio que se construyó era de estilo neoclásico y fue diseñado por el arquitecto José Galnares Sagastizábal (1904-1977).[5] No es el único edificio de hacienda pública que hay en el entorno, ya que a escasos metros, en el antiguo teatro Coliseo España, se encuentra la Delegación de Hacienda de la Junta de Andalucía. Véase tambiénReferenciasBibliografía
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