Acusaciones de genocidio en el DombásLas acusaciones de genocidio en el Dombás por parte de Rusia son una serie de acusaciones contra el Gobierno ucraniano sobre supuestas acciones genocidas contra la población prorrusa del país, siendo esta una de las razones argüidas para justificar la invasión a Ucrania en 2022.[1] En la Corte Penal Internacional, Ucrania presentó una demanda contra Rusia por tales acusaciones, sobre las que los tribunales no hallaron evidencias que sustenten las acusaciones rusas. Acto seguido, instaron al Gobierno del Kremlin a «suspender de inmediato las acciones militares» contra el país vecino.[2] En un informe elaborado por treinta académicos especializados en leyes jurídicas y genocidios afirmaron que las acusaciones rusas son en realidad «una acusación en el espejo», sirviendo a la Federación Rusa para incitar al genocidio contra los ucranianos.[3][4] AcusacionesEn Ucrania hay una importante comunidad rusófona que reside en los óblast del este y del sur, siendo mayoría en Donetsk y Lugansk. A comienzos de 2014, quien fuera presidente, el prorruso Víktor Yanukóvich huyó a Rusia en medio de las protestas de la población proeuropeísta. En consecuencia, las dos provincias declararon unilateralmente la independencia dando inicio a una guerra civil. Al mismo tiempo, el recién establecido gobierno proeuropeo, desde Kiev, buscó que la lengua dominante en el país dejara de ser el ruso en favor del ucraniano. Desde entonces, el Gobierno ruso ha acusado al ucraniano de «perseguir y reprimir» a la población rusófona.[5][6] En enero de 2017, treinta y tres diputados ucranianos propusieron un proyecto de ley para el idioma oficial que debía ser aprobado en la Rada Suprema con el objetivo de que el ucraniano fuese lengua vehicular. Esta propuesta provocó indignación en Rusia. De hecho, varios legisladores criticaron el proyecto de «masacre lingüistica perpetrada por los nacionalistas ucranianos».[7]
El 10 de diciembre de 2021, Vladímir Putin declaró en una conversación con la Sociedad Civil y el Comité de Derechos Humanos: «Podemos ver claramente la situación del Dombás. Por supuesto, es una reminiscencia de lo que habéis mencionado: genocidio».[5] El 23 de febrero de 2022, ante la escalada de las tensiones en la frontera ruso-ucraniana, el Gobierno ucraniano hizo un llamamiento a la comunidad internacional en la Asamblea General de las Naciones Unidas con el fin de que detuviesen los planes de agresión. El representante permanente de Rusia declaró: «en vista del evidente genocidio, el derecho a la vida, como el más importante de todos los derechos humanos, está siendo violentado, y nuestro país no puede permanecer indiferente respecto al destino de los cuatro millones de personas del Dombás».[9] Al día siguiente se produciría la invasión a gran escala de Ucrania y Putin se dirigiría mediante un mensaje televisado en el que justificaría el inicio del conflicto: «El "autodenominado" mundo civilizado ha preferido mirar hacia otro lado como si el terrible genocidio que cuatro millones está sufriendo nunca hubiese sucedido»,[10] y añadió: «Rusia debe empezar las "operaciones militares especiales" (sic) para proteger aquellos que sufren acoso y persecuciones en el este de Ucrania».[11] Durante una reunión en la Comisión de Derechos Humanos con Putin llevada a cabo el 29 de marzo, este insistía en el «maltrato» en las regiones rusófonas y añadió: «la "rusofobia" es la causa del genocidio, y el primer paso es tomar medidas extremas, y no permitir que se minimice».[6] Yevgueni Prigozhin, líder del grupo mercenario Wagner combatiente por el bando ruso realizó unas declaraciones en las que contradijo las acusaciones del Kremlin al afirmar que: «no hubo ninguna escalada del conflicto por parte de Ucrania antes del 24 de febrero [de 2022] al igual que tampoco hubo planes de invadir ni Rusia ni el Dombás».[12] ReaccionesSin embargo, la OSCE, organismo que ha estado monitorizando el conflicto de Ucrania desde 2014, declaró que no han hallado evidencias que respalden la postura rusa de un supuesto «exterminio sistemático de la población prorrusa del Dombás».[13][14] El 26 de febrero de 2022, el Gobierno ucraniano presentó una demanda ante la Corte Internacional de Justicia en la que afirmó que las acusaciones de genocidio recibidas son falsas y que no suponen justificaciones legales para iniciar una invasión.[11] El 16 de marzo, la CIJ exhortó a Rusia a que cesase de inmediato las operaciones militares declarando que «Ucrania tiene el derecho razonable a no aceptar ninguna acción militar en su territorio por parte de la Federación Rusa con el pretexto de castigar a estos por un supuesto "genocidio"».[15][2] Melanie O'Brien, presidenta de la Asociación Internacional de Académicos del Genocidio (IAGS) publicó una declaración ante la agencia Reuters en la que condenó la «apropiación indebida y abuso del término genocidio» y añadió que Rusia infringió dos artículos de la Convención de Ginebra de 1948.[4]
Más directo fue el canciller alemán Olaf Scholz, quien definió las acusaciones de Putin de «ridículas», y que «no existen pruebas de ningún genocidio en el este de Ucrania».[10] Véase también
Referencias
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