Universidad de garajeUniversidad de garaje, universidad patito en México,[1] Mickey Mouse degree en países como Canadá[2], universidad chanta en Chile, universidad bamba en el Perú o universidad de cartón es un término usado para referirse a universidades, otras instituciones de educación superior, grados académicos, diplomados o cursos percibidos como irrelevantes, de baja calidad o sin validez oficial aplicados a un segmento específico dentro del sector privado, conformado por establecimientos que ofrecen educación superior mediante una mínima dotación de infraestructura, recursos académicos limitados y una ostensible ausencia de controles de calidad. El término es un eufemismo, originado en el uso común de las palabras 'de garaje', 'patito', 'chanta' o 'bamba' como peyorativo para referirse a la improvisación y baja calidad de estas instituciones. Este concepto tomó relevancia luego de su uso frecuente en periódicos y tabloides de Hispanoamérica. OrígenesLa palabra “patito” comenzó a usarse a mediados de los años ochenta, en el mundo de los consumidores de cómputo -principalmente los más jóvenes- para establecer la diferencia entre equipos originales, de marca, fabricados con componentes genuinos, y cualquier variedad que careciera de esos atributos: los sin marca o “marca patito”. Seguramente la extensión del término corrió pareja a la inundación en el mercado de productos de imitación. De ahí saltó a otros ámbitos hasta adquirir carta de naturalización en el habla popular urbana, en el discurso público informal, y al cabo en los medios de masas. Al margen de su genealogía, el calificativo “patito”, aplicado a las universidades irregulares, es un eufemismo que evita el pasaje de la designación a la acusación. Por ello, incluso las autoridades educativas se permiten hablar de “escuelas patito”, sin hacer evidente la paradoja de cuestionar aquello que de algún modo autorizaron. Características principales
ExpansiónEl surgimiento y multiplicación de estos establecimientos es un fenómeno particular de los países subdesarrollados como una falla del sistema educativo en proporcionar una respuesta al problema de acceso a la educación superior y una falla en la legislación para regular la instalación y el seguimiento en la operación de estas escuelas.
Calidad no comprobadaDe acuerdo a la FIMPES, los RVOE que la Secretaría de Educación Pública otorga en México a las instituciones particulares no son una estricta garantía de que las escuelas impartan educación de calidad: "El RVOE no es más que la certificación de que una institución cumple ciertos mínimos exigidos por la ley, pero no establece si los programas, la biblioteca o las instalaciones de cómputo cumplen con los mínimos de calidad".[cita requerida] Véase tambiénReferencias
Bibliografía
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