Soledad Casilda Hernáez
Soledad Casilda Hernáez Vargas (Cizúrquil, Guipúzcoa, 9 de abril de 1914-San Juan de Luz, Francia, 31 de agosto de 1992), a veces citada como Casilda Méndez Hernáez y conocida como Kasilda, Kaxilda, Kasi o la Miliciana, fue una militante anarquista española, compañera de Félix Likiniano. BiografíaHernáez nació de madre soltera y padre desconocido en la casa cuna Fraisoro de Cizúrquil. Su abuela era de etnia gitana, y sus tíos anarquistas influyeron en su temprana iniciación libertaria.[1] Se crio en el barrio donostiarra de Eguía, donde aprendió a leer y escribir en la escuela pública de Atocha.[1] A partir de 1931 militó en Juventudes Libertarias y asistió a los ateneos libertarios, que fueron para ella una segunda escuela.[1] Fue detenida brevemente por hacer un llamamiento a la huelga en una empresa cuya plantilla estaba compuesta por mujeres.[2][3] También causó escándalo por aquella época su práctica del nudismo en la playa de Zurriola.[3] Su intensa participación en la huelga revolucionaria de octubre de 1934 provocaron que fuera detenida y condenada por un tribunal de guerra a nueve años de cárcel por repartir propaganda y veinte más por posesión de explosivos.[2][3] Fue encarcelada en el fuerte de Nuestra Señora de Guadalupe y posteriormente trasladada a la cárcel de mujeres de Ventas de Madrid, pero, tras dos años de reclusión, fue liberada gracias a la amnistía general que concedió el Frente Popular a comienzos de 1936.[2][3][1] Al poco de salir de prisión conoció al militante anarquista Félix Likiniano, quien sería su compañero de por vida, y simpatizó con la agrupación Mujeres Libres, creada el mismo año, aunque sin llegar a formar parte de la misma.[3] Tras estallar la guerra civil en julio de 1936, se implicó en la milicia antifranquista, participando en la defensa de San Sebastián, la batalla de Irún, la columna Hilario-Zamora en el frente de Aragón y el frente del Ebro.[3][1] Ante el triunfo del bando sublevado en Barcelona, se exilió con Likiniano a Francia a través de los Pirineos y pasó por los campos de concentración de Argelès y Gurs hasta verano de 1940. Una vez libres, se trasladaron a Burdeos. Su domicilio sirvió como centro de la resistencia contra el franquismo y el nazismo y fue conocido como el «Consulado Vasco».[3][1] Años después, tras el debilitamiento del movimiento anarquista, la pareja se solidarizó con el independentismo vasco y con la organización armada Euskadi ta Askatasuna (ETA). Sin embargo, la relación entre Casilda y Félix se enfrió y entró en un estado depresivo del que se recuperaría más adelante.[3] Murió de cáncer en San Juan de Luz, en Francia, el 31 de agosto de 1992. Está enterrada junto con Félix Likiniano en el cementerio de Biarritz.[1] En su lápida, por iniciativa de su amiga Begoña Gorospe, se inscribió la frase «Mujer, tú eres el fuego que no se apaga» (en euskera: Andra! Zu zera bukatzen ez den sua!).[2] ReconocimientosEn 1985, Luis María Jiménez de Aberásturi publicó la biografía Casilda, miliciana: historia de un sentimiento.[3] En 2021 el grupo de teatro Goitibera estrenó Kasilda, bukatzen ez den sua, obra realizada en su honor.[4] En 2022 el documental Casilda, el eco de otros pasos, del director Juan Felipe, aborda la figura de Hernáez.[5] Durante este año también se publicó la novela gráfica Casilda revolucionaria de Rubén Uceda Villanueva, que narra su vida en primera persona.[6] Referencias
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