Sierra de Pradales
GeografíaLos límites geográficos de esta formación montañosa se encuentran bastante definidos por los valles de los ríos Duratón y Riaza en sus extremos este y oeste, siendo más difusos en la orientación sur, en donde su pendiente tendida entra en contacto con los macizos de Sepúlveda y Honrubia, los que como la propia Serrezuela, son considerados sistemas periféricos del Sistema Central del que se alejan aproximadamente 20 km. Esta falta de concreción de sus límites se evidencia aún más en la zona sureste de La Serrezuela al colindar esta con los páramos por donde discurre el río Bercimuel en el recorrido que ha de llevarle hasta el Riaza. Hacia el norte el límite se encuentra mucho más definido debido a su característica morfología disimétrica, con unos acusados desniveles que caen sobre los páramos burgaleses de Fuentecén y Haza desde las llamativas crestas aserradas que coronan muchas de la cimas del sector central y oriental, y que al mismo tiempo son la causa de que la gran mayoría de la superficie de la Serrezuela se encuentre dentro del contorno de la provincia de Segovia. Su disposición es alargada en dirección este-oeste con una distancia de aproximadamente 35 kilómetros entre ambos extremos y aún más escasa la separación entre sus límites norte-sur, con apenas 10 km entre las posibles lindes de estas dos orientaciones, con ese borde sur más difícil de concretar. Por tanto se puede considerar que esta formación montañosa alcanza una superficie total de 400 km². En cuanto a las alturas, es en el sector centro-oriental donde se distinguen los picos más elevados y además de forma homogénea, ya que se suceden entre los 1.300 y 1.350 m., alcanzando la mayor elevación en Peñacuerno con 1.379,80 m. y cuya situación exacta se identifica por hallarse en su cima un vértice geodésico, punto que además sirve de encuentro para los términos municipales de Carabias, Navares de Enmedio y Fuentenebro, segovianos los dos primeros y burgalés el último. Además de la acusada disimetría que presenta la Sierra de Pradales cuando se comparan las vertientes burgalesa y segoviana, también se encuentran diferencias en el caso de la prominencia. Al sur se percibe menor al limitar esta vertiente con zonas de la campiña del nordeste segoviano con altitudes medias de 950 m s. n. m. y al norte la vertiente burgalesa confronta con los páramos influidos por la depresión del valle del río Duero, por lo que su elevación media es ligeramente inferior, en el entorno de 850 m. y presentando por eso una prominencia más relevante. PoblaciónLos límites un tanto difusos de las estribaciones al sur de la cuerda principal de la Sierra de Pradales e igualmente los conformados por el poco homogéneo macizo de la misma en su sector oriental, pueden complicar la identificación de los núcleos de población y los términos municipales que forman parte de este sistema geográfico. Gracias al estudio «La Serrezuela de Pradales», realizado por Cayetano-Santos Cascos Maraña y editado en 1991 por la Universidad de Valladolid, se pueden distinguir dos ámbitos poblacionales, el primero el de los pueblos situados en el interior de la sierra y un segundo referente a las localidades denominadas periféricas, que en la época de la realización de dicho trabajo eran las de mayor prosperidad económica frente al atraso que el autor percibía en las primeras, incluso con alguna de ellas ya despoblada en el momento en que se publicó el trabajo, como era el caso de Ciruelos, núcleo de población que hoy sorprende como un caso único al volver a albergar habitantes después de años de permanecer deshabitado.[2] Después de haber transcurrido más de tres décadas desde la publicación del más amplio estudio geológico y morfológico sobre la Sierra de Pradales, no se ha conseguido invertir la tendencia en la pérdida de población, ni siquiera frenarla, y a día de hoy estas poblaciones continúan reduciendo su número de habitantes, englobándose todas ellas en la figura comúnmente aceptada bajo la denominación de «España vaciada», de hecho los datos del INE correspondientes a 2023, muestran que sólo tres poblaciones de este ámbito geográfico superaban los 100 habitantes ese año.
Fuente: La Serrezuela de Pradales. Estudio geomorfológico. Cayetano-Santos Cascos Maraña. Universidad de Valladolid. ISBN 84-7762-204-3[4] Cimas
GeologíaLa Sierra de Pradales y sus macizos satélite de Sepúlveda y Honrubia se consideran estribaciones o estructuras periféricas del Sistema Central, concurriendo ciertas características tectónicas comunes en todos ellos en cuanto a la escala temporal en donde se puede situar su origen, y también geográficas al del resto de sierras y piedemontes segovianos por su orientación suroeste-noreste.[5]
El Instituto Geológico y Minero de España en su mapa geológico también hace referencia a la peculiaridad de esta formación montañosa, que aunque escasa en superficie y altitud, sí supone un elemento de distorsión entre los páramos y campiñas circundantes:
El estudio pormenorizado de La Sierra de Pradales indica que constituye la formación geológica de mayor importancia en la provincia de Segovia, describiéndose así en el libro «Las raíces del paisaje. Condicionantes geológicos del territorio de Segovia»:
Igualmente y a pesar de la relativa distancia que existe entre la Sierra de Pradales y la Sierra de Guadarrama, ambas están relacionadas desde el punto de vista tectónico:
Existe una apreciable diferencia entre el sector central-occidental y el oriental, presentando menor altitud este último y una cuerda de perfil menos homogéneo, también por eso de identificación más confusa, con cimas o cerros aislados y erosionados:
Desde el punto de vista morfológico la característica más llamativa del cordal principal de la Serrezuela, es la continuada y homogénea cresta que discurre durante centenares de metros y que además sirve de frontera entre las muy desiguales vertientes norte y sur, precisamente en la zona que presenta mayor altitud.
HidrologíaLa reducida extensión y la moderada altitud de la Sierra de Pradales es la causa de que sean escasos los cursos de agua que puedan reseñarse por su importancia, en cualquier caso se originen estos en la vertiente sur o en la norte, su régimen fluvial sufre intensamente los rigores del estiaje.[12] De la marcada diferencia que se constata entre los cursos de agua originados en las vertientes norte y sur de la Sierra de Pradales, provocada por la acusada disimetría del cordal central, el Instituto Geológico y Minero de España en su Mapa Geológico dice:
Como ríos o como arroyos todos ellos son tributarios únicamente en dos cuencas, las de los ríos Riaza y Duratón, de hecho todos los nacidos en las laderas burgalesas son afluentes del Riaza pocos kilómetros antes de desaguar en el Duero. En cambio los que nacen en la cara sur de esta sierra envían sus aguas al mismo río Riaza, pero en este caso en el tránsito que realizan por la provincia de Segovia, en las tierras cercanas al embalse de Linares. La otra cuenca que se beneficia de los ríos o arroyos que descienden desde la cara sur de La Serrezuela es la del Duratón, siendo el de mayor entidad el río Ayuso o de la Hoz que después de casi 34 km de recorrido desemboca en el término de Sepúlveda. Este río Ayuso no solo es el más importante de los afluentes del Duratón sino el que cuenta con la cuenca de mayor superficie de los nacidos en la Sierra de Pradales, ya que esta alcanza los 213 km² y atraviesa siete términos municipales del nordeste segoviano desde su nacimiento a pocos metros de la cima del Pico de Peñacuerno.[13] Medio naturalDe los aproximadamente 400 km² de extensión de la Sierra de Pradales, una pequeña parte de ellos se corresponden a un LIC (Lugar de Importancia Comunitaria). En total 1.335,24 ha. de su extensión forman parte de la Red Natura 2000 a través del LIC Sierra de Pradales, figura que fue propuesta el año 2004(6) y que constituye la única zona de la Serrezuela que dispone de un catálogo actualizado de su flora (Informe Junta Castilla y León, 2013).[14] De entre todas las especies presentes en su medio natural existen dos que sobresalen por su estado de conservación, en la flora el Apium repens que se encuentra clasificada como vulnerable en Europa y de la fauna el Canis Lupus o lobo ibérico con alguna manada itinerante.[15] FloraEn principio se identifican diversas comunidades vegetales en la Sierra de Pradales y aunque sólo han sido catalogadas las que se encuentran dentro del contorno de su LIC, es evidente que su presencia puede hacerse extensiva fuera de estos límites protegidos de la Red Natura 2000.[16] En el trabajo «Contribución al conocimiento de la flora de la Sierra de Pradales» se han determinado 286 especies de plantas vasculares, alguna de ellas amenazada, constatándose que los taxones catalogados tienen más en común con la cuenca del río Duratón que con la del río Riaza. De la importancia botánica de este entorno natural se puede leer en dicho trabajo:[17]
Los bosques de repoblación de Pinus pinaster y Pinus sylvestris son los que ocupan una mayor superficie, aunque en este caso se intercalan los masivos rebollares de Quercus Pyrenaica que poco a poco comienzan a asomar entre los pinos después de siglos de haber sido talados a matarrasa debido al uso intensivo de su madera como combustible, siendo este bosque mixto de coníferas y quercíneas el que mayor superficie ocupa sobre el total, más del 40%.[19] Otras comunidades vegetales presentes en el territorio de La Serrezuela son las formadas por los bosques de ribera, con fresnedas, saucedas y choperas, posiblemente las más llamativas cromáticamente por sus intensos colores amarillos en otoño; los espinares caducifolios forman otra comunidad de especial importancia por la protección que aportan a la fauna de la zona y las bayas que constituyen una fuente importante de su alimentación.[19] FaunaLa relación de especies es extensa pero en el espacio LIC Sierra de Pradales, el único catalogado del entorno, entre las aves destacan diversas rapaces: alcotán europeo, águila culebrera y calzada, aguilucho pálido, gavilán rastrero, autillo europeo, azor común, búho chico, busardo ratonero, cernícalo primilla y común, milano real y común, etc.[19] En cuanto a los mamíferos de gran tamaño encontramos una importante población de corzo y jabalí, aunque el más representativo es el lobo ibérico del que ocasionalmente se ha notificado algún ataque al ganado en el entorno de Aldeanueva de la Serrezuela.[20] ToponimiaOtra muestra de la riqueza natural que atesora en sus límites la Serrezuela se manifiesta en los topónimos menores, que desde hace siglos han perdurado hasta día de hoy para identificar parajes concretos, en este caso los que hacen referencia a la flora (fitotopónimos) y la fauna (zootopónimos), en contraposición a la menor presencia de los antropónimos que sí aparecen de forma más habitual en las zonas llanas aledañas. De todos ellos, el más importante históricamente es el que actualmente se conoce indistintamente como Fuente Tejuela o Fuentejuela, apareciendo de forma relevante en el Fuero de Sepúlveda redactado en 1076 citado como «a fonte Teiola cum Serrizola», que hoy se traduciría por «la fuente Tejuela en la Serrezuela», lugar que sirvió de mojón para identificar uno de los límites septentrionales del territorio de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda. Dicho paraje se encuentra en el límite sur del término de Aldeanueva de la Serrezuela y por eso a escasos metros del cordal principal y de mayor altitud de la sierra. En cualquier caso su significado no alberga dudas, haciendo mención a un paraje en donde brotaba un manantial y que hace casi un milenio debió contar con la existencia de una tejera o con dispersos pero llamativos ejemplares de tejo (Taxus baccata), pues en las cercanías aún se identifican más lugares o elementos del paisaje con el fitotopónimo que hace referencia a dicha conífera, de este modo la riqueza de semejante patrimonio inmaterial se manifiesta al haberse mantenido durante siglos topónimos que se refieren a especies de la flora actualmente desaparecidas en la Sierra de Pradales:
Por supuesto que la gran mayoría de fitotopónimos que han llegado hasta nuestros días, son los alusivos a especies vegetales con presencia actual y que incluso aparecen en la toponimia mayor. El ejemplo más importante es el que hace referencia a como se nombró a esta misma sierra y al pueblo con idéntico topónimo cuyo significado se reconoce de forma sencilla, pero igualmente son evidentes los deCiruelos y Fuentenebro, localidades situadas en vertientes opuestas de La Serrezuela:
De la importancia que el entorno imprimía en la vida cotidiana de los habitantes de estos montes y de como les fue imposible sustraerse a la presencia natural de las especies vegetales silvestres que prosperaban en su territorio, valga como ejemplo la toponimia presente en Navares de las Cuevas, en donde encontramos un «catálogo» completo de sus especies de mayor porte:
Atendiendo a las diversas fuentes en las que se puede consultar sobre el patrimonio toponímico, es posible establecer una relación de los más relevantes fitotopónimos, alusivos mayoritariamente a especies silvestres; y zootopónimos actualmente usados o cuya memoria aún se guarda en los pueblos considerados interiores de la Serrezuela, aunque en ciertos casos algunos de estos nombres pudieron haber sido dados por personas de fuera, en principio gentes que con inmensos rebaños de ovejas, de forma trashumante, durante siglos transitaron por las cañadas o cordales que discurren por estos parajes, fundamentalmente durante el auge del Concejo de la Mesta, siendo uno de estos itinerarios el que discurría por el cordal del sector central de la sierra de Pradales.
Fuentes: La Flora y la Fauna en la toponimia segoviana. Estudio sobre el léxico de la Naturaleza en la provincia de Segovia. Mario Sanz Elorza. Caja Segovia Obra Social y Cultural[25] Planimetrías, Altimetrías y Conjuntas. Instituto Geográfico Nacional[26] Topónimos de Segovia. Guillermo Herrero Gacimartín, Roberto Pascual Blázquez, Paula Piñuela Monjas y Manuel Pascual Toral. toponimosdesegovia.es[27] ClimaLa relativa escasa diferencia de altura entre las zonas más elevadas de la Serrezuela y las llanuras circundantes, no aportan gran variación de temperatura entre estos ámbitos geográficos, y climáticamente apenas si se distingue alguna en cuanto a la potencia de los vientos y la pluviometría.
El Mapa Climático de España sitúa esta zona entre las isoyetas de 500 y 600 mm de precipitación anual, cifra ligeramente superior a la que el mismo documento ofrece para el inmediato páramo burgalés, con la isoyeta que marca un máximo de 500 mm anuales y apenas unos pocos litros más en la campiña de Segovia que arranca hacia el sur en el piedemonte de la Sierra de Pradales,[29]no obstante no es infrecuente que en sus estribaciones se obtengan acumulados anuales de 800 mm.[30] Existe una estación meteorológica de AEMET en Aldeanueva de la Serrezuela que por su cercanía al cordal principal y de mayor altitud, se convierte en una interesante referencia para la obtención de los datos meteorológicos de estos montes, previa introducción de los necesarios datos correctores en función de las orientación y altura respecto a la ubicación de dicha estación.[31]
HistoriaPrehistoriaEn la Sierra de Pradales se localizan diversos yacimientos paleontológicos como por ejemplo los correspondientes al Pleistoceno en Ciruelos de Pradales y Encinas. Igualmente también existen evidencias arqueológicas de su poblamiento primitivo, como por ejemplo en el yacimiento de La Mata en Aldehorno a escasos metros del arroyo de la Serrezuela.[33] Además del de La Mata, otros yacimientos de época paleolítica en la zona de influencia de la Sierra de Pradales son Las Nazas y Prado Laguna en las inmediaciones del propio pueblo de Pradales, Las Cuestas en Fresno de la Fuente, Los Medianos y Cerro de San Juan en Cedillo de la Torre y Las Encinas en Bercimuel.[33]
De épocas posteriores y con posible origen en la Edad de Hierro se localiza el yacimiento de Los Quemados en las inmediaciones de Carabias, uno de los de mayor extensión en la zona, con aproximadamente 12 ha. de superficie.[34]
Edad MediaEn el año 943 y como serram de Monteio encontramos la primera mención escrita que hace referencia a la Sierra de Pradales o alguno de los topónimos existentes en su geografía. En este mismo documento también aparecen citados Ordiales, el actual Urdiales, paraje del despoblado del mismo nombre en el término de Torreadrada, y la Fuente Adrada, forma antigua para referirse a esta población. Dicho documento es un diploma de la donación realizada por el conde Asur Fernández por consejo del rey Ramiro II, y sólo tres años después de la conquista de Sepúlveda por el conde Fernán González:
Durante la Edad Media y con motivo de las sucesivas repoblaciones impulsadas por los reyes cristianos según reconquistaban nuevas áreas, para consolidar el espíritu repoblador entre las gentes que debían habitar esas zonas fronterizas,[38]se instauran las Comunidades de Villa y Tierra en la zona que se conocía como Extremadura Castellana, territorio en el que se encontraba la totalidad de la Sierra de Pradales.[39] Con sucesivas modificaciones de sus límites territoriales a lo largo de los siglos, las Comunidades de Villa y Tierra que tuvieron intereses en los contornos de esta formación montañosa y en su área de influencia fueron: [40]
Es precisamente en la confirmación del Fuero de Sepúlveda por parte de Alfonso VI en 1076 (Fuero Latino), cuando aparece la primera referencia escrita a esta formación montañosa, en donde se la cita como el límite norte de los territorios que eran de dominio de la comunidad sepulvedana, y por tanto la Sierra de Pradales o Serrezuela y las gentes que en ella habitaban o por ella transitaban, se sometían a las leyes concedidas a los nuevos repobladores de estas tierras reconquistadas al sur del Duero y con el centro de poder en la villa de Sepúlveda.
No obstante se desconoce si en los privilegios o fueros otorgados por el conde Fernán González, ya fuesen estos orales o escritos, pero en cualquier caso actualmente desconocidos o desaparecidos, se citaba también a la Sierra de Pradales o Serrezuela como límite primitivo de la recién creada Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda. En cualquier caso, la traducción del texto latino de 1076 al castellano actual, refleja unos límites con algunos topónimos que todavía generan dudas en cuanto a su identificación y situación geográfica en la cartografía presente. Igualmente muestra unos límites poco concretos o definidos, incluso sin citar por ejemplo los del sur, si es que existían, ya que con total seguridad en aquella época se encontrarían en constante movimiento hacia la Sierra de Guadarrama, a la que ni siquiera se menciona.
Es precisamente la referencia que en el Fuero Latino se realiza a la Serrezuela, la que de forma más concreta identifica uno de los lugares que se citan como los límites de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda y además con una correspondencia indudable con el topónimo presente. Este lugar es el que actualmente en el término de Aldeanueva de la Serrezuela encontramos como Fuente Tejuela o Fuentejuela en el inicio de un arroyo y a escasos dos kilómetros del nacimiento de otro en la Fuente de la Tejera; sin duda cualquiera de ambas la misma "fonte Teiola cum Serrizola" que se cita en la confirmación del Fuero de Sepúlveda por parte de Alfonso VI. Sobre la identificación de alguno de los límites citados en el Fuero Latino y que recoge Atilano González Ruiz-Zorrilla en su trabajo “Los términos antiguos de Sepúlveda”, publicado en “Los Fueros de Sepúlveda” en 1953, ciertos estudiosos muestran dudas respecto a la identificación que hace de alguno de los lugares que aparecen en dicho privilegio de 1076, algo comprensible por su descripción menos detallada, pero ninguna sobre la que aporta en lo referido a ese punto tan exacto que se identificaba en la frontera norte de la comunidad sepulvedana coincidente con la Sierra de Pradales:
Es en la revisión del Fuero de Sepúlveda a través de la ratificación realizada en 1305 por el rey Fernando IV de Castilla, cuando los límites de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda aparecen con algo más de detalle, manteniéndose la frontera norte de este territorio en la Sierra de Pradales o Serrezuela, forma esta última preferida en los documentos que a ella se referían durante la Edad Media. En cualquier caso, en ese espacio de más de dos siglos que transcurrieron entre la redacción en 1076 del Fuero Latino de Alfonso VI y el Fuero Romanceado o Fuero Extenso de Fernando IV en 1305, el mojón que identificaba aquel límite norte de este territorio privilegiado por los reyes se mantuvo como referencia, al tiempo que se introdujeron otros topónimos que aportaron mayor concreción a las fronteras de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda, algo lógico ya que en aquellos más de 200 años se había consolidado el territorio repoblado al sur del Duero, y frontera cristiana se había desplazado al otro lado del Sistema Central, ya en plena cuenca del río Tajo, y por tanto grandes extensiones al sur de la Sierra de Guadarrama también pasaron a formar parte del territorio segoviano. Además de la Serrezuela y de la antigua forma para designar la Fuente de la Tejera, se identificaron las fronteras en esta confirmación del fuero realizada en tiempos de Fernando IV, introduciendo nuevos topónimos que actualmente también encontramos en la Sierra de Pradales, en su piedemonte o en sus inmediaciones, como la fuente de las Carabias, cabeza de Ordiales (topónimo en Torreadrada) y Cuerno-penna (pico de Peñacuerno):
Existen referencias posteriores a la Sierra Pradales como territorio de caza en Libro de la Montería del rey Alfonso XI, en este caso citándose topónimos de sus cimas, pasos y poblaciones cercanas a estos montes durante el periodo de su reinado, desde 1312 hasta 1350, intervalo de tiempo que bien podría ser menor ya que a la muerte de su padre y por su minoría de edad, existió un tiempo de regencia hasta su coronación, por lo que este tratado de caza es posible que se redactara durante un espacio de temporal menor coincidiendo sólo con la mayoría de edad, en este caso desde su coronación en 1325.[43]
Guerra de la IndependenciaLa Sierra de Pradales y sus comarcas aledañas fueron el escenario de diversas acciones guerrilleras que Juan Martín "El Empecinado", Jerónimo Merino "El Cura Merino" y Ramón de Santillán, desarrollaron durante la Guerra de la Independencia Española. Se recogen múltiples hechos de armas en los que con sus partidas hostigaron a las tropas francesas en estos terrenos más agrestes, y en los páramos o campiñas a ambos lados de sus vertientes de Burgos y Segovia, identificándose actualmente en el norte del término de Encinas algunas cuevas que se supone pudieron haber servido de guarida al Cura Merino y a sus guerrilleros, en el terreno montano que existente entre las localidades de Carabias y Navares de las Cuevas. Existe referencia histórica de la denominada "Acción de Carabias" llevada a cabo por El Empecinado al paso de una columna francesa en servicio de escolta de la familia del mariscal Moncey por dicha población segoviana:
En el caso del Cura Merino, varias de las acciones más relevantes en las que participó, normalmente acontecieron relacionadas con la Junta Superior de Burgos y Segovia, y por tanto en esta zona limítrofe entre ambas provincias. Fue precisamente en una de las poblaciones citadas por el rey Alfonso XI a principios del siglo XIV en su “Libro de la Montería”, en Navares de Enmedio, donde tuvo lugar en 1811 la conocida como “Conferencia de Navares”. En ella se reunieron los principales jefes guerrilleros que operaban en la Cuenca del Duero para tratar de alcanzar la necesaria coordinación en sus operaciones contra las tropas francesas.
Sobre dicha reunión se hizo eco la prensa de la época, y por ejemplo «El Diario de Mallorca» del 21 de julio de 1811 la reflejó de la siguiente forma:
También fue en esta zona nordeste de la provincia de Segovia geográficamente influenciada por La Serrezuela, en donde ocurrió uno de los sucesos que más influyo en Jerónimo Merino en la decisión de tomar las más duras represalias hacia las tropas francesas:
Bandolerismo y guerras carlistasEl que la Sierra de Pradales constituya el único promontorio sobre la inmensidad de la llanura castellana de la Meseta Norte, siempre ha constituido un elemento de atracción desde el punto de vista bélico, ya no sólo para usarse como punto defensivo, sino también como lugar desde donde poder observar los movimientos de las fuerzas contrarias, pero también para la ocultación y el descanso de las propias después de golpes de mano en los parajes inmediatos menos agrestes, en donde la planicie siempre ha sido menos propensa para servir en labores de retaguardia, retirada o huida. Como en el resto del país, los años posteriores a la finalización de la Guerra de la Independencia tampoco aportaron una paz total a esta zona, algo que prácticamente se extendió hasta casi el final de la primera mitad del siglo XIX, en principio por elementos inadaptados provenientes de la guerrilla, que transformaron en bandolerismo su anterior forma de vida, algo que no supuso un gran cambio para ellos ya que incluso durante el tiempo que duró la contienda contra las fuerzas de Napoleón, muchos habían convertido la guerra en su modo de vida.
Con una superficie y orografía menos intrincada que los lugares más renombrados de la época del bandolerismo romántico español, como la Serranía de Ronda o la Sierra de Guadarrama, la Serrezuela también fue testigo de asaltos, aunque con ladrones de menor notoriedad y que cuando se enfrentaban a los vecinos de la zona, lo hacían contra unos habitantes que en muchos casos estaban igualmente bregados en la lucha de guerrillas de pocos años antes. La prensa de la época recogió diferentes episodios que acontecieron en la Serrezuela de Pradales y en su entorno inmediato, hechos que no siempre pero que ocasionalmente eran simples prolongaciones de la inestabilidad política del momento, no pudiendo apartar el fenómeno del bandolerismo en estos parajes, de los movimientos y enfrentamientos militares que sucedieron durante aquellas guerras carlistas, con pequeños grupos escindidos de las fuerzas contendientes que se pasaban al pillaje como forma de vida o simplemente de sustento. En el periódico titulado con el curioso nombre de El Cínife, en su edición del 13 de febrero de 1834 se podía leer lo siguiente sobre uno de aquellos sucesos entre ladrones y vecinos:
En el artículo anterior, además de citarse en El Cínife las localidades originarias de los labradores implicados en la refriega, Aldea-nueva de la serrezuela (Aldeanueva de la Serrezuela), Torreadrada y Navares de las Cuevas, todas incluidas en el ámbito geográfico de la Sierra de Pradales, igualmente aparecen los pueblos de procedencia de los bandoleros, en este caso no muy alejados de la Serrezuela, pero ya en la provincia de Valladolid, de Canalejas (Canalejas de Peñafiel), Peñafiel y Rávano (Rábano), y por tanto a todos los contendientes se les podría considerar comarcanos. Igualmente llama la atención que dicho suceso de bandolerismo sucediera en parajes y poblaciones que reiteradamente han sido citados en diferentes documentos medievales redactados bastantes siglos antes, Aldeanueva de la Serrezuela, Fuente Tejuela, Torreadrada y Navares de las Cuevas, detalle que no debe pasarse por alto cuando se trata de estudiar la antigüedad y el origen de los diferentes topónimos que muchos siglos después aún se mantienen en la zona de influencia de La Serrezuela. ComunicacionesLas vías de comunicación por carretera que recorren las zonas más abruptas de la Sierra de Pradales son:
TurismoUna característica fundamental de La Serrezuela es su situación dispersa en el interior de la Meseta Norte, por lo que a pesar de la relativa escasa altitud de su cima más elevada, los casi 1.380 m. de Peñacuerno constituyen el promontorio más elevado en miles de kilómetros cuadrados a alrededor, pudiéndose divisar desde su cima hacia el norte la Cordillera Cantábrica, al este el Sistema Ibérico y al sur el Sistema Central, apreciándose en este último caso esa característica orientación suroeste-noreste que provoca el paulatino alejamiento según se dirige la vista hacia la provincia de Ávila.[50] Infinidad de caminos recorren el interior y alrededores de la Sierra de Pradales, aunque la senda de referencia para recorrer algunos de sus parajes más interesantes es la que transita en paralelo al arroyo de la Serrezuela, entre las localidades de Aldeanueva de la Serrezuela y Aldehorno y que puede ser realizada de manera circular. Existe un folleto editado por CODINSE (Coordinadora para el desarrollo integral del Nordeste de Segovia)[51] con un detallado itinerario y los datos más relevantes del recorrido en cuanto a flora, fauna, etnografía y geología. Uno de los reclamos turísticos más importantes en las inmediaciones del sector oeste de la Sierra de Pradales lo constituye el Parque Natural de las Hoces del Río Riaza, cuyo centro de visitantes se encuentra en Montejo de la Vega de la Serrezuela e igualmente en la misma población es interesante la visita al Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega creado en 1974 por WWF España. Localidades adyacentesEl siguiente diagrama muestra la distancia en línea recta desde las localidades más cercanas a la Sierra de Pradales hasta la máxima elevación de esta, el Pico de Peñacuerno, por cuyos entornos se pueden realizar interesantes rutas de senderismo gracias a su tupida red de cañadas, caminos y senderos, una gran mayoría de ellos usados desde hace siglos por los habitantes de la comarca y en cuyas poblaciones se dispone de un buen número de alojamientos rurales. Aldeanueva de la Serrezuela 4,2 km
Honrubia de la Cuesta 6,2 km
Pardilla 10,4 km
Navares de las Cuevas 5,1 km
Navares de Enmedio 8,5 km
Navares de Ayuso 9,3 km
Villalvilla de Montejo 6,6 km
Moral de Hornuez 9,5 km
Cedillo de la Torre 10,6 km
Carabias 5 km
Villaverde de Montejo 9,5 km
Ciruelos 3 km
Fresno de la Fuente 9,9 km
Fuentenebro 7,9 km
Moradillo de Roa 11,5 km
Aldehorno 7,3 km
Caserío de San José 14,1 km
Castroserracín 9,2 km
Castrojimeno 11,8 km
Torreadrada 9,1 km
Castro de Fuentidueña 11,1 km
Pradales 1,9 km
Véase también
Referencias
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