OvulaciónLa ovulación[1] u ovocitación es uno de los procesos del ciclo ovárico de las mujeres, en el cual un folículo ovárico maduro se rompe y libera un ovocito en el extremo de la trompa uterina, durante la fase ovulatoria o periodo periovulatorio. El óvulo libre, es el gameto femenino y podrá alcanzar la fecundación hasta las 12 o 48 horas siguientes a su liberación. En la mayoría de las mujeres, la ovulación se produce cuatro días antes o cuatro días después de la mitad de su ciclo ovárico habitual. El procesoLa ovulación ocurre principalmente como consecuencia de pulsos hormonales. A nivel del eje hipotálamo-hipófisis-ovario, la GnRH liberada en el hipotálamo desde el núcleo arcuato, actúa sobre la adenohipófisis mediante pulsos lentos, induciendo la síntesis de FSH o mediante pulsos rápidos activando la secreción de LH.[2] En la fase folicular (preovulatoria) del ciclo ovárico, el folículo dentro del ovario sufre una serie de transformaciones denominadas expansión del cumulus Oophorus, estos cambios son estimulados por la secreción de FSH. En las mujeres, los dos días anteriores y los dos posteriores a la ovulación, así como el propio día de ovulación, constituyen la fase fértil. La ovulación en promedio ocurre hacia el día catorce de un ciclo menstrual de duración promedio (veintiocho días). Sin embargo es normal que el día en que se produce la ovulación se aparte del promedio, siendo comunes ovulaciones entre el décimo y el décimo noveno días del ciclo menstrual. La longitud del ciclo por sí misma no es un indicador confiable del día de ovulación. Mientras que por lo general una ovulación temprana resulta en un ciclo menstrual más corto, y viceversa, la fase luteal (post-ovulatoria) del ciclo menstrual puede variar hasta en una semana de mujer a mujer. Las fasesEl proceso de la ovulación se desarrolla de manera coordinada e interrelacionada en cinco pasos complejos: la detención de la proliferación de la granulosa, la reanudación de la meiosis, la expansión del cúmulo con liberación de ovocitos dentro del antro, la lisis de la pared del folículo y la salida (extrusión) del ovocito en su metafase II.[5] Esta, se da usualmente entre 24 y 36 horas después del aumento de LH, por lo que la hormona luteinizante es un factor de medición del periodo de máxima fertilidad y permite estimar los días fértiles de la mujer. [5] Eventos previosLos ovocitos que pueden llegar a madurar y convertirse en óvulos durante la vida reproductiva de una mujer, se calculan entre 400-450 en condiciones fisiológicas, (sin estimulación hormonal externa y sin bloqueo de ovulación). El resto de los ovocitos degenerarán, al entrar en el proceso de atresia del folículo, mediante apoptosis.[6] Durante la pubertad, gracias a la FSH se estimula el ovocito primario que estaba parado en profase I dando paso a la continuación de su desarrollo. Cuando completa la meiosis I genera un ovocito secundario y un corpúsculo polar. Posteriormente, el ovocito secundario entra en la meiosis II, pero se paraliza en la etapa de metafase II. Es en esta etapa como será ovulado, y la meiosis II solo finalizará en caso de darse la fecundación. Durante todo este proceso, el ovocito está recubierto por células, lo que en conjunto forma el folículo ovárico. Con la menarquia o primera regla (y desde entonces en cada ciclo menstrual) va a madurar un grupo de folículos primordiales hasta el estado de folículo preovulatorio o de Graaf. Además de todas estas capas celulares, el folículo de Graaf se caracteriza por un gran saco de fluido conocido como antro (del latín, antrum). Inducidas por la hormona luteinizante (LH), las células de la teca del folículo preovulatorio secretan androstenediona, que es convertido en estradiol (un tipo de estrógeno) por las células murales de la granulosa. A diferencia de otras fases del ciclo menstrual, la liberación de estrógenos al final de la fase folicular tiene un efecto estimulante en la hormona liberadora de gonadotropinas del núcleo arcuato del hipotálamo (GnRH), que a su vez promueve la expresión de las hormonas luteinizante y foliculoestimulante (FSH) en la hipófisis. El aumento en la concentración de estas dos hormonas dará lugar al comienzo de la fase preovulatoria o folicular. Fase preovulatoriaEl ovocito debe estar rodeado por las células de la capa granulosa para alcanzar una ovulación exitosa, estas forman la corona radiata y el cumulus Oophorus. Debido al aumento de las concentraciones de FSH y LH, en el cumulus oophorus se induce un proceso proliferativo y de mucificación conocido como expansión del cumulus. La mucificación se define como la secreción de ácido hialurónico para generar una red de células dispersas y a la vez unidas por una matriz pegajosa alrededor del ovocito. Esta red va a permanecer con el ovocito tras la ovulación y se ha demostrado que es necesaria para la fecundación.[cita requerida] Un incremento en el número de células del cúmulo, genera un aumento del volumen de fluido del antro, lo que a su vez aumenta el tamaño del folículo hasta unos 20 milímetros (mm) de diámetro. Este aumento de tamaño lleva al folículo antral a convertirse en folículo preovulatorio o de Graaf, el cual forma una pronunciada protuberancia o bulto en la superficie del ovario. Fase ovulatoriaLa ovulación es el final de una serie de eventos moleculares, bioquímicos y morfológicos dentro del folículo.[5] Estos eventos incluyen las interacciones entre: las células somáticas y el ovocito, la composición del líquido folicular y la vascularización de la periferia del folículo.[7] El proceso ovulatorio, en su inicio estuvo dado por picos de las hormonas gonadotropinas de la adenohipófisis. La conclusión de la ovulación, por otra parte, está mediada por factores parácrinos presentes dentro del mismo folículo, que se originan en las células de: la teca, la pared de la granulosa, el cumulus Oophorus, y el propio ovocito. El folículo secreta enzimas proteolíticas que degradan el tejido folicular en el sitio de la protuberancia del ovario. Esto permite la liberación del complejo cúmulo-ovocito a la cavidad peritoneal, donde es captado por las fimbrias de las trompas uterinas (o trompas de Falopio).[8][3] Lateralización y alternanciaEn las mujeres, el lugar de la ovulación en ciclos sucesivos, fue estudiado por algunos investigadores y encontraron que era más probable que ocurriera en el ovario del otro lado (alternancia),[9] otros, encontraron más probable que fuera en el mismo ovario (se denomina lateralización);[10] o más cerca en el tiempo, que el lugar de la ovulación en ciclos sucesivos mostraba que la probabilidad era igual.[11] En el año 2000 un estudio colaborativo multicéntrico esta vez en mujeres fértiles de 19 a 42 años, investigó la alternancia del ovario derecho al izquierdo en ciclos sucesivos y encontró que era aleatoria.[12] Día de la ovulaciónEl ciclo comienza y termina con la menstruación y se divide por la ovulación. Existen diferencias en el día de la ovulación, que es el final de la fase folicular. El tiempo desde el inicio de la última menstruación (FUM fecha última menstruación) hasta la ovulación es, en promedio de 14 días, pero presenta una variación sustancial entre mujeres y entre ciclos en la misma mujer.
Para las mujeres con una duración típica del ciclo de 25 a 30 días, la duración de la fase folicular fue en promedio de 15,2 días. Para mujeres con ciclos normales pero más largos (de 31-35 días), fue de 19,5 días y para mujeres con ciclos normales pero más cortos (de 21-24 días) fue de 12,4 días. Estos hallazgos demuestran que, la creencia generalizada de que la ovulación ocurre de manera consistente en el día 14 del ciclo no es correcta. En un total de 612.613 ciclos estudiados, el ciclo ovulatorio tuvo una duración media de 29,3 días. La duración media de la fase folicular fue de 16,9 días.[13] Los pocos días que rodean la ovulación, (aproximadamente entre los días 10 a 18 de un ciclo de 28 días), constituyen el período fértil o fase fértil de la mujer. En este momento el ovocito ya habrá comenzado la segunda división meiótica y se quedará detenida en la metafase II (M II), hasta la fecundación.[14] Fase postovulatoriaUna vez liberado el ovocito al espacio peritoneal, se forma el cuerpo lúteo dentro de ese folículo.[15] Dolor periovulatorio (Mittelschmerz)El dolor periovulatorio (Mittelschmerz en alemán) es reconocido como una de las causas del dolor abdomino-pélvico recurrente en ginecología.[16] TratamientoEl dolor no es dañino y no significa la presencia de enfermedad. Por lo general, no es necesario ningún tratamiento. Los analgésicos (analgésicos) como los AINE (antiinflamatorios no esteroideos) pueden ser necesarios en casos de dolor prolongado o intenso. Las formas hormonales de anticoncepción se pueden tomar para prevenir la ovulación y, por lo tanto, el dolor ovulatorio, pero por lo demás no se conoce ninguna prevención.[18] Disfunción de la ovulaciónLa falta de ovulación o una ovulación anormal o irregular se denomina disfunción ovulatoria. Esta disfunción implica la ausencia de hasta 9 menstruaciones por año.[19][20] Las causas son diversas, pero usualmente incluyen desequilibrios hormonales como el síndrome de ovario poliquístico, hipotiroidismo, y hiperprolactinemia, así como factores de estilo de vida como la anorexia, el ejercicio excesivo y el estrés crónico. O puede estar relacionada con condiciones médicas como tumores hipotalámicos y ciertos medicamentos. [21] Los síntomas más comunes son períodos menstruales irregulares, dificultad para concebir, acné, aumento de peso y cambios de humor. Diferencias con el proceso ovulatorio en el estroVéase también: Ciclo estral
La ovulación también ocurre dentro del ciclo estral o celo de todas las restantes hembras de mamífero, aunque este proceso guarda diferencias sustanciales con el ciclo menstrual humano.[23][24] Dado que si no existe un embarazo, en la menstruación el "nido" (endometrio) se desprende y sale del cuerpo de la mujer y en el estro, en cambio, el cuerpo reabsorbe ese revestimiento, preparándolo para un nuevo ciclo.[25][26] Así mismo, las mujeres que menstrúan suelen ser receptivas al sexo durante todo el año. Las hembras en estro, tienen períodos específicos en los que son más fértiles y muestran un comportamiento más receptivo al apareamiento.[25][27] Sin embargo, es importante destacar que la duración y características del ciclo estral varían considerablemente entre las diferentes especies de mamíferos. Por lo que en la cría de animales domésticos o de ganado, el conocimiento del ciclo estral suele ser de utilidad para programar las monta o inseminación artificial y maximizar las posibilidades de concepción.[23][24] Véase tambiénReferencias
Otras lecturas
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