¡Ahí tenéis el charqui, nada menos, que unido al olluquito, brinda un potaje muy socorrido, muy grato al paladar, muy peruano: con su punta de ají coloreador, buena manteca, ajo, cebolla y picadura de culantro al servirlo, con propósito estético, todo en un panto de barro.[14]
Este plato popular suele ser imprescindible en cualquier bufé criollo.[13][15]
Descripción
Como muchos guisos de la gastronomía peruana, el olluquito con charqui puede ser elaborado en una olla de barro, lo que le confiere un sabor característico.[4] El olluco se cocina en tiras finas,[9] rehogándolo en un aderezo peruano con la carne.[2][3]
El charqui puede ser sustituido por chalona,[2] carne de res o cerdo, en tiras o picada,[16] para hacerlo más asequible en otras zonas del Perú, especialmente en Lima donde no existe tal costumbre.[4][11] Incluso se puede sustituir la carne de llama por marisco.[16] Se acompaña con el infaltable arroz blanco,[3][17] y se decora con perejil picado.[16] En algunas versiones se le riega con un chorro de leche evaporada al final de la cocción.[18]
↑Garland de Pérez Palacio, Laura (1962). "La tapada": cocina y repostería. Registro de propiedad intelectual, número 125 (3ª edición). Lima: Editorial Salesiana. Consultado el 29 de octubre de 2018.
↑Guidebook of Lima(en inglés). Corporación Nacional de Turismo. 1946. Consultado el 29 de octubre de 2018.