Arroz blanco (gastronomía)
El arroz blanco o morisqueta (en Filipinas[1]) es una preparación a base de arroz cocinado en agua, ampliamente consumido en el mundo. Se usa para acompañar gran cantidad de platos fuertes.[2] PreparaciónLa preparación varía según la región. Por lo general, al arroz se mezcla con agua, aceite o manteca de cerdo y sal. Se pone a hervir y cuando seca se tapa y se baja el fuego al mínimo.[3] Otras variaciones añaden cebolla o ajo sofritos, o aromatizan con ají o cebolla vaporizados dentro del caldero cuando el arroz ha secado. Otras preparaciones hierven el agua primero y luego incorporan el resto de ingredientes. También se puede preparar mezclando los ingredientes y poniéndolos al fuego bajo desde el principio hasta que el arroz se cocina. Variantes regionalesEn América Latina es acompañante de platos como las bandejas y los sancochos de la Costa Caribe de Colombia, las menestras ecuatorianas, la feijoada, la bandeja paisa, el casado costarricense y guatemalteco o el pabellón criollo venezolano. En Colombia, Panamá y Venezuela es considerado un acompañante universal para casi cualquier tipo de comidas. Con un huevo frito y tajadas o salchichas se obtiene el arroz a la cubana. En el rājmā indio, el arroz blanco acompaña judías rojas en un curry espeso con muchas especias enteras. En la gastronomía peruana acompaña a la mayoría de guisos y platos servidos como segundo, como el ají de gallina, el seco, el lomo saltado, entre otros.[4][5] En esta variante, el arroz blanco graneado[6] se elabora con manteca o aceite vegetal y ajo.[5][7][8] También sirve de base para elaborar el arroz chaufa, a modo de comida de aprovechamiento.[9][10] Referencias
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