Modesto Hernández Villaescusa
Modesto Hernández Villaescusa y Ros de Medina (Rafal, 1859-Barcelona, 1936) fue un jurista, historiador, publicista, apologista católico y escritor español. BiografíaEstudió el bachillerato con los padres de la Compañía de Jesús de Orihuela, los estudios de Derecho de Filosofía y Letras, hasta la licenciatura, en la Universidad de Barcelona y en 1896 recibió en Madrid la investidura de Doctor en ambas facultades.[1] Establecido en Cataluña, colaboró en la revista La Hormiga de Oro y en el diario carlista El Correo Catalán. Publicó varias novelas y ensayos, traduciendo igualmente obras de autores extranjeros, como las de Alphonse Kannengieser,[2][nota 1] por lo que recibiría el agradecimiento del papa León XIII por medio del cardenal Rampolla.[3] En 1890 publicó el libro Recaredo y la Unidad Católica, estudio histórico-crítico sobre la nacionalidad española y la unidad católica impreso en la imprenta de La Hormiga de Oro. Esta obra fue premiada y le proporcionó un gran renombre.[1] Desde 1895 fue profesor de Derecho, en méritos de concurso, en la Universidad de Oñate, decano en la facultad de Letras y en el bienio de 1896-98 rector de dicha universidad.[1] Enseñó Historia crítica de España y Metafísica, cuyos textos y programas publicó en 1900. Al año siguiente renunció de su cátedra y regresó a la ciudad condal, donde ejerció el cargo de redactor jefe de El Diario Catalán y fundó la Academia Catalana de Estudios Filosóficos, de la que fue nombrado presidente. Más tarde ocuparía el cargo de director de la Academia Universitaria Católica.[2] También fue redactor jefe de la Revista Social, publicación católica mensual de economía social y cuestiones obreras que dirigía Ramón Albó y Martí.[4] Tradujo y publicó los Cuentos para niños del canónigo Schmid.[2] Posteriormente fue director literario de la Casa Editorial de Juan Gili (renombrada posteriormente Editorial Litúrgica Española), y procuró que los catálogos de dicha editorial católica ostentaran títulos bibliográficos a la altura cultural de los nuevos tiempos, a fin de mejorar la cultura religiosa para una propaganda católica eficaz contra el anticlericalismo. Tradujo y anotó más de cuarenta obras de catequesis, de hagiografías, de historia, de liturgia y de apologética.[1] Durante unos años residió en Palafrugell y se dedicó a la enseñanza y la propaganda católica, fundando el Centro Católico de aquella localidad, organizando en 1891 una peregrinación al Alto Ampurdán y coadyuvando en la fundación de los centros católicos de La Bisbal, Olot, Figueras y Gerona,[2] en los cuales puso gran entusiasmos y destacó por su oratoria, llegando a ser considerado el jefe indiscutible del movimiento católico social de la provincia de Gerona.[2] En Barcelona Hernández Villaescusa participaría en numerosos actos tradicionalistas y pronunció discursos en solemnidades de letras de carácter cultural.[1] La producción literaria de Modesto Hernández Villaescusa abarca diversos géneros, aunque destacó especialmente en la novela.[1][5] Militante carlista, mantuvo una estrecha amistad con Luis María de Llauder,[1] jefe de la Comunión Tradicionalista en Cataluña, y dedicó su novela La tórtola herida a Don Carlos y su esposa, así como al hijo y al hermano del pretendiente, Don Jaime y Don Alfonso.[6] En 1930 publicó la novela histórica La odisea de un quinto, ambientada en la tercera guerra carlista, en la que junto con la acción novelesca se describen las batallas y los protagonistas de aquella contienda.[7] Obras
Novela
Teatro
Notas
Referencias
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