Lenguas de Italia

Grupos lingüísticos de Italia y Córcega (Francia) en la actualidad.
Comunidades reconocidas por el Estado italiano como minorías lingüísticas históricas.[1]
Porcentaje de personas que usan la lengua regional en el contexto familiar, por regiones (1982-1984).

Las lenguas de Italia constituyen uno de los patrimonios lingüísticos más ricos y variados de Europa.[2]

Con la excepción de algunas lenguas extranjeras vinculadas a los flujos migratorios modernos, las lenguas habladas en Italia son exclusivamente de tronco indoeuropeo y pertenecen en gran medida a la familia de las lenguas romances. Las minorías lingüísticas constituidas por las variedades albanesas, germánicas, griegas y eslavas también componen el paisaje lingüístico.

El idioma italiano es una lengua romance procedente del latín hablado, especialmente de la variante toscana arcaica,[3]​ perteneciente a la familia italorromance de las lenguas itálicas. A partir del siglo XIV, hasta el siglo XIX, fue, junto con el latín, la principal lengua literaria, cultural y de la administración en todos los antiguos Estados italianos preunitarios y, por esto, en el año 1861, siguió como lengua oficial de una Italia reunificada en un único Estado.[4]​ En el momento de la reunificación, era hablada pero principalmente por una minoría de italianos cultos, es decir, por los italianos que habían podido permitirse una formación escolar.[5]​ Se difundió a nivel popular con rapidez gracias a la educación obligatoria y, a partir de los años 50 del siglo pasado, también con la difusión de los medios de comunicación de masas. En la actualidad el italiano es la lengua materna del 95 % de población residente en el país,[6]​ o sea, de la casi totalidad de los italianos y de una parte de los extranjeros empadronados en Italia. Se trata de un colectivo de 57 700 000 hablantes[7]​ sobre una población total de unos 60 millones.

Después del italiano, el segundo idioma por número de hablantes, en Italia, es otra variante italorromance de la misma familia del italiano: el napolitano (llamado «dialecto», así como las demás variantes italorromances habladas en Italia, por carecer de estandarización), hablado por unos 11 millones de personas en ciertas regiones centro-meridionales del país.[8]

En el territorio de la República italiana el idioma italiano es hablado a menudo conjuntamente con uno de sus numerosos dialectos o, afuera del centro de Italia, junto con uno de los varios idiomas regionales autóctonos, así como, en específicas zonas del país, con otros idiomas reconocidos oficialmente por el Estado italiano, sea idiomas romances hablados exclusivamente en Italia (como el friulano en el Friul y el sardo en la isla de Cerdeña, que constituye la mayor minoría lingüística de Italia en cuanto a número de hablantes), sea idiomas romances hablados también en otros Estados (como el franco-provenzal, hablado en ciertos valles alpinos de la Italia noroccidental, o el alguerés - dialecto catalán - hablado exclusivamente en un pueblo sardo); pero también conjuntamente a pequeñas minorías lingüísticas no romances circunscritas y limitadas a determinadas zonas (como el sudtirolés - dialecto alemán - hablado en la provincia de Bolzano, el esloveno, hablando en algunos municipios fronterizos con Eslovenia, una variante del griego antiguo - llamada griko - y el arbëreshë - dialecto italoalbanés - ambos hablados en algunos municipios del sur de Italia).

Según un estudio reciente el 44 % de los italianos hablan de modo exclusivo o prevalente el italiano, un 51 % alterna el italiano con un dialecto u otra lengua y un 5 % habla exclusivamente un dialecto u otro idioma distinto del italiano.[9]

Historia

Antiguas lenguas de Italia

Desde la prehistoria en la actual Italia se habló multitud de lenguas diferentes, gran parte de ellas pertenecientes a la familia indoeuropea, especialmente a la rama itálica, subdivididas a su vez en las lenguas osco-umbras (como el umbro, el osco o el picénico) y las lenguas latino-faliscas (como el falisco y el latín). También se hablaban otras lenguas pertenecientes a la rama indoeuropea: algunas lenguas paleobalcánicas, como el venético y el mesapio, relacionada esta última con las lenguas ilirias, y en la región norte el lepóntico y algunos dialectos del galo, pertenecientes las dos a la rama celta.

Asimismo, con estas lenguas coexistían otras de origen no indoeuropeao, destacando el etrusco, pero también el rético (relacionado posiblemente con el anterior), el antiguo ligur,[10]​ el piceno de Novilara, el elimio (el cual se discute si era o no indoeuropeo) y el sicano. En las islas de Cerdeña y Córcega se hablaba una lengua autóctona del lugar, el nurago.

Debido a la colonización púnica y griega, también eran habladas las lenguas griega - en el sur de Italia, conocido como Magna Grecia - y púnica y griega en Sicilia y Cerdeña.

Con el auge de la civilización romana, una de las lenguas pertenecientes a la rama itálica: el latín, acabó imponiéndose a todas las demás, originando posteriormente las lenguas romances y, dentro de Italia, las actuales lenguas italorromances y galoitálicas habladas en el país.

Origen de las lenguas de Italia

Muchas de las regiones de Italia tenían ya diferentes sustratos lingüísticos antes de que los romanos expandieran el uso del latín por toda la península: el norte de Italia tenía un sustrato celta (esta parte de Italia, antes de que fuera anexada al territorio de la Italia romana, era conocida como Gallia Cisalpina), un sustrato ligur y un sustrato venético. El centro de Italia tenía sustrato etrusco e itálico (del cual el mismo latín formaba parte), el sur de Italia sustrato itálico y griego, Sicilia sustrato itálico, autóctono, griego y púnico, mientras Cerdeña sustrato autóctono y púnico.

Debido a la fragmentación política de Italia, entre la caída del Imperio romano de Occidente y la reunificación de 1861, así como por el dilema filosófico común a los intelectuales italianos a partir de la Edad Media y conocido como Questione della lingua, hubo una considerable diversificación dialectal, si bien las lenguas usadas para la comunicación escrita y la administración, en todos los antiguos Estados italianos preunitarios, fueron casi exclusivamente el latín (hasta el siglo XIII), el latín junto con el italiano (desde el siglo XIV hasta el XVI) y, desde la mitad del siglo XVI,[11]​ exclusivamente el italiano (con la única excepción de las clases científicas universitarias, las cuales siguieron siendo impartidas en latín hasta la segunda mitad del siglo XVIII, especialmente en algunos Estados italianos como el Reino de Nápoles, el Reino de Sicilia y los Estados Pontificios).[12]

Durante este largo periodo, la mayoría de la población autóctona de los antiguos Estados italianos hablaba sus propias lenguas y dialectos del grupo italorromance (en el centro y sur de Italia) y del grupo satélite del primero conocido como galoitálico (en el norte de Italia), o sea, las lenguas vernáculas locales, en cambio, las clases cultas, utilizaban la lengua latina y, a partir del siglo XIV, también la italiana (si bien repleta de términos latinos), adoptada ya en el siglo XV por la administración en algunas prestigiosas cancillerías del tiempo, como la del Ducado de Milán, de la República de Venecia, del Ducado de Ferrara, de la República de Génova, del Ducado de Urbino, del Gran Ducado de Toscana, del Ducado de Mantua, entre otras y, a partir del siglo XVI, por la administración en las cancillerías de todos los restantes Estados italianos, como el Reino de Nápoles, los Estados Pontificios, el Reino de Sicilia, el Ducado de Saboya, etc.[13]

En aquella época, caracterizada también por la presencia de las comunas (o ciudades-estado italianas), sobre todo en el norte de Italia, «...veremos el dialecto toscano del italiano eclipsando a sus rivales, como el griego ático eclipsó a los dialectos rivales del griego antiguo y, al mismo tiempo, siendo propagado alrededor de las costas del Mediterráneo por mercaderes y constructores de imperios venecianos y genoveses».[14]​ Como resultado, se desarrolló una estructura gramatical formal del italiano y empezaron a aparecer las primeras gramáticas y diccionarios italianos.[15]​ En la misma época, sobre todo después de la reforma lingüística de Pietro Bembo, el italiano dejó de identificarse con el vulgar florentino y,[16]​ gracias al alto nivel de su literatura, se impuso como una de las grandes lenguas de cultura en la Europa del tiempo.[17]​ Su empuje cultural fue tan selecto y apreciado que se impuso como lengua escrita sobre todas las demás hablas que quedaron «...relegadas a su estricta condición de orales».[18]​ Asimismo, mientras que los ciudadanos alfabetizados utilizaban, a partir de la edad moderna, el italiano y el latín para la comunicación escrita y como medio de expresión formal por parte de la burguesía[19]​ y de los intelectuales, el pueblo no alfabetizado empleaba sus propios dialectos y lenguas para la comunicación oral y dentro de un ámbito exclusivamente local, familiar e informal.

En vísperas de la unficación de Italia, o sea, en la primera mitad del siglo XIX, Alessandro Manzoni, como todos los grandes escritores italianos de su tiempo (Vittorio Alfieri, Ugo Foscolo, Giacomo Leopardi, etc.), seguía utilizando una lengua italiana bastante conservadora y al mismo tiempo enriquecida de neologismo, pero que no se alejaba mucho del modelo toscano clásico. Esta misma forma de italiano fue adoptada como estandarización definitiva del idioma nacional y, todas la demás formas no estandardizadas de expresión oral autóctonas (lenguas y dialectos), se convirtieron de repente en dialectos italianos (pero no del italiano). Por esta razón, hoy en día, también se sigue utilizando el término de «dialectos italianos», a pesar de que la mayoría de ellos no derivan del italiano, sino del latín vulgar.[5]​ Un fenómeno parecido se produjo en Francia con unos de los dialectos de la lengua d'oil, hablado en la Ile de France, que se convirtió en lengua nacional en el siglo XVI y, casi en la misma época, en España, con el español, hablado origiariamente en un área limitada de Castilla la Vieja.

Los dialectos siguieron siendo un habla bastante común entre gran parte de la población italiana hasta la Segunda Guerra Mundial. A partir de ese momento, el italiano estándar, aceptado universalmente desde varios siglos como lengua escrita, administrativa, de la cultura y de los estudios, se impuso como principal lengua hablada también entre las clases populares gracias a una progresiva y mejor alfabetización y a la difusión de los medios de comunicación de masas.

Uso actual

Frecuencia de uso de los idiomas regionales en Italia (ISTAT, 2015).

La solución para la llamada «cuestión de la lengua» que había preocupado a Manzoni vino de la radio y, sobre todo, de la televisión. La popularización de estos medios de comunicación de masas fue uno de los principales factores que llevó el italiano hablado también entre las clases más desfavorecidas, o no alfabetizadas, de todo el país. Durante el mismo periodo, muchos sureños emigraron al norte, de la misma manera que muchos norteños abandonaron las zonas rurales para mudarse en las ciudades, en ambos casos en busca de trabajo.

Los sindicatos de gran alcance, que querían mantener a los trabajadores unidos, hicieron una exitosa campaña para promover la alfabetización y el uso del italiamo hablado también en contextos informales. Esta campaña permitió a los trabajadores no alfabetizados de todo el país integrarse más fácilmente entre ellos utilizando exclusivamente el italiano estándar. La gran cantidad de matrimonios entre italianos provenientes de distintas regiones, especialmente en las grandes ciudades industriales como Milán y Turín, dio lugar, principalmente en el norte, a una generación que podía hablar solamente italiano estándar y entender, solamente en parte, algunos de los dialectos de sus padres.

Como resultado de estos fenómenos, los idiomas regionales están, hoy, más arraigados en el sur (donde no se produjo el fenómeno de la inmigración), en las áreas rurales (donde hubo menos influencia sindicalista) y entre las viejas generaciones de todo el país. El no poder hablar italiano es, todavía hoy, un estigma social, por ser sinónimo de analfabetismo o de escasa escolarización.[5]

El italiano es el idioma oficial del país, aunque no existe un artículo de la Constitución de Italia que lo reconozca explícitamente como tal. El reconocimiento expreso se encuentra en el estatuto de la región Trentino-Alto Adigio, que formalmente es una ley constitucional del Estado. El artículo 99 del estatuto dice textualmente:

...[La lingua] italiana (...) è la lingua ufficiale dello Stato.

Traducido al español, la lengua italiana es la lengua oficial del Estado.

Además, el original de la Constitución italiana está redactado en italiano. Por otro lado, en los procesos penales y civiles es obligado el uso del italiano.

En cuanto a las otras lenguas, la Constitución expresa en el artículo sexto lo siguiente:

...La República protegerá, mediante las normas adecuadas, a las minorías lingüísticas.

Actuando de acuerdo a ese artículo, el Parlamento ha concedido estatus oficial, a nivel regional o municipal, con una ley de 1999, a otros once idiomas: ladino, alemán, francés, catalán, occitano, franco-provenzal, esloveno, arbëreshë, griko, sardo y friulano. Estas lenguas, en las zonas en las que se hablan, deben de ser usadas en igualdad de condiciones con el italiano, deben ser enseñadas en las escuelas y deben usarse en retransmisiones de la RAI. Además de las leyes nacionales, varios estatutos regionales han reconocido la oficialidad de diversas lenguas en sus territorios. Así, el ya mencionado estatuto de Trentino-Alto Adigio, reconoce, junto al italiano, al alemán (solo en la provincia de Bolzano) y, el estatuto de la región Valle de Aosta, da cooficialidad al francés. Por su parte, en el estatuto de Piamonte, se fomentan el occitano, el franco-provenzal y el walser, una variante del alemán, en específicos valles alpinos de frontera.

Número de hablantes

Grupo Hablantes Lengua original Dominio lingüístico
Napolitano 11 000 000 napolitano Campania, sur de Lacio, centro y norte de Apulia, Basilicata, Molise, Abruzos, sur de Marcas y Calabria septentrional.
Siciliano 8 000 000 siciliano Sicilia, centro y sur de Calabria y sur de Apulia.
Lombardo 7 000 000 lombardo
(occidental y oriental)
Lombardía, Trentino occidental y Piemonte oriental.
Véneto 3 318 000 Vèneto Véneto, Trentino oriental y Friul occidental.
Sardo 1 348 000 Sardo Centro y sur de Cerdeña (80,72 %)
Emiliano-Romañol 1 250 000 Emiliano-romañol Emilia-Romaña y norte de Marcas.
Friulano 653 000 Friulano Friul-Venecia Julia (43 %) y Véneto oriental.
Tirolés 251 000 Alemán tirolés Alto Adigio (69,15 %).
Occitano 178 000 Occitano Algunos municipios en las provincias de Cuneo (4,76 %) y de Turín (Piamonte) y un municipio en la provincia de Cosenza (Calabria).
Gallurés 100 000 Gallurés Provincia de Sácer (Cerdeña).
Francoprovenzal 90 000 Francoprovenzal Algunos municipios en la provincia de Turín (Piamonte), algunos municipios en la provincia de Aosta (Valle de Aosta) y dos municipios en la provincia de Foggia (Apulia).
Arbëreshë (Italoalbanés) 80 000[20] Arbëreshë Algunos municipios de las provincias de Cosenza, Crotona y Catanzaro (Calabria), tres municipios en la provincia Potenza (Basilicata), tres municipios en la provincia de Campobasso (Molise), tres municipios en la provincia de Palermo (Sicilia), dos municipios en la provincia de Foggia y uno en la provincia de Taranto (Apulia), un municipio en la provincia de Avellino (Campania) y un municipio en la provincia de Pescara (Abruzos).
Ladino 55 000 Ladino Algunos municipios en las provincias de Bolzano y Trento (Trentino-Alto Adige) y algunos municipios de la provincia de Belluno (Véneto).
Esloveno 50 000 Esloveno Algunos municipios en las provincias de Trieste, Gorizia y Udine (Friul-Venecia Julia)
Catalán 26 000 Alguerés Un municipio en la provincia de Sácer (Alguer), en Cerdeña.
Francés 20 000 Francés Valle de Aosta (17,33 %).
Griko/Grecanico (Griego antiguo) 20 000 Griko/Grecanico Algunos municipios de la provincia de Regio de Calabria (Calabria) y algunos municipios de la provincia de Lecce (Apulia).
Cimbro/Mocheno (Bávaro antiguo) 3100 Bávaro (Cimbro/Mocheno) Dos municipios de la provincia de Vicenza (Véneto) y un municipio de la provincia de Trento (Trentino-Alto Adigio).
Croata 2600 Croata Un municipio de la provincia de Campobasso (Molise).

Fonte: Ministero degli Interni del Governo Italiano/rielaborazione da Il Corriere della Sera.[cita requerida]

Clasificación de las lenguas de Italia

Lenguas romances

Las lenguas romances propias de Italia pertenecen a dos grupos principales: el grupo italorromance y el grupo galoitálico, este último considerado de transición entre las lenguas italorromances propiamente dichas y las lenguas galorromances; además de estos dos, existen lenguas de otros dos grupos romances minoritarios y aislados entre sí: lo de las lenguas retorromances y lo de las lenguas romances insulares. La mayoría de estas variedades romances italianas son llamadas dialetti (dialectos, en italiano), no porqué sean dialectos del italiano estándar, sino porqué por mucho tiempo no poseyeron una propia forma estandardizada.

Con el tiempo, el uso de la lengua italiana estándar ha adquirido acentos particulares en cada región, por lo que estas variantes de italiano, con acento regional, sí son dialectos en sentido usual, es decir, son dialectos del italiano o derivados del italiano, pero estas formas difieren notablemente de las lenguas regionales, las cuales son lenguas romances a todos los efectos, en la mayoría de los casos de la misma familia que el italiano, pero diferentes del italiano estándar. Por eso el uso del término dialecto es confuso y es preferible evitarlo, ya que puede conducir, a los lectores no familiarizados con la situación diglósica de Italia, a confundir los términos.

Italorromances

Comprende las variedades situadas al sur y al este de la línea Massa-Senigallia, en esta rama es donde se incluye el rumano, el extinto dálmata, así como el italiano estándar y las «variantes italianas centro-meridionales» o italorromances. Lingüísticamente estas variedades romances son las más próximas al italiano y pueden dividirse en cuatro subgrupos:

Romances occidentales

Comprenden las variedades situadas al norte y al oeste de la línea Massa-Senigallia, en esta rama se incluye el español, portugués, francés, catalán, occitano, arpitán, romanche, friulano, ladino y los idiomas galoitálicos.

  • Sardo: es hablado en el centro y sur de Cerdeña, es la lengua romance más conservadora de todas las derivadas del latín y, al mismo tiempo, la más diferente de todas las lenguas romances italianas. Esta reconocida como lengua regional de Italia y es hablada en Cerdeña junto con el italiano. El idioma sacerés es consderado como la variante más septentrional del sardo, la cual presenta algunos rasgos de transición con los idiomas italorromances y, más precisamente, con la variante gallurés del toscano, hablada en el extremo norte de la isla.

Se habla alemán estándar y variedades altogermánicas en ciertas específicas áreas en el noreste de Italia, es decir, en algunos municipios de las regiones Friul-Venecia Julia, Véneto y, sobre todo, de la provincia de Bolzano, en la región Trentino-Alto Adigio. Todas las minorías lingüísticas germánicas del noreste de Italia pertenecen al grupo bávaro. En Véneto también se encuentran dos municipios con hablantes de cimbrio. Por último, en Piamonte, existe una pequeña comunidad hablante de walser, una variante del alemán de tipo alemánico, similar al dialecto hablado en el cantón suizo del Valais.

En algunos municipios de la Italia meridional y de Sicilia, hay varias minorías lingüísticas de lengua arbëreshë. Descendientes directos de los albaneses que se refugiaron en Italia en los siglos XV y XVI, tras la muerte de Skanderbeg y la invasión del territorio albanés por parte del Imperio otomano, en 1478.

En partes de la histórica región de la Magna Grecia (sur de Italia), y más exactamente en parte del sur de Calabria (Bovesia) y del sur de Apulia (Grecia Salentina), se habla un dialecto del griego antiguo llamado griko (o grecanico). El principal enclave se encuentra en la provincia de Lecce y, el otro, en la provincia de Reggio Calabria.[22]

En Italia existen pequeña minorías lingüísticas eslavas, de tipo esloveno, en algunos municipios de las provincias de Trieste, Udine, y Gorizia, en la región de Friul-Venecia Julia, y en una muy pequeña comunidad de habla slavisana (dialecto croata) en un único municipio de la provincia de Campobasso, en la región de Molise.

En Italia, el pueblo gitano (itinerante), es en su mayoría del grupo sinti y habla dos lenguas de origen indio. En el norte y centro de Italia el idioma sinti, mientras, en Abruzo y en el sur de la península, el idioma romaní; a ambos grupos de gitanos italianos se les conoce, en idioma italiano, simplemente como zingari (del griego atziganoi, 'egipcios').

Galería

Véase también

Referencias

  1. «Lingue di minoranza e scuola, Carta Generale. Ministero della Pubblica Istruzione». Archivado desde el original el 10 de octubre de 2017. Consultado el 30 de agosto de 2016. 
  2. Francesco Avolio, Lingue e dialetti d'Italia, 4ª ristampa, Roma, Carocci, 2015, p. 11: «[...] il paese europeo più ricco e differenziato dal punto di vista delle varietà di lingua».
  3. De Mauro, Tullio. Storia linguistica dell'Italia unita, Laterza, Roma-Bari, 1979, vol. 2, pág. 305
  4. «Profilo di storia linguistica italiana: unificazione, normalizzazione ed espansione dell'italiano». 
  5. a b c «Enciclopedia Treccani: Storia della lingua italiana». 
  6. «Comisión Europea (2006).». 
  7. «Ethnologue». 
  8. «Patrimoni linguistici: Cosa si intende per lingua napoletana». 
  9. Dati Doxa/Istat, da Tullio De Mauro, "Lingüística Italiana" http://www.italianisticaonline.it/2005/lido-de-mauro/
  10. Es importante no confundir, el antiguo ligur, una lengua al parecer no indoeuropea, con el moderno ligur que es la lengua neolatina de la Liguria moderna.
  11. «Università degli Studi di Milano: Storia della lingua italiana. Il primo cinquecento", di Paolo Trovato, Sintesi di Storia della lingua italiana». 
  12. En la principal biblioteca de Nápoles, máximo centro urbano peninsular y capital de un Reino que incluía la tercera parte de la Italia del tiempo, de un total de 2800 libros conservados y publicados en el siglo XVII, o sea durante la dominación española, 1500 estaban escritos en italiano (53,6 % del total) frente a 1086 escritos en latín (28,8 % del total) y solamente 26 en napolitano (0,9 % del total). Santoro, Marco (dirección). Le secentine napoletane della Biblioteca Nazionale di Napoli, Istituto Poligrafico e Zecca dello Stato, Roma, 1986, pág. 43.
  13. Marazzini, C. Breve storia della lingua italiana, Il Mulino, Bolonia, 2004, pág. 104, ISBN 978-88-452-4961-7)
  14. Cita extraída de: Arnold J. Toynbee, Estudios de la historia. Compendio V/VIII, Tomo II, V edición, Alianza Editorial, Madrid, 1981, pág. 164, ISBN 84-206-1248-0 (Tomo II), ISBN 84-2061992-2 (Obra completa) / Ttulo original: Arnold J. ToynbeeA study of History, Abridgement, Royal Institute of International Affairs and Oxford University Press de Londres, Londres, 1960
  15. . La primera, o una de las primeras grámaticas del vulgarr florentino, fue la Grammatica della lingua toscana de Leon Battista Alberti. En el siglo XVI, después de la reforma de Pietro Bembo, se empezaron a escribir gramáticas y vocabularios italianos destinados a extranjeros y a menudo escritos por extranjeros. La primera gramática de ese tipo fue La grammaire italienne de Jean-Pierre de Mesmes, publicada en Francia en 1549. Siguieron Principals rules of the italian grammar, de William Thomas (1550) y la Italica grammatica praecepta ac ratio, de Scipio Lentulo Neapolitano publicada en París en 1567 en latín. El mismo autor publicò también en Frankfurt en 1590 una Grammatica italica et gallica, siempre en latín. Entre los vocabularios y diccionarios que salieron en aquella época se señalan , un Vocabolario italiano e spagnolo de Lorenzo Franciosini (1620), un Dictionnaire françois et italien de Gian Antonio Fenice, les Recherces italiennes et françoises de Antoine Oudin (1640), Worlde of wordes (un dictionnario italiano-inglés) de 1598 y un Teutsch-Italiänisch und Italiänisch-Teutsch de Levinus Hulsius, publicado en Frankfurt en 1605 Enciclopedia dell'Italiano. Voz:L'italiano in Europa (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
  16. «Eniclopedia Treccani: Pietro Bembo e la standardizzazone dell'italiano». 
  17. Dos siglos más tarde Voltaire puso de relieve que antes de convertirse en la primera lengua de Euoropa, el francés tuvo que imponerse sobre otros idiomas y «...sobre la lengua italiana misma que por sus creaciones immortales del siglo XVI habría podido dominar Europa» (en fr: ... sur la langue italienne même, que pour ses ouvrges immortelles du XVIe siècle était en possession de dominer l'Europe ). Voltaire. Dictionnaire philosophique, Oeuvres complètes, Garnier, París, 1878, vol. III p. 558.
  18. cita extraída de: Rafael del Moral, Breve historia de las lenguas del mundo, Edhasa (Castalia) Ediciones, Barcelona y Buenos Aires, 2014, pág. 248, ISBN 978-84-9740-591-1
  19. La burguesía napolitana fue una de las primeras en aceptar de buen grado la supremacía del italiano desde la época de Sannazzaro (1457-1530), sea como lengua escrita sea en la oratoria forense. De Mauro, Tullio. Storia linguistica dell'Italia unita, Laterza, Roma-Bari, 1979, vol. 2, pág. 303.
  20. Fiorenzo Toso, Le minoranze linguistiche in Italia, Il Mulino, Bologna 2008
    p. 149-151
    .
  21. «Enciclopedia Treccani: Città di Alghero». 
  22. «Enciclopedia Treccani: In Salento e Calabria le voci della minoranza linguistica greca». 

Bibliografía

  • Maiden, Martin and Parry, Mair: The Dialects of Italy, London 1997.
  • Maiden, Martin: A Linguistic History of Italian, London 1995.
  • Hall, Robert A. Jr.: External History of the Romance Languages, New York 1974.
  • Comrie, Bernard, Matthews, Stephen and Polinsky, Maria: The Atlas of Languages: The Origin and Development of Languages Throughout the World. Rev. ed., New York 2003.
  • Grimes, Barbara F. (ed.): Ethnologue: Languages of the World. Vol. 1, 2000.
  • Giacomo Devoto and Gabriella Giacomelli, I Dialetti delle Regioni d'Italia, Florence: Sansoni Editore, 1971 (3rd edition, Tascabili Bompiani, 2002).

Enlaces externos