La vuelta a la Galia de Astérix
La vuelta a la Galia de Astérix es el quinto tomo de la serie, en español, de historietas Astérix creadas por Albert Uderzo (dibujos) y René Goscinny (guion). ArgumentoJulio César estaba muy disgustado porque toda la Galia vivía en paz, la paz romana, menos una pequeña aldea. Para solucionarlo envió al campamento de Petibonum a su inspector general, con rango de Prefecto, Lucilius Flordelotus. Este fue recibido por el centurión Graco Linus, jefe del campamento romano, al que le informó su decisión de atacar la aldea para reducirla. Linus le explicó que estos galos eran invencibles porque poseían una fuerza extraordinaria debido a una poción mágica que bebían. El Prefecto no le escuchó y atacó la aldea con los resultados de siempre, la derrota. Después de este fracaso se le ocurrió encerrarlos en su propia aldea, para lo cual hizo construir una empalizada rodeándola. Astérix se indignó y le manifestó a Flordelotus que ellos eran galos y por lo tanto podían ir a cualquier parte de su país y para demostrárselo le apostó que no solo saldría de la aldea, además daría una vuelta por toda la Galia trayendo de cada región una especialidad con la que harían un gran banquete al que el Prefecto estaría invitado. Flordelotus aceptó la apuesta y prometió que si la cumplían, levantaría el sitio y regresaría a Roma reconociendo su fracaso ante César. Astérix se hizo acompañar por Obélix. En cuanto salieron de la aldea, rompiendo la empalizada, Flordelotus envió un mensajero dando la alerta general a la Galia acerca de los dos galos que se habían escapado. Ambos amigos se dirigieron a Rotomagus (Ruan) allí abordaron un barco en el que Flavia y Federicus, un matrimonio romano, celebraban su aniversario de bodas con un crucero por el río, la nave los llevó hasta Lutecia (París) donde compraron un jamón entero. ignorando que un pequeño perro callejero blanco comenzó a seguirlos, los galos continuaron a Camaracum (Cambrai) ciudad en la que compraron una "tontería" (Bêtise de Cambrai). Siguieron a Durocortorum (Reims) donde compraron vino y continuaron su camino sin detenerse y con el pequeño perro tras ellos. A las pocas horas de caminar por un bosque hasta que encontraron la casa de un hombre llamado Cuadrix, quien los reconoció e invitó a comer con la intención de entregarlos a los romanos a cambio de una recompensa. Los romanos apresaron a Astérix cuando Obélix había salido a cazar jabalíes; al regresar, obligó a Cuadrix a confesar, enterándose de que los romanos lo habían llevado a la guarnición cercana de Divodurum (Metz). En Divodurum, Obélix se hizo apresar para reunirse con Astérix, una vez reunidos lo desató para que pudiera beber su poción mágica y ambos se fugaron, decidiendo marcharse sin comprar nada allí y partieron hacia Lugdunum (Lyon) en un carro de correo oficial y con el pequeño perro todavía corriendo tras el carro. En Lugdunum, el Prefecto local estaba decidido a detenerlos, pero fueron ayudados por el Jefe Clandestino de la ciudad, Pepix, quien despistó a los romanos en las intrincadas calles de la villa y le regaló a Astérix salchichas y albóndigas (quenelles) para el banquete, pues todos los galos del país ya sabían de la apuesta y los poayaban. Siguieron a todo galope a Nicae (Niza). En el camino se vieron detenidos por la congestión de la ruta, estaban en época de vacaciones y todo el mundo iba a la playa a descansar. En Niza compraron la especialidad de la ciudad: una ánfora llena de ensalada nicosia. Continuando hacia Massalia, la Magnífica (Marsella) por la ruta marina abordaron una barca y, después de una larga travesía, entraron en la “Taberna del navegante”. Fueron atendidos por el propio dueño, "César", que les preparó una bouillabaisse de recuerdo. Continuaron hacia Tolosa (Toulouse) acompañados del desapercibido pero infatigable can. Camino a Tolosa se les hizo de noche y acamparon en medio del camino, pero al despertar se dieron cuenta de que estaban en medio de un campamento romano. Los legionarios los condujeron hasta la entrada de Tolosa para que los viera el prefecto Telefonus. Los dos amigos escaparon antes de la llegada de éste, compraron salchichas y siguieron en dirección a Aginum (Agen). Cuando llegaron a Aginum fueron recibidos por toda la población, “La vuelta a las galias” parecía un paseo triunfal. Odalix, posadero de la ciudad, les ofrece alojamiento ya que ha hecho un acuerdo con los romanos para drogar sus alimentos y cuando estuvieran dormidos permitir que los legionarios los capturen; sin embargo, Astérix desconfió del posadero y le hizo probar la comida antes que ellos y lo descubrió. Recogieron un paquete con las famosas ciruelas de la ciudad y continuaron la vuelta. El saco amarillo con los testimonios de las ciudades estaba cada día más grande y pesado mientras que el pequeño perro aun los seguía incansablemente. Camino a Burdigala (Burdeos), mientras dormían en el bosque Plexus y Radius, un par de ladrones romanos, robaron el saco con las vituallas, para su desgracia, los soldados los apresan creyendo que se trata de Astérix y Obélix y el general Motus, comandante de la ciudad, decide que les aplicará un castigo ejemplar. Cuando iba a ser ejecutados en la plaza de la ciudad, se presentan Astérix y Obélix, quienes recuperan el saco con los alimentos y, ayudados por todo el pueblo, escaparon no sin antes comprar vino bordelés blanco y ostras, especialidades de la región. En el puerto, debido a la creciente fama de “La vuelta a las galias”, una capitán llamado Canarix, que estaba entregando un cargamento de menhires, los reconoce y ofrece llevarlos de regreso a Armórica; a cambio, Obélix usó su fuerza y experiencia con los menhires para desembarcar y entregar el cargamento en pocos minutos, mientras abordaban, ninguno notó que el pequeño perro también se escabulló a bordo. Durante la navegación se encontraron con el mismo barco pirata de los últimos viajes al que hundieron una vez más. El barco llegó a la rada de Gesocribate (Le Conquet), donde Astérix y Obélix desembarcaron y se dirigieron a su aldea que los recibió con júbilo. Astérix y Obélix le mostraron a Flordelotus, en una mesa, las deliciosas vituallas que habían traído y finalmente, mientras Obélix descubría por fin al pequeño perro y lo adoptaba como su mascota, Astérix le ofreció a Lucius el manjar más suculento de todos: la castaña y de un puñetazo dejó inconsciente al Pretor. Personajes
Caricaturas de famosos
Especialidades gastronómicas
BibliografíaReferenciasEnlaces externos
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