Fue pariente de los Cervantes asentados en Écija, donde acudió Miguel de Cervantes para solicitar empleo como recaudador del Santo Oficio sevillano.
Carrera
Estudió artes y teología en la Universidad de Salamanca donde obtuvo el grado de bachiller en cánones y maestro en teología[1]. Fue primero abad de Hermida (obispado de Palencia), hasta su nombramiento el 23 de enero de 1415 como arcediano de Calatrava. En 1417 fue embajador de la reina Catalina de Lancaster ante el antipapaBenedicto XIII, y en 1419 lo fue de su hijo el rey Juan II ante el papaMartín V, consiguiendo su absolución por su embajada anterior (considerada cismática). Ganó el favor del papa, que le mantuvo en su servicio, otorgándole los cargos de arcediano de la catedral de Sevilla (1423), familiar pontificio y abad de Sales (Burgos), cargo con el que representó a la natio hispana en el Concilio de Siena en 1424, donde pronunció un discurso defendiendo las tesis de la superioridad del Papa sobre el concilio. En 1426, fue nombrado cardenal de San Pedro ad Vincula y en 1430 fue nombrado administrador apostólico de Tuy, por renuncia de su primo Pedro de Bocanegra, deán de Cuenca.
En 1430 Martín V le encargó la misión de supervisar el Capítulo general de la Orden franciscana que se iba a celebrar en Asís, lo que ejecutó con notable eficiencia a pesar de la dificultad que suponía poner de acuerdo las distintas tendencias.
Tras su retorno a España desde del Congreso de Maguncia de 1439, el 15 de septiembre de 1440, el cardenal Cervantes ofició en Valladolid los desposorios de Enrique IV con la reina Blanca de Navarra. Fue visitado varias veces en Europa por el afamado viajero sevillano del siglo XVPedro Tafur (1409- circa 1480).
El papa Eugenio IV lo nombró obispo de Ávila (1437-1441), siendo promovido a Segovia (1442) y siendo investido posteriormente obispo de Ostia y Velletri (1446). Poco después lo nombró administrador apostólico de la Archidiócesis de Sevilla, manteniendo su título de cardenal obispo de Ostia y Velletri. Fijó su residencia en el Palacio Episcopal hasta su muerte y trabó estrecho contacto con Juan de Mena, quien en sus Memorias de algunos linajes lo llama «grande señor mío» y cuenta que tuvo acceso a su documentación.[4]
En 1450 fundó la Hermandad de Luz de la Santa Faz y Nuestra Señora de la Encarnación en el Convento del Valle, con el objeto de impulsar la devoción a la Santa Faz[5].
En 1455 fundó el Hospital de San Hermenegildo, siendo popularmente conocido como el Hospital del Cardenal, construido sobre unas casas que heredó de su padre en la colación de San Ildefonso de Sevilla , el cual destinó a la curación de heridos, como funcionó hasta el siglo XIX, siendo finalmente demolido en 1950[6].
Asimismo, erigió la Capilla de San Hermenegildo, en la catedral de Sevilla, además de impulsó otras obras de la catedral, a las que dejó toda su herencia. Asimismo dejó una dotación para el sepulcro de alabastro tallado a los pocos meses de su muerte por Lorenzo Mercadante de Bretaña, ubicado en la misma capilla de San Hermenegildo de la catedral.
Su magnífica biblioteca de manuscritos (306 volúmenes), cantidad bastante importante para la época, fue recibida por el cabildo de la catedral sevillana.
Óscar Villarroel González, «Castilla y el Concilio de Siena (1423-1424): la embajada castellana y su actuación», En la España Medieval, 30 (2007), págs. 131-172.