En 2020 en la archidiócesis existían 264 parroquias.
Historia
La diócesis fue erigida probablemente en el siglo III, época en la que se encuentran constancias documentales de los primeros obispos, pero quizás en una época aún más antigua, según la tradición el origen de la diócesis se remonta a los tiempos apostólicos de la época romana, alrededor del siglo I. San Geroncio, obispo de Itálica, predicó en la Bética durante los tiempos apostólicos, y al parecer dejó a un pastor en Sevilla. En el año 303, cuando las santas Justa y Rufina fueron martirizadas por negarse a adorar al ídolo de Salambó, hubo un obispo de Sevilla llamado Sabino, que asistió al Concilio de Illiberis en 287.
En el siglo IV fue elevada al rango de archidiócesis metropolitana.
Durante la dominación árabe, la sucesión episcopal sólo dejó rastros débiles. Durante aproximadamente un siglo, desde mediados del siglo XII hasta mediados del siglo XIII, la diócesis estuvo suprimida.
En 1251 se restableció la sede. El hijo del rey Felipe de Castilla fue nombrado arzobispo de Sevilla, mientras que se le dio como coadjutor de Santo Domingo a Raimundo de Losana, obispo de Segovia, que se convirtió en arzobispo cinco años después, en la abdicación del infante. Además de los capítulos de la catedral, otra comunidad de clérigos se formó para cantar el oficio divino en la Capilla Real de Sevilla (presidida por la Virgen de los Reyes) de 1252.
Tras la Reconquista la mayoría de las mezquitas de la ciudad fueron convertidas en iglesias, pero Santa María la Blanca, la Santa Cruz y la San Bartolomé fueron concedidas a los judíos como sinagogas. La catedral se construyó sobre la base de la gran mezquita (anteriormente, basílica visigoda), obra del emir que construyó la mezquita de la Aljama, reconstruida en 1171 por el emir almohadeYusuf-ben Yacub. El famoso campanario de la Giralda es obra de Almanzor. Para conseguir la orientación litúrgica, cuando la mezquita se transformó en catedral su ancho pasó a ser el largo de la nueva iglesia y se dividió en dos partes, de las cuales la más pequeña se separó del resto con una balaustrada y una reja para crear la capilla real.
Tras el descubrimiento de América, la archidiócesis de Sevilla amplió su jurisdicción territorial al Nuevo Mundo. Cuando se crearon las primeras diócesis americanas en la década de 1510, Sevilla pasó a ser metropolitana. La jurisdicción metropolitana de Sevilla sobre América cesó el 12 de febrero de 1546, con la elevación de las sedes de Santo Domingo, México y Lima al rango de archidiócesis.
El 30 de abril de 1958, en virtud del decreto Quum sollemnibus de la Congregación Consistorial, se revisaron los límites de la archidiócesis para hacerlos coincidir con los de la provincia civil, en aplicación del concordato entre el Estado español y la Santa Sede de 1953.[3] La archidiócesis de Sevilla cedió el arciprestazgo de Campillos y la parroquia de La Alameda a la diócesis de Málaga, y las 2 parroquias de Fuente Palmera y Puente Genil a la diócesis de Córdoba. Por otro lado se amplió con los arciprestazgos de Olvera y Grazalema que pertenecían a la diócesis de Málaga.
El 3 de marzo de 1980 cedió otra porción de su territorio (la parte de la provincia de Cádiz) para la erección de la diócesis de Asidonia-Jerez mediante la bula Archiepiscopus Hispalensis del papa Juan Pablo II.[4]
Estadísticas
Según el Anuario Pontificio 2021 la arquidiócesis tenía a fines de 2020 un total de 1 897 000 fieles bautizados.
Según cifras oficiales, en el curso 2017-2018 se formaron 63 seminaristas mayores en la diócesis: 51 en el Seminario Mayor diocesano y 12 en el Seminario Redemptoris Mater local.[6] Además, se ordenaron siete nuevos sacerdotes.[7]
Sánchez Herrero, José. Historia de las diócesis españolas; Iglesias de Sevilla, Huelva, Jerez y Cádiz y Ceuta, Madrid-Córdoba Biblioteca de Autores Cristianos, 2002. ISBN 8479146214ISBN 978-8479146214
Ros, Carlos. Historia de la Iglesia de Sevilla, Sevilla, CASTILLEJO, 1992. ISBN 84-8058-005-4