Inmigración en EspañaLa inmigración en España es, desde finales de la década de los 2000, un fenómeno de gran importancia demográfica, social y económica en España. La inmigración a España aumentó significativamente desde finales del siglo XX debido al rápido crecimiento económico que vivió España hasta 2008, llegando a formar el 12,2% de la población española en 2010, su punto más alto.[1] Llegada la crisis económica, la población inmigrante en el país disminuyó significativamente entre 2011 y 2017 hasta bajar al 9,8% de la población nacional.[2] No obstante, con la mejora de la economía española, el porcentaje volvió a subir rápidamente entre 2017 y 2020.[3] Según el INE en 2022, la población extranjera en España era de 5 542 932 personas o el 11,7% de la población nacional.[4] España recibe inmigrantes principalmente de Iberoamérica, además de otras partes de Europa y África. En 2017, los grupos que más aumentaron su población en el país procedían de Venezuela, Colombia, Italia, Ucrania y Argentina.[5] Entre 2020 y 2021, el flujo migratorio de argentinos a España aumentó un 65,8%, encabezando la lista de sudamericanos que más emigraron a España.[6] En 2022, la comunidad procedente de Hispanoamérica creció casi un 60% en Madrid, debido al aumento de las comunidades de venezolanos, colombianos, peruanos, dominicanos y hondureños, entre otros, mientras que menguan las de rumanos, chinos o marroquíes.[7] Los mayores aumentos de población extranjera en la primera mitad de 2022 se registraron entre los ucranianos (con un incremento del 45,8%), peruanos (+20,1%), colombianos (+19,1%) y venezolanos (+14,4%).[8] Asimismo, también se ha facilitado la llegada de inmigrantes rusos y latinoamericanos.[9][10] De acuerdo con el INE, España ganaría más de cuatro millones de habitantes en los 15 próximos años y más de cinco millones hasta 2072 si se mantuvieran las tendencias demográficas actuales, pasando de 47 432 805 a 52 886 370 de habitantes. La población de 65 y más años supondría el 26,0% del total en el año 2037.[11] En 2022, había 7 627 270 residentes nacidos en el extranjero viviendo en España, el 15,2% de la población total.[12] La inmigración irregular supuso 31.000 entradas en España en 2022.[13] Más de 11.000 personas, de las cuales 377 niños, han muerto en el mar entre 2018 y 2023 cuando intentaban alcanzar las costas españolas.[14] HistoriaVéase también: Emigración española
Siglo XXEn unas pocas décadas, España ha pasado de ser un país generador de emigración a ser un receptor de flujo migratorio. A partir de 1973, con la crisis del petróleo, la emigración de españoles al extranjero empezó a dejar de ser significativa y se produjo el retorno de muchos emigrantes españoles que se mantiene hoy en día; hecho que se cree que ha sido forzado por el descenso del atractivo laboral de los países de acogida y otras relacionadas con asuntos de pensión de vejez. El restablecimiento de la democracia coincidió con una fase de relativo equilibrio en los saldos migratorios netos, que se prolongó hasta mediados de los años 1990. En la actualidad se piensa también que las nuevas generaciones de españoles nacidos en el extranjero retornan debido principalmente a trabajo-valor que resulta más atractiva por el euro.[cita requerida] siglo XXIEl dinamismo que mostró la economía española desde entonces, puede explicar el fuerte crecimiento de la inmigración. Desde el año 2000, España ha presentado una de las mayores tasas de inmigración anual del mundo (de tres a cuatro veces mayor que la tasa media de Estados Unidos, ocho veces más que la francesa. En el año 2005 solo era superada en términos relativos en el continente europeo por Chipre y Andorra.)[19] En la actualidad, sin embargo, su tasa de inmigración neta anual llega solo al 0,99%, ocupando el puesto número 15 dentro de la Unión Europea.[20] Es además, el noveno país de la UE con mayor porcentaje de inmigrantes, por debajo de países como Luxemburgo, Irlanda, Austria o Alemania.[21] España es, además, el décimo país del planeta que más inmigrantes tiene en números absolutos, por detrás de países como Estados Unidos, Rusia, Alemania, Ucrania, Francia, Canadá o el Reino Unido.[22] En los cinco años posteriores al año 2000, la población extranjera multiplicó por cuatro, asentándose en el país casi tres millones de nuevos habitantes. Según el censo de 2014, el 10,7% de los residentes en España era de nacionalidad extranjera. A causa de la crisis económica que atraviesa España, del 2010 al 2011, se produjo un descenso por primera vez en la historia de 37 056 personas en cifras absolutas.[23] En 2014, la población de origen foráneo representaba el 10,7% de una población total registrada de 46,7 millones de personas. Esto contrasta con lo ocurrido a mediados de los años 1990, cuando su número era de cerca de un millón y su porcentaje rondaba el 2,5% de la población total.[24] Durante la última década el origen de los inmigrantes se ha diversificado. En enero de 1998, los inmigrantes provenientes de la UE-15 constituían el 41,3% del total de residentes no nacidos en España. En enero de 2011, su porcentaje suponía menos del 20%. Al mismo tiempo, el mayor aumento lo registraban los inmigrantes de países europeos no incluidos en la categoría UE-15, especialmente aquellos provenientes del este europeo. El número de inmigrantes europeos de países fuera de la UE-15 entre 1998 y 2011, y su peso porcentual en el total de la inmigración pasó de 6,6% a 21%. Considerando los países de origen de la inmigración vemos que en 1998 las cinco nacionalidades dominantes eran marroquíes (190 497), franceses (143 023), alemanes (115 395), británicos (87 808) y argentinos (61 323). En 2011 esta lista era: rumanos (809 409), marroquíes (766 187), ecuatorianos (478 894), británicos (392 577) y colombianos (372 541). En 2011 se registra la entrada de 457 650 nuevos inmigrantes extranjeros según los datos de INE.[25] La aparente disminución del número de ciudadanos de origen extracomunitario en España también se debe también al número de nacionalizaciones realizadas en 2011, los cuales desaparecen de las tablas de extranjeros del INE[26] y a otros factores como las nacionalizaciones en origen acorde con la ley de la memoria histórica, unas 300 000 en Hispanoamérica.[27] La cifra de personas migrantes que han muerto en su intento por alcanzar la costa española en 2021 ha superado los 4.400.[28] Las ciudades de Melilla y Ceuta, enclaves españoles en el norte de África, están sometidas a una fuerte presión migratoria, ya que muchos refugiados, sobre todo del África subsahariana, buscan entrar en ellas. En 2022, la tragedia de Melilla se produjo tras el intento de casi 2.000 migrantes de cruzar ilegalmente la frontera. Unos 30 de ellos murieron en la estampida y como consecuencia de lo que la ONU calificó de "uso excesivo de la fuerza" contra los migrantes.[cita requerida] Distribución de la inmigración en EspañaPor regiónVéase también: Anexo:Inmigración en España por provincias
La población extranjera se suele concentrar en las zonas de mayor dinamismo económico del país, y por tanto con mayor necesidad de mano de obra. Así, las zonas de España con mayor proporción de inmigrantes son Melilla y su área de influencia, el arco mediterráneo y las islas. En el caso de los inmigrantes comunitarios, muchos buscan el poder disfrutar de un clima más suave que el de sus países de origen; de esta manera, los residentes de la Unión Europea se suelen concentrar en las costas de la Comunidad Valenciana, Andalucía, Cataluña, Baleares y Canarias. Por el contrario, las regiones con menor proporción de inmigrantes en el 2005 son Extremadura (2,3 % frente al 8,46 % nacional), Asturias (2,5 %), Galicia (2,5 %), País Vasco (3,4 %), Castilla y León (3,6 %) y Cantabria (3,7 %). Hay que señalar que el 44,81 % de todos los inmigrantes censados en España se reparten entre tan solo tres provincias (Madrid, Barcelona y Alicante). Por municipioSegún el censo de 2009, la localidad española con mayor proporción de extranjeros es San Fulgencio (Alicante), donde el 77,58 % de sus 12 030 habitantes son no españoles. Los únicos municipios de más de 10 000 habitantes donde los extranjeros superan a los nacionales son Rojales (65,25 % de extranjeros), Teulada (60,37 %), Calpe (58,61 %), Jávea (51,22 %) y Alfaz del Pi (50,89 %), todos ellos en la provincia de Alicante, que es la provincia con mayor porcentaje de inmigrantes del país. La ciudad de más de 50 000 habitantes con mayor proporción de extranjeros es Torrevieja (con un 47,65 % de foráneos sobre 84 348 habitantes), también en Alicante, y la capital de provincia con mayor porcentaje es Barcelona (21,52 % sobre 1 664 182 habitantes).[cita requerida] Por nacionalidadPor otro lado, la distribución geográfica de los inmigrantes depende también en gran medida de su nacionalidad. En Madrid y Cataluña, la suma de iberoamericanos y africanos (contando magrebíes) representa en ambas comunidades dos tercios de los inmigrantes, si bien en Cataluña hay el doble de africanos que de iberoamericanos y en Madrid sucede lo contrario. Los marroquíes son la colonia más numerosa en Cataluña y Andalucía, y el 75,51 % de todos los pakistaníes del país se encuentran en Cataluña. La mayor parte de los ecuatorianos se encuentran entre Madrid (un 34 % de ellos en 2005), Barcelona y Murcia. Los británicos son mayoritarios en Alicante y Málaga; los alemanes, en Baleares y Canarias. Por su parte, casi la mitad de los rumanos de España residen entre Madrid y Castellón. Origen de los inmigrantesVéase también: Anexo:Datos de inmigración en España
Por continente y regiónLa inmigración en España es muy variada y está dominada por la procedente de áreas culturalmente cercanas. En España, la mayoría de los inmigrantes provienen de Iberoamérica (el 36,21% del total de extranjeros afincados en España, según el censo INE 2006); les siguen después los procedentes de la UE (34,45%) y del Norte de África (14,83%). A gran distancia se encuentran los extranjeros provenientes de la Europa no comunitaria (4,40%), el África subsahariana (4,12%), el Extremo Oriente (2,72%), el Subcontinente indio (1,67%), América del Norte (0,66%) y Filipinas (0,48%). Del resto de Asia y de Oceanía solo son originarios el 0,50% restante, mientras que están registrados un 0,02% de apátridas.
Por paísPoblación por lugar de nacimiento (2023):[29]
Inmigrantes subsaharianos en EspañaAños 1990La inmigración subsahariana en España es de vieja data, pero siempre fue cuantitativamente muy limitada. Esta situación comienza a cambiar en los años 1990, cuando empieza a llegar a Melilla un flujo mayor de africanos procedentes del sur del Sáhara. En enero de 1998 vivían en España unas 36 000 personas nacidas en África subsahariana, pero no sería hasta los años posteriores a la regularización de 1996 cuando se produce el primer “boom” de la inmigración subsahariana y de su acceso al mercado de trabajo español el cual se orientará, fundamentalmente, hacia sectores como la agricultura, la construcción, los servicios y el comercio ambulante, sectores caracterizados por los bajos salarios y las condiciones precarias de empleo. Entre enero de 1998 y enero de 2003 se triplica la llegada de inmigrantes subsaharianos, llegando a la cifra de 110 000 personas.[cita requerida] siglo XXIEn 2010 la cifra es de 237 309 y todas las variables indican una tendencia a la diversificación de los países de procedencia. La irregularidad y la reagrupación familiar han sido las formas acceso a España más utilizadas. Para muchos subsaharianos se trata, sin embargo, de una forma de exclusión o irregularidad extrema dada la imposibilidad de muchos, debido a su falta de documentación y a la negación sistemática de visados cuando sí los tienen en sus países de origen, de empadronarse y obtener por ello la regularización vía arraigo. Esto hace de los inmigrantes subsaharianos una categoría especialmente vulnerable dentro de las migraciones provenientes de países no comunitarios. En 2021, las comunidades autónomas con el mayor número de inmigrantes empadronados de origen subsahariano eran principalmente Cataluña, con la población subsahariana más grande del país, seguida en menor medida por Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid.[39] Inmigrantes regulares en EspañaSe trata de los extranjeros con certificado de registro o tarjeta de residencia en vigor, ambas estadísticas proceden de ficheros cedidos por la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil y explotados por el Observatorio Permanente de la Inmigración. Estas cifras no tienen en cuenta los trabajadores transfronterizos, los solicitantes de asilo, los apátridas, los que se encuentran en España en situación de estancia, y los que tenían caducada su documentación y estaban en trámites de renovarla. A 1 de enero de 2018, y teniendo en cuenta estas consideraciones, la cifra de inmigrantes regulares en España era de 4 572 807, un 20,5% menos que en 2011.[40] Una gran parte del descenso de ciudadanos latinoamericanos es debido a la nacionalización de estos ciudadanos que una vez obtenida la nacionalidad española, ya cuentan como ciudadanos españoles y no como inmigrantes. La mayor parte de nacionalizaciones hechas en España a principios de la década de 2010 ha sido por parte de Ecuatorianos, Colombianos y Bolivianos.[41][42][43] En los últimos años, un gran número de marroquíes, venezolanos y colombianos se han convertido en ciudadanos españoles.[44][45]
Según régimen de residencia, 2 562 032 extranjeros (el 53,47% del total) están incluidos en el Régimen General y 2 229 200 (el 46,53%) al Régimen Comunitario, del que forman parte los nacionales de países de la Unión Europea, así como sus familiares y los familiares de españoles carentes de nacionalidad española. Del total de certificados de registro o tarjetas de residencia en vigor a 31 de marzo de 2008, el 21,6% corresponde a autorizaciones de trabajo por cuenta ajena, el 0,3% a autorizaciones de trabajo por cuenta propia, el 10,8% es de residencia no lucrativa (no da derecho a trabajar), el 20,4% es de tipo permanente, permitiendo residir y trabajar en las mismas condiciones que los españoles, y el 46,8% restante es un certificado de registro o tarjeta de residencia perteneciente a un ciudadano comunitario o familiar (Régimen Comunitario). Dentro de los países que tienen los mayores porcentajes de Inmigrantes regulares en España (2009), destacan Portugal (97,6%) y Reino Unido (96,9%).[cita requerida] CaracterísticasLa gran variedad de la inmigración en España hace difícil realizar una caracterización común. SexoEl 53,40% de los extranjeros censados en 2005 eran varones, frente a un 46,60% de mujeres. Sin embargo, se encuentran diferencias importantes dependiendo del origen de los inmigrantes:
EdadLa mayoría de la población inmigrante viene a España buscando un puesto de trabajo, de ahí que el 51,91% de los extranjeros residentes en España (frente a un 32,66% del conjunto de la población) tengan entre 20 y 39 años y que el 30,19% de los extranjeros tengan entre 25 y 34 años (frente a un 17,44% del conjunto de la población).[48] Puesto que la mayoría de los extranjeros vienen a España en búsqueda de empleo, la proporción de mayores de 65 años es escasa, e incluso anecdótica en algunos países, mientras que el bloque más importante corresponde a la población en edad de trabajar (entre 16 y 65 años). El 17,71% de los ciudadanos de nacionalidad española tenía más de 65 años según el censo INE 2005; esta cifra era de tan solo 4,81% para el total de extranjeros. Sin embargo, esto no es uniforme para todos los países:
La pirámide de edad de la población extranjera residente en España presenta pues una base un poco más estrecha, un centro mucho más amplio y un pico despreciable en comparación con los del conjunto de la población española. Causas de la inmigración en EspañaLa inmigración en España presenta un carácter multifactorial. Entre sus principales causas se encuentran:
Consecuencias de la inmigración en EspañaConsecuencias demográficasLa consecuencia más llamativa de la inmigración en España ha sido el aumento de la población: así, entre 1998 y 2005 España había crecido en 4 255 880 habitantes, lo que representa un crecimiento del 10,68% de la población en 7 años. La mayor parte de esta cifra se debe a la llegada masiva de inmigrantes durante este período. Además, la mayor tasa de natalidad de la población inmigrante es la principal causa del repunte de la fecundidad que se ha producido en el país, pasando de una tasa bruta de natalidad del 9,19‰ al 10,73‰ entre 1998 y 2005. En 2005, el 15,02% de los nacimientos registrados en España fueron obra de mujeres de nacionalidad extranjera,[49] aunque solo fue extranjera el 8,46% de la población española y el 10,64% de las mujeres en edad fértil residentes en España. Por otro lado, como la mayor parte de la población que inmigra suele tener entre 25 y 35 años, el crecimiento es mayor en este grupo de edades y en consecuencia se rejuvenece la población española. Así, el 51,91% de los extranjeros residentes en España tiene entre 20 y 39 años, frente a un 32,66% del total de habitantes de España que se encuentran en esta franja de edad Una de las consecuencias de la Crisis económica de 2008-2010, la Crisis inmobiliaria española de 2008 y el alto Desempleo en España ha sido la reducción de la natalidad en la población inmigrante tanto por la falta de recursos como por la asunción de pautas de natalidad de la población autóctona -pocos hijos-.[50] De hecho, se ha invertido la situación, teniendo más emigrantes que inmigrantes y volviendo al flujo negativo migratorio.[51] Porcentaje de inmigrantes respecto la población total de España[52][53]
Visiones positivasLa importante llegada de población inmigrante en edad de trabajar ha repercutido favorablemente en el total de afiliaciones a la Seguridad Social, hasta el punto que cerca de un 45% de las altas registradas entre 2001 y 2005 correspondieron a trabajadores foráneos. Puesto que casi la mitad del trabajo creado en estos años se ha nutrido de trabajadores extranjeros, su contribución al crecimiento del PIB en este quinquenio (un 3,1% medio anual, en términos reales) habrá sido muy significativa. Además, el aumento de la población laboral ha comportado un incremento de la recaudación asociada a la imposición del trabajo (principalmente por la vía de las cotizaciones sociales) y a los impuestos indirectos (como consecuencia del incremento del consumo). Por otra parte, dado que el empleo extranjero se ha concentrado principalmente en sectores donde la oferta de mano de obra nacional resulta escasa (construcción, empleados de hogar, hostelería, agricultura, etc.), la inmigración ha contribuido a suavizar la rigidez de esta oferta, limitando la aparición de tensiones inflacionistas y haciendo que pequeñas empresas españolas continúen con su actividad. Visiones negativasSe han alzado, también, opiniones que sostienen que la inmigración ha comportado distorsiones en el mercado laboral español. Así, aunque el PIB español ha crecido entre el 3% y el 4% entre los años 1997 y 2007, los salarios reales de la población española no solo no han aumentado, sino que han disminuido ligeramente.[54][55][56] Señalándose que la llegada de trabajadores, presuntamente no cualificados ha tirado a la baja de los salarios en diversos sectores de la economía española como por ejemplo la construcción, la hostelería e incluso el servicio doméstico. Por otro lado, buena parte de los trabajos asumidos por los inmigrantes han sido creados al calor de la llamada burbuja inmobiliaria: alrededor del 30% de los trabajadores de la construcción son extranjeros. Así, lo que la inmigración habría permitido sería el abaratamiento del ciclo productivo en la economía tradicional española, al hacer innecesario acometer proyectos de modernización e I+D, debido a que la inversión no sería necesaria ya que se consigue mantener beneficios mediante la reducción de salarios. Las principales presunciones negativas asumen que:
La Fundación por Causa señala que en 2021, más de 125 mil menores extranjeros sin papeles viven en riesgo de exclusión social severa en España.[57] Consecuencias socioculturalesLa llegada de inmigrantes en los últimos años ha generado una mayor diversidad cultural, religiosa y lingüística. Aunque la evaluación a largo plazo de la inmigración en España es complicada debido a su carácter reciente, la llegada mayoritaria de inmigrantes procedentes de ámbitos culturales o lingüísticos cercanos (el 75,02% proceden o bien de Iberoamérica o bien de otros países del continente europeo), unido a que la inmigración es de origen variado, puede dejar entrever una integración menos problemática que la surgida en otros países de la Unión Europea. Con todo, un estudio procedente del Ministerio de Trabajo e Inmigración de España señala que en los últimos años ha aumentado la tendencia general al rechazo de la población nacida en el extranjero, es decir, al aumento de la xenofobia.[58] Aunado a esto las nuevas generaciones de extranjeros nacidos en el país siguen compartiendo los ideales identitarios de sus padres, generándose grupos interétnicos en la población nacida en España.[59] La percepción respecto a la seguridad ciudadana corresponde a los datos oficiales. En 2010, la población extranjera en las prisiones españolas (41 945 reclusos extranjeros[60]) representaba aproximadamente 1/3 de la población reclusa en España, pese a ser únicamente el 10% de la población total, un número que apenas ha decrecido desde un máximo de 43 043 en 2008.[60]. Con respecto a la religión, la llegada de inmigrantes ha traído religiones como el islam (principalmente entre africanos), el evangelismo (principalmente entre latinoamericanos) o la ortodoxia (principalmente entre europeos del este). Consecuencias lingüísticasDebido a la fuerte inmigración que ha recibido España desde los años 1990, han aparecido comunidades bilingües relativamente importantes. Las lenguas alóctonas más habladas en España son las siguientes:[61]
Adquisición de la nacionalidad españolaVéase también: Naturalización
Los nacionales originarios de Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Iberoamérica, Portugal o sefardíes, pueden solicitar la nacionalidad española en el momento de cumplir dos años de residencia legal y continuada en España, adquiriendo así la doble nacionalidad.[62][63] Recientemente, también se ha propuesto la misma jurisdicción para los nacionales originarios de Francia, Italia y Rumania.[64][65][66] Desde 2014, se han endurecido los requisitos para conseguir la nacionalidad española, lo cual ha disminuido el número de personas que logran conseguir la nacionalidad, bajando de su pico alto de 225.793 concesiones en 2013.[67][68] A pesar de esto, España sigue siendo de los países europeos que más concesiones de nacionalidad otorga. En 2015, España fue el tercer país de la UE que más extranjeros nacionalizó, por detrás de Italia y Reino Unido.[69] En 2020, España era el segundo país de la Unión Europea tras Italia con el mayor número de concesiones, el 17% del total europeo.[70] Desde 2021, el partido de derecha populista, Vox, ha propuesto endurecer aún más los requisitos a los extranjeros que tienen la condición de refugiados debido a la inmigración irregular.[71] En 2021, el Gobierno de España otorgó la nacionalidad española a 144.012 residentes inmigrantes en el país. Entre estos, el mayor número de concesiones eran a: 42.000 (o 29,2% del total) de Marruecos, seguido por 8.328 (5,8%) de Colombia, 8.325 (5,8%) de Ecuador, 8.311 (5,8%) de Bolivia y 6.791 (4,7%) de la República Dominicana. En total, más de la mitad que logró adquirir la nacionalidad española provenía de Hispanoamérica.[72][71] En 2022, los países donde más solicitudes para tramitar la concesión de nacionalidad ha habido por cuenta propia fue en: Argentina (7.119), Cuba (4.041), México (3.450), Francia (566), Estados Unidos (549), Uruguay (533), Perú (335), Guatemala (238), Venezuela (120), Marruecos (64) y Rusia (23), además de otros países de Europa.[73] En abril de 2023, más de 20.000 residentes en América Latina pidieron la nacionalidad española, destacando los siguientes países: Argentina (6.791), Cuba (4.041), México (3.358), Venezuela (1.766), Chile (815), República Dominicana (809), Uruguay (790), Brasil (550), Perú (547), Guatemala (441), Ecuador (187), Puerto Rico (122), Bolivia (51) y Nicaragua (26). También se registraron peticiones por el pasaporte español en países como: Alemania, Australia, Bélgica, Canadá, Corea del Sur, Costa Rica, Filipinas, Haití, Honduras, Israel, Jordania, Lituania, Países Bajos, Panamá, Paraguay, Portugal, Reino Unido, Sudáfrica, Suiza, entre otros.[74][75]
Véase también
Referencias
Enlaces externos
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