Huevo napoleónico
El huevo napoleónico es uno de los huevos imperiales de Fabergé: un huevo de Pascua joya que el último zar de Rusia, Nicolás II, regaló a su madre, la Emperatriz viuda María. Fue fabricado en 1912 en San Petersburgo bajo la supervisión de Henrik Wigström, por encargo del joyero ruso Peter Carl Fabergé, de Fabergè; las miniaturas están firmadas y fechadas: "V. Zuiev 1912". Es el único huevo, junto con el Huevo del yate imperial Standart de 1907, del que se han encontrado los planos del proyecto.[1] PropietariosEn 1917, durante la Revolución Rusa, el huevo fue confiscado por el Gobierno Provisional como muchos otros tesoros imperiales; en 1930 fue vendido por Antikvariat, junto con otros nueve huevos, a Hammer Galleries en Nueva York, un coleccionista privado lo compró en 1937. En 1951 fue vendido a Matilda Geddings Gray a cuya muerte, en 1971, el precioso huevo pasó a la Fundación Matilda Geddings Gray. Posteriormente, el huevo se exhibió al público en el Museo de Arte de Nueva Orleans[1] con la Colección de la Fundación Matilda Geddings Gray (MGGFC);[2] desde marzo de 2007 hasta el 5 de junio de 2011, la colección estuvo alojada en el Museo y jardín botánico de Cheekwood en Nashville.[3] Desde el 22 de noviembre de 2011 hasta el 27 de noviembre de 2016, la colección estuvo expuesta en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.[4] DescripciónConmemora el centenario de la Batalla de Borodinó durante Invasión napoleónica de Rusia en 1812. Está recubierto de esmalte translúcido verde esmeralda sobre fondo guilloché y decoraciones doradas de opulento estilo imperio.[3] Un motivo de rama de laurel sobre bandas de esmalte rojo, rodeado de filas de diamantes talla rosetón, divide la cáscara horizontalmente y en la parte media más ancha, verticalmente en seis paneles con águilas bícéfalas y trofeos de batalla en el centro.[5] En la parte superior del huevo se ve el monograma coronado de María Fëdorovna, cubierto con un diamante tallado como una losa delgada. El interior del huevo está forrado con raso y terciopelo. Sorpresa
Cada miniatura tiene un marco octogonal de oro amarillo decorado con diamantes talla rosetón y esmalte verde esmeralda translúcido sobre un fondo guilloché; el reverso de los paneles está esmaltado en blanco opaco y lleva en el centro, en diamantes, el monograma en caracteres cirílicos de la emperatriz viuda coronado por la corona imperial.[2] Los seis paneles están unidos por bisagras de oro engastadas con diamantes[2] en forma de fasces con una doble hacha en el medio.[1] Referencias
Bibliografía
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