La historia de Asturias cubre el periodo desde que las tribus paleolíticas se asentaron en esta zona de la franja cantábrica hasta la sociedad posindustrial moderna de nuestros días. Sobre la etimología del término Asturias, algunos autores creen que su origen se halla en el nombre del río Astura (hoy río Esla), cuyos ribereños fueron llamados astures por los autores romanos.[1]
En el Mesolítico se desarrolló una cultural original, el Asturiense, propia del oriente de Asturias y el occidente de Cantabria. Estos asentamientos se encuentran en bocas de cuevas próximas al mar o bajo abrigos, generalmente próximos a la costa, aunque también en montañas cantábricas del interior.
Según Avieno, en su descripción de las costas del occidente europeo, fueron los Oestrimnios el pueblo que habitaron en un principio el norte peninsular y la costa atlántica hasta Bretaña. Serían los descendientes de unos primeros habitantes que serían un pueblo preindoeuropeo y otro indoeuropeo no celta. Estos fueron desplazados por otros que formaban el Ofiusa (nombre que recibía todo el norte peninsular): Cempsos, Sejes, Ligus y Draganos. De estos, los dráganos ocuparían la actual Asturias y serían el pueblo de origen celta que la invadió.
Edad Antigua
Cultura castreña
El periodo entre el abandono de las cuevas hasta casi la romanización es bastante desconocido. Los autores griegos o latinos hablan de tribus bárbaras y aguerridas que vivían en las selvas y montañas. Escritores romanos como Plinio el Viejo y Pomponio Mela y griegos como Estrabón hablan de dos tribus principales separadas por la Cordillera Cantábrica: los astures augustanos con capital en Asturica (la actual Astorga) cuyos dominios llegaban hasta el Duero, y los astures transmontanos que se extendían entre el río Sella y el Navia. No obstante, hoy se entiende que estas divisiones son producto de la practicidad romana a la hora de establecer sistemas administrativos y policiales, y no como muestra de identidades precisas indígenas.
Existe también constancia escrita de las duras luchas mantenidas entre astures y cántabros a lo largo del cauce del Sella[cita requerida]. Así como de la rudeza y bravura de ambos pueblos y su resistencia a ser dominados por los romanos.
A finales del siglo I a. C. los romanos tenían la necesidad de terminar la conquista de toda la península ibérica. En ese momento sólo los pueblos del norte: Astures y Cántabros no estaban bajo el yugo romano. La motivación principal del interés imperial por esta región era el oro del subsuelo del área noroccidental peninsular,[6] conocido para los romanos por la expedición contra Gallaecia de Bruto; también el joven emperador Augusto necesitaba de alguna victoria que glorificase su posición.[7] En el año 29 a. C. se unen los vacceos, astures y cántabros en su lucha contra los romanos, y estos concentraron todo su poder militar en el norte peninsular. César Augusto tuvo que ponerse personalmente al frente de sus tropas.[8]
Siempre según las fuentes grecolatinas,[12] en el año 25 a. C. los astures cruzaron los montes de la Cornisa Cantábrica y acamparon en el río Astura (río Esla). Dividiendo sus fuerzas en tres columnas pretendían atacar a otros tantos campamentos romanos. De no haber sido por la traición de la ciudad de Brigaecium que avisó a los romanos dándoles tiempo a reorganizarse y rechazar el ataque, los astures hubieran arrasado las tropas del general Publio Carisio. Tras sufrir esta derrota, los astures se refugiaron en el oppidum de Lancia que fue atacada y ocupada por el legado de Lusitania.
Sin embargo, esta victoria no supuso el final de la resistencia astur. En efecto, los romanos tuvieron que enfrentarse con sucesivas rebeliones que periódicamente surgían a causa del trato recibido del invasor o del levantamiento de impuestos. Así pues, hubo varias rebeliones en el 24 a. C., 22 a. C. y una última en el 19 a. C. que fue la más duramente represaliada. Augusto con el deseo de una rápida pacificación le dejó el mando de sus tropas a su mejor estratega: Agripa.[13]
La caída y desmembración del Imperio romano, que no pareció haber ejercido mucha influencia en el territorio astur, se produce en el siglo V. En el siglo VI, la invasión de la Península por los visigodos y suevos es rechazada por los astures, manteniéndose por consiguiente al margen de la influencia cultural germánica.
En el momento en que los musulmanes ganaron, en la batalla de Guadalete (711), al reino visigodo de Toledo, los cristianos de Toledo huyen para buscar refugio en Asturias. Es en este momento cuando las reliquias que hoy se guardan en la Cámara Santa de la Catedral llegan a Asturias. Primero se guardaron en el Monsacro (Montes de Morcín) y luego en Oviedo. Esta región nunca sufrió una intensa arabización, ya que las ocupaciones por parte de los musulmanes eran eventuales y tenían más un carácter de razzias.
En el año 716 se produce en Asturias una primera revuelta contra el poder musulmán, al mando de un caudillo (probablemente noble) llamado Don Pelayo. Esta revuelta fue sofocada y Pelayo detenido y encarcelado.
Don Pelayo consigue huir en el año 717 de Córdoba, llega al río Piloña en 718 y ese mismo año consigue convertirse en jefe de los Astures, tras conversar y convencer a los pueblos astures de la necesidad de unir sus fuerzas frente "al enemigo común". En mayo de 722 tiene lugar un segundo enfrentamiento en la Batalla de Covadonga contra el general árabe Munuza. Esta fue más una victoria guerrillera que militar. Don Pelayo, con la intención de consolidar su triunfo, se proclama rey en Cangas de Onís, fundando el Reino de Asturias.
La monarquía asturiana, a consecuencia de varias escisiones y reagrupaciones, daría paso en los siglos siguientes a los Reinos de León, de Galicia, de Castilla y de Portugal. A partir de ese momento y hasta 1492 la península ibérica estará dividida en una parte musulmana y otra cristiana.
El Reino de Asturias se fracciona tras la muerte del rey Alfonso III el Magno, quien reparte sus dominios entre tres de sus cinco hijos. Estos dominios incluían, además de Asturias, el condado de León, el de Castilla, el de Álava, el de Galicia y el de Portugal (que entonces era solo la frontera sur de Galicia). García se quedó los dos primeros condados fundando el Reino de León. Ordoño II se quedó con Galicia y Portugal, y Fruela II se quedó Asturias y heredó, más tarde, el reino de León de su hermano García I, que no tuvo descendencia.
Baja Edad Media y Edad Moderna
Tras la unión de los dos reinos el de Asturias y el de León, la capitalidad pasó a la bien amurallada y romana ciudad de León. Con lo que Asturias se convirtió en una región apartada y de difícil acceso, únicamente visitada con objeto de las peregrinaciones a Santiago de Compostela, cuando los peregrinos del Camino de Santiago se desviaban hasta Oviedo para visitar las reliquias de la Catedral.
Movimientos secesionistas
La pérdida de esta influencia provocará varios movimientos secesionistas; unos de los más importantes serían, en el siglo XII, el levantamiento del conde Gonzalo Peláez en contra del rey Alfonso VII y de Urraca, que gobernaba Asturias en nombre del Rey.[16]
En los primeros tiempos de la institución le pertenecía al príncipe el territorio asturiano como patrimonio y podía nombrar jueces, alcaldes, etc. que gobernaban en su nombre. Esta situación cambió con los Reyes Católicos, que redujeron el título a una condición honorífica.
Asturias desempeñó un papel importante en la sublevación que tras la muerte de Enrique IV inició el rey Alfonso V de Portugal en favor de los derechos sucesorios de su sobrina Juana y contra Isabel la Católica. Alfonso V se apoyó en nobles castellanos descontentos e Isabel en las tropas enviadas por Asturias y Vizcaya.[cita requerida]
Asturias presenta en el siglo XVII una precaria situación comenzada por una dura epidemia comenzada en 1598 y que acabaría con un 20% de la población.[19] En 1693 habría otra pandemia.[20] A pesar de estos golpes demográficos, la población asturiana tendría un creciente desarrollo, especialmente en la costa y en los valles.[21] A nivel económico, la entrada del maíz en la agricultura asturiana, beneficiado por el clima lluvioso de la región, ayudaría a las economías de subsistencia rurales.[22] El obispo salenseFernando Valdés Salas funda la Universidad de Oviedo, que entraría en funcionamiento en 1608[23] y durante este periodo se terminan las obras de la Catedral de Oviedo.
Cuando Napoleón Bonaparteinvadió España en 1808 con el apoyo de los afrancesados se inició la Guerra de la Independencia, la Junta General del Principado de Asturias optó por desobedecer el día 9 de mayo las órdenes venidas desde Madrid, donde habían ocurrido los fusilamientos del 2 de mayo, causantes de crispación entre los asturianos y motivo de la desobediencia. No obstante, el 13 de mayo, la Junta se atemoriza y decirle hacerle caso a las órdenes francesas, como respuesta, el 25 de mayo de 1808 una irrupción popular declara al pueblo de Asturias como soberano en la Sala Capitular de la Catedral de Oviedo. Así miso toman varios puntos de Oviedo como la fábrica de armas de La Vega y constituyen un nuevo órgano de gobierno: la Junta Suprema.[24] Pronto reúnen un ejército de más de 20 000 hombres de distintos concejos, declaran la guerra a Francia, envían una delegación al rey Jorge III y asientan el precedente de la Junta Suprema Central, coordinadora de las distintas Juntas Supremas del territorio español.[25]
Asturias durante las guerras carlistas
Asturias fue escenario de algunas batallas durante la primera guerra carlista (1833-1839), especialmente Oviedo, que fue tomada por el general Gómez en el verano de 1835 tras atravesar el puerto de Tarna con un destacamento carlista de 2 800 hombres. Sin embargo a los 3 días tuvo que abandonar la ciudad por la llegada de las tropas de Espartero.[26] Este hecho, probablemente, es el origen de la tradición gastronómicaovetense del Día del Desarme.[27] En el oriente ocurre en septiembre de 1836 otra ofensiva carlista, la del general Sanz, que toma Llanes e Infiesto. Intentaría asediar Oviedo pero desiste y se repliega.[26] En Gijón se construye a partir de 1837 una muralla destinada a la defensa de la villa, la cual sería demolida en la década de 1880 dando paso al ensanche de Gijón.[28]
Durante la tercera guerra carlista, entre 1873 y 1876, los carlistas presentaban una mejor organización, aunque fueran derrotados igualmente. Destaca la muerte en 1874 del caudillo carlista José Faes en Mieres, principal núcleo carlista.[26]
Asturias Ilustrada
Mentalidad
En Asturias se daba un plurisecular aislamiento. Había falta de instrucción pública, que solo recaía en las clases privilegiadas. La creación de la Universidad de Oviedo en 1608, no resolverá el problema por estar desvinculada de las transformaciones en los estudios superiores que se habían ido produciendo en otros lugares.
Incluso durante el siglo XVIII, a pesar de que la iglesia cede la tradicional hegemonía en las iniciativas culturales y educativas, los cambios no serán profundos. Por otro lado, la prensa (gacetas, diarios, ensayos, etc.) tan importante en otros lugares en Asturias no será elemento dinamizador por la ausencia de industrias impresoras en la región. Así la cultura ilustrada solo llegará a grupos muy reducidos.
La minoría ilustrada trató de introducir sus ideas a través del poder (despotismo ilustrado), en Asturias formarán parte ella pequeños sectores de la nobleza terrateniente y el clero, es decir, círculos reducidos y elitistas de la sociedad que se reunirán en salones, tertulias y conferencias y mantendrán contacto con la intelectualidad europea.
Gaspar Melchor de Jovellanos es la figura más representativa del movimiento ilustrado español. Además de desempeñar cargos políticos como ministro de Gracia y Justicia (destituido por su visión reformista) realizó importantes aportaciones teóricas y prácticas en economía, agricultura, enseñanza o en teatro y espectáculos públicos. La preocupación de Jovellanos por su tierra, verdadero asturianista, le hizo llevar a cabo multitud de empresas en la región como la creación en 1794 del primer centro de España en formación de expertos en navegación y mineralogía; el Instituto de Náutica y Mineralogía. También proyectó una carretera a Castilla por Pajares, la carretera carbonera e impulsó las explotaciones mineras e la industriales en Asturias.[31]
Sin embargo la principal industria asturiana sería la minería del carbón, desarrollada en las Cuencas Mineras, centro de Asturias. Originada principalmente a mediados del siglo XIX,[41] viviría su edad de oro a partir de 1914 debido a la neutralidad de España en la Gran Guerra y el proteccionismo de los sucesivos gobiernos.[42]
La clase obrera asturiana se organiza y en la década de 1890 aparecen las primeras agrupaciones socialistas en Oviedo y Gijón y algo más tarde en La Felguera y Mieres. En 1898 surge la primera asociación anarquista y en 1881 la primera huelga obrera en Asturias, en los pozos Llascaras y La Moral, Langreo.[44] Habría que esperar hasta 1901 para ver una huelga de gran tamaño, ocurrida entre trabajadores del puerto de El Musel y secundada por los de la fábrica de Moreda, que será desbaratada por la presión patronal. En 1906 la Fábrica de Mieres inicia otra infructuosa huelga. En 1910 es fundado por Manuel Llaneza el Sindicato Minero (SOMA), que será el sindicato más poderoso de la región.[45] Para contrarrestarle, la Asociación Patronal de Mineros Asturianos, impulsada por el anti-obrerista marqués de Comillas, propone asociaciones sindicales católicas, que no fueron muy populares.[44] ¡
La CNT, por su parte, se asienta en la mayor industria de la región, Duro Felguera, propietarios de la Fábrica de La Felguera, e inician una dura huelga en 1912. A pesar de las diferencias, el SOMA ayuda a los huelguistas aunque sus pueriles acuerdos finales con la patronal aumentan las redecillas entre anarquista y socialistas. A pesar de la bonanza productiva traída por la situación española en la Primera Guerra Mundial, el nivel de vida se empobreció considerablemente. Es por ello que Asturias participaría activamente en la gran huelga general de 1917; durando 2 meses en huelga y siendo brutalmente represaliada por la Guardia Civil, liderada por el general Burguete.[45]
Durante los siguientes años el Sindicato Minero consigue algunas mejoras laborales (reducción de la jornada laboral, subidas de salarios...) y Manuel Llaneza solicitará al gobierno medidas proteccionistas para el sector hullero, lo que provoca el descontento entre los afiliados al considerarlo un movimiento de aburguesamiento, abriéndose un periodo de conflictos internos en que el propio Manuel Llaneza será apartado de la dirección del Sindicato en 1921. Además, parte de las filas pasan al PCE.[45]
En la dictadura de Primo de Rivera el sindicalismo, especialmente el SOMA, adquiere un perfil más bajo y atenúa su lucha, siendo un momento de precariedad para la población minera.[45]
La Revolución de Asturias de 1934 fue una insurrección obrera que formaba parte de la "huelga revolucionaria" y el movimiento armado organizado en toda España conocido con el nombre de Revolución de octubre de 1934 y que sólo arraigó en Asturias,[46] debido fundamentalmente a que allí la CNT sí que se integró en la Alianza Obrera propuesta por los socialistas de la UGT y el PSOE, a diferencia de lo sucedido en el resto de España. De ahí que la forma de organización social y política de la Comuna Asturiana (nombre con el que también se conoce a la Revolución de Asturias, por sus similitudes con la Comuna de París de 1871)[47] fuera la instauración de un régimen socialista[48] en las localidades donde predominaban los socialistas (o los comunistas), como Mieres donde se proclamó la "República Socialista" o como Sama de Langreo, o el comunismo libertario donde predominaran los anarcosindicalistas de la CNT, como en Gijón y sobre todo en La Felguera.[49] Fue duramente reprimida por el gobierno radical-cedista de Alejandro Lerroux, contra el que se había lanzado la insurrección por haber dado entrada en el gobierno a tres ministros del partido no republicano CEDA, recurriendo, por decisión del general Franco que dirigió las operaciones militares desde Madrid, a las tropas coloniales marroquíes (los regulares del Ejército de África) y a la Legión procedentes del Marruecos español.[50]
Los sublevados tomaron los barrios de Oviedo próximos a la carretera de la cuenca y parte del casco antiguo (San Lázaro, Campomanes, el Fontán, la plaza del Ayuntamiento, y la de la Escandalera). La guarnición de la ciudad apoyada por algunos civiles se protegieron en zonas del centro de la ciudad. Tras cinco días de lucha y con la proximidad de refuerzos militares, los sublevados se retiraron después de dinamitar la Cámara Santa de la catedral, situando la dinamita en la cripta de Santa Leocadia, de incendiar el teatro Campoamor, la Universidad y varios edificios civiles.
Tras el triunfo electoral de la izquierda en febrero de 1936 muchos de los presos de la sublevación fueron amnistiados y en julio de 1936 varios mandos del ejército se levantaron contra el gobierno salido de las urnas.
Durante la Guerra, Asturias quedó aislada del gobierno central y tuvo que formar su propia Administración. Oviedo estuvo ocupada por el coronel Aranda, de los nacionales, que la mantuvo hasta el final con la ayuda del pasillo del Escamplero y el Naranco por donde llegaba el abastecimiento. En Gijón gobernaban la CNT y la FAI, no existía moneda y había cierta descoordinación de las tropas entre el frente y la retaguardia. En esa ciudad, se proclamó el 24 de agosto de 1937 el Consejo Soberano de Asturias y León.[51] En octubre del mismo año varias columnas procedentes del frente de Villaviciosa entraron en Gijón sin casi resistencia y rompieron el cerco de Oviedo.
El conflicto se prolongará durante quince meses, en los que los principales combates se librarán en tomo a la capital, asediada por los milicianos y en los límites de la región, Eo, Deva y costa del Cantábrico por donde las ofensivas del ejército nacional pretenderán liberar el cerco a la ciudad.
La sublevación
Tras el golpe de Estado, las fuerzas republicanas no conseguirán imponerse en la totalidad de la provincia, a pesar de que son mayoría, debido al apoyo del jefe del ejército en Oviedo, coronel Aranda a los sublevados.
El coronel Aranda retrasará su decisión de su apoyo al alzamiento hasta el 19 de julio, tomándose el tiempo suficiente para hacer creer a las autoridades republicanas su fidelidad al régimen y reunir al grueso de las fuerzas militares y Guardia Civil de la provincia en Oviedo para su defensa. Mientras tanto, el coronel Pinilla, animado por Aranda, sublevará los cuarteles de Gijón y comienza la batalla del cuartel de Simancas.[52]
De julio a octubre del 36
Ambos bandos fijaron sus objetivos: El gobierno republicano pretendía acabar rápidamente con los focos rebeldes, y, los nacionales, intentarían resistir hasta la llegada de la ayuda, proveniente de Galicia mediante la llamada columna gallega. En el bando gubernamental surgen en los primeros días Comités que intentarán organizar a las milicias.
Los sublevados de los cuarteles de Gijón serán derrotados tras 33 días de asedio a pesar de la ayuda prestada por el crucero Almirante Cervera, que desde la costa bombardea la ciudad. El cuartel de Simancas caerá el 21 de agosto manteniendo la plaza como republicana.[52] Por su parte, Oviedo queda incomunicado, situación que se prolongará hasta el 17 de octubre, fecha en la que las tropas gallegas dirigidas por el coronel Tejeiro, penetran en la ciudad a través del pasillo abierto desde Grado por el Escamplero. Los milicianos que sitiaban el centro fueron incapaces de asaltar las últimas defensas a pesar de la ofensiva llevada a cabo en los primeros días de este mes.
De octubre del 36 a septiembre del 37
La llegada de la columna gallega a Oviedo abrirá una crisis entre anarquistas y comunistas dando lugar al cambio de algunos consejeros y a fijar como necesidad fundamental anteponer la victoria militar sobre la revolución social.
Para evitar la actuación incontrolada del "terror rojo" de períodos anteriores se crea el Tribunal Provincial Popular. Mientras tanto, Oviedo recibe más ayudas gracias al pasillo abierto y mejoran las duras condiciones de vida de los sitiados y aumenta el número de encarcelados y represaliados que en los primeros meses habían sido pocos. En febrero de 1937 se lleva a cabo una nueva ofensiva en la que participan batallones asturianos y vascos con armamento soviético. Se salda con un nuevo fracaso a pesar de que se consigue penetrar en la ciudad. En agosto de 1937 una nueva ofensiva republicana se dirige ahora hacia el "Pasillo de Grado" pretendiendo con ello estrangular la ayuda material que llegaba a la capital, tampoco tiene éxito.
El 24 de agosto de 1937 el Consejo Interprovincial pasa a Consejo Soberano de Asturias y León, una entidad política independiente con capital en Gijón. De esta manera Asturias se declara independiente del gobierno republicano (el Consejo soberano tenía sus propios ministros, divisas...) y aumenta su debilidad ante el frente sublevado que se aproxima en el oriente.[51] El día 18 de octubre cae Villaviciosa y el 21, Gijón, toda Asturias y todo el norte queda en manos nacionalistas.
La desmoralización en los días anteriores a la caída de Gijón es total, muchos de los más significativos dirigentes huyen desde El Musel, lo que provoca innumerables deserciones y el "sálvese quien pueda". Barcos de la Armada, mercantes e incluso pesqueros se emplean en la evacuación de soldados y civiles (algunos consiguen salvar el bloqueo nacional, otros son apresados y alguno como el destructor Ciscar es hundido en el propio puerto).[52] Otros republicanos huyen hasta Cataluña y algunos se echan al monte formando grupos de guerrilleros o "maquis" que perduran durante algunos años.[53]
Innumerables perdidas materiales, industrias, campos arrasados (la producción descendió en los años sucesivos a niveles por debajo de los alcanzados antes de la República entre un 20 y 29 %).
Edificios destruidos (en Oviedo las 3/5 partes, entre ellos sufrieron graves deterioros la catedral y numerosas iglesias y conventos.
Se cifran en más de 16.000 los muertos, 11.500 en combate (El número de muertos en Asturias solo es superado por Madrid) y más de 5.000 represaliados.
Más de 2000 encarcelados durante los primeros años de 1940 en cárceles o campos de trabajo.
Varios miles de exiliados.
En la posguerra mucha de la población obrera permanecía encarcelada o había huido a las montañas lo que obligó al mantenimiento de una fuerza militar en la región. Pero con la declaración de la Segunda Guerra Mundial en 1939 el carbón y la industria metalúrgica tomaron una importancia extraordinaria lo que impulsó el resurgimiento de la región.
Asturias entre 1939-1981
Asturias durante el franquismo se vio sometida a un gran crecimiento económico y demográfico apoyado en la industria y la minería. En 1957 Francisco Franco inaugura el primer alto horno de ENSIDESA, siderúrgica perteneciente al INI. Esta siderúrgica había sido pensada a partir de 1945 y empezada a construir en 1954 al este del casco urbano de Avilés.[55] Por su parte, las 3 empresas siderúrgicas de capital privado, Fábrica de Mieres, de La Felguera y Moreda-Gijón, se unen en mayo de 1961 bajo el nombre de UNINSA y acuerdan construir una nueva planta al oeste de Gijón, que empieza a operar en 1971 en detenimiento de las antiguas 3 factorías históricas, avocadas al cierre.[56] Sin embargo, a los 2 años de actividad, UNINSA se adhiere a ENSIDESA, en 1973, formando una mega-factoría estatal entre ambas fábricas.[57] La desaparición de la siderúrgica en las Cuencas Mineras provocó cambios migratorios entre las Cuencas y Avilés y Gijón. Seguirían manteniendo su predominancia minera en este tiempo. No obstante, habría una huelga minera en 1962, fue fructuosa aunque reprimida.[58]
En 1948 comienza a construirse en Gijón la Universidad Laboral, que desde su apertura en 1955 será el lugar de formación profesional de miles de asturianos.[59]
El 11 de julio de 1968 se inaugura el Aeropuerto de Asturias, en defecto del aeródromo de la Morgal.[60] En 1976 abre la «Y Griega», primera autovía asturiana que conectaría Avilés, Oviedo y Gijón mediante un sistema de 3 ramales unidos en un enlace viario en Serín. Actualmente forma parte de la A-66 y de la A-8.[61] Todos estos y más avances de la región serían expuestos en la FIDMA a partir de 1963, escaparate técnico, comercial, industrial y turístico de Asturias.[62]
Asturias desde la Transición (1981-Actualidad)
Reconversión industrial
Este periodo está marcado en Asturias por una fuerte reconversión industrial.[63] Prácticamente todos los sectores se ven afectados por recortes de plantilla y cierres. La reconversión industrial, fechada aproximadamente entre 1986 y 1995 dentro de los planes del Gobierno para con la Unión Europea, provoca enormes cifras de paro en las ciudades asturianas, un 24% en Avilés en 1988[64] y un 26% en Gijón en 1987.[65] En 1996 en Asturias se alcanzan 123.000 desempleados.[66] ENSIDESA, por ejemplo, pasaría de 21.012 trabajadores en 1984 a 14.885 trabajadores en 1990.[67] Sin embargo, sigue siendo en la actualidad la mayor empresa de Asturias, suponiendo en 1993 un 23% del empleo industrial asturiano.[65] Hay que reseñar que en 1997 ENSIDESA se privatiza y pasa a denominarse Aceralia, de propiedad luxemburguesa.[66]
A su vez sucedería un estancamiento demográfico y una enorme liberación de suelo urbano, especialmente en Gijón[68] y en menor medida Avilés[69] y las Cuencas.
En las elecciones de 1995 el Partido Popular consigue la mayoría simple en la Junta del Principado de Asturias y es elegido Presidente Sergio Marqués. En 1998, por diferencias de criterio con su partido, Sergio Marqués abandona el Partido Popular y funda la Unión Renovadora Asturiana, gobernando en minoría hasta las elecciones de 1999.[72]
En 1999 el PSOE obtiene la mayoría absoluta y Vicente Álvarez Areces es nombrado Presidente del Principado de Asturias. Desde el 22 de julio del 2003 gobierna con el apoyo de IU y en 2007 de nuevo gana las elecciones y, a pesar de no conseguir mayoría absoluta, de nuevo forma gobierno, siguiendo como presidente Vicente Álvarez Areces "Tini".[73]
Asturias atraviesa el siglo XXI con grandes problemas demográficos, con una población envejecida que amenaza por bajar del millón de habitantes la población del principado.[86]
↑Claudín, Fernando (1985). «Algunas reflexiones sobre Octubre 1934». En Gabriel Jackson y otros, ed. Octubre 1934. Cincuenta años para la reflexión. pp. 43-44. «El hecho de que la insurrección sólo se materializara en Asturias, no debe hacer olvidar que el plan era nacional. Los mineros y metalúrgicos asturianos se lanzaron al combate convencidos de que lo mismo hacían en ese momento los otros sectores del proletariado español».
↑Bayerlein, Bernhard (1985). «El significado internacional de Octubre de 1934 en Asturias. La Comuna Asturiana y el Komintern». En Gabriel Jackson y otros, ed. Octubre 1934. Cincuenta años para la reflexión. pp. 19-40.
↑Comunismo libertario frente a dictadura del proletariado, espontaneidad frente a socialismo integral, fueron los términos más socorridos por los cronistas para subrayar la influencia ideológica en las experiencias de La Felguera y Sama de Langreo — Ruiz, David. Insurrección defensiva y revolución obrera – El octubre español de 1934. Barcelona: Editorial Labor, 1988, ISBN978-84-335-9406-8.
↑(en inglés) Ealham, Chris. The Splintering of Spain – Cultural History and the Spanish Civil War, 1936-1939. Cambridge: Cambridge University Press, 2001, p. 54, ISBN978-0-521-17320-9.
↑García Piñeiro, Ramón. Luchadores del ocaso: Represión, guerrilla y violencia política en la Asturias de posguerra (1937-1952) Días de Diario, 2015. ISBN 978-84-8367-493-2
↑Piñera, Luis Miguel (18 de julio de 2010). «Un ejemplo de modernidad». La Nueva España. Consultado el 18 de septiembre de 2022.
Historia básica de Asturias. Francisco Erice y Jorge Uría. Gijón, Silverio Cañada, 1990.
Historia de Asturias. A. Fernández Pérez y F. Friera Suárez (coordinadores), Jorge Camino Mayor, Miguel Calleja Puerta, José Manuel Fernández Álvarez, Marta Friera Álvarez, Víctor Rodríguez Infiesta (autores). Oviedo, KRK Ediciones, 2005. ISBN 84-96476-60-X