Diócesis de Nova Iguaçu
La diócesis de Nova Iguaçu (en latín: Dioecesis Neo-Iguassuen(sis) y en portugués: Diocese de Nova Iguaçu) es una circunscripción eclesiástica latina de la Iglesia católica en Brasil, sufragánea de la arquidiócesis de San Sebastián de Río de Janeiro. La diócesis tiene al obispo Gilson Andrade da Silva como su ordinario desde el 15 de mayo de 2019. Territorio y organizaciónLa diócesis tiene 995 km² y extiende su jurisdicción sobre los fieles católicos de rito latino residentes en 7 municipios del estado de Río de Janeiro: Nova Iguaçu, Belford Roxo, Japeri, Mesquita, Nilópolis, Paracambi, Queimados y el distrito de Conrado en el municipio de Miguel Pereira.[1] La sede de la diócesis se encuentra en la ciudad de Nova Iguaçu, en donde se halla la Catedral de San Antonio de Padua, conocida como Matriz de Santo Antonio de Jacutinga. En 2019 en la diócesis existían 52 parroquias. HistoriaLa diócesis fue erigida el 26 de marzo de 1960 con la bula Quandoquidem verbis del papa Juan XXIII, obteniendo el territorio de las diócesis de Barra do Piraí (hoy diócesis de Barra do Piraí-Volta Redonda) y Petrópolis.[2][3] El 29 de noviembre de 1963, con la carta apostólica Mutuae quoddam, el papa Pablo VI proclamó a san Antonio de Padua patrón principal de la diócesis.[4] El 14 de marzo de 1980 cedió parte de su territorio para la erección de la diócesis de Itaguaí mediante la bula Gravissimum supremi del papa Juan Pablo II.[5] El 11 de octubre de 1980 cedió otra parte de su territorio para la erección de la diócesis de Duque de Caxias mediante la bula Qui divino consilio del papa Juan Pablo II.[6] EstadísticasDe acuerdo al Anuario Pontificio 2020 la diócesis tenía a fines de 2019 un total de 1 364 950 fieles bautizados.
Episcopologio
Referencias
Enlaces externos
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