Es nativo del mediterráneo. En España se encuentra en la península en etapas aclaradas del encinar y en las islas Baleares donde crece en los bordes de caminos, terrenos sin cultivar y zonas secas.
Descripción
Como todas las especies de Carlina, es semejante a los cardos, con tallo erecto y hojas lobuladas con espinas y capítulos terminales rodeadas por brácteasespinosas similares a las hojas caulinares e involucrales, salvo las más internas parecidas a ligulas y de color amarillo dorado. El receptáculo, algo cóncavo, tiene páleas (brácteas axilares de los flósculos) acanaladas laceradas.
El cardo cuco tiene las flores (flósculos) amarillas. Las hojas, semiabrazadoras, están armadas con espinas en el margen. La planta es perenne y está provista de un tronco sorprendentemente grueso y profundo.
Al igual que otras especies de Carlina, los frutos son cipselas con denso indumento sericeo adpreso y vilano de cerdas plumosas en fascículos soldados en un anillo en su bases.[1]
Carlina: nombre genérico que cuenta la leyenda que le enseñaron los «ángeles» a Carlomagno como debía emplearla (refiriéndose a Carlina acaulis) contra la peste, y que así libró a sus huestes de ella; y la planta se nombró así en su honor. Más tarde, la leyenda cambió a Carlomagno por Carlos I de España.[3] Está última interpretación sería la que sirvió de base a Linneo para nombrar al género.
Carlina corymbosa var. lobeliana (Tausch) Meusel & Kästner[5]
Nombres comunes
castellano: ajonjero, cabeza de pollo, cado cuco, carasol, cardo, cardo cuca, cardo cuco, cardo de arzolla, cardo de cabeza de polle, cardo de cabeza de pollo, cardo de carrizo, cardo de cuco, cardo granador, cardo lechero, cardo pinchoso, cardo redondal, cardo-cuco, cardos de la uva, carlina, cart negre. En cursivas, los más corrientes/extendidos en España.[6][7]