Es una plantabienal, espinosa, semejante al cardo, con el tallo rígido que alcanza los 3 dm de altura. Hojas recortadas y espinosas, lobuladas con involucro hemisférico y brácteas punzantes, las basales en una ancha roseta, prácticamente lampiñas. El capítulo llega hasta 8-13 cm de diámetro, sus brácteas más internas, patentes y mucho más largas que los flósculos se asemejan a lígulas blancas plateadas; los flósculos del disco varían de blanquecinos a rojizos.[1]
Se usa la raíz. Se recolecta en otoño. Decocción: 20 g/l, 1 taza tres veces al día.
Otros usos: Ornamental (seca). En Aragón se emplea como elemento protector contra las Bruixas y Bruixons (Brujas y Brujos) y contra el Foscor (la oscuridad, la maldad y los malos espíritus). Se colocan en puertas, ventanas y chimeneas para evitar la entrada de las brujas que debido a su gran curiosidad cuentan los flósculos que componen la inflorescencia haciéndoseles de día, momento en el cual deben volver a sus refugios sin haber cometido ninguna maldad. En otras regiones (País Vasco y Navarra), es una de las tres soluciones (en concreto la tercera) del mito de la creación del mundo de la mitología vasca, que Amalur proporcionó para proteger a los mortales de los genios nocturnos. Se colocaban en las puertas de los caseríos o encima de ellas para proteger la casa: si algún espíritu maligno pretendía entrar en la casa y encontraba una Eguzki lore (significa "flor del sol"), igual que ocurría con las brujas en Aragón, tenía que pararse para contar los numerosísimos pelos o brácteas de la inflorescencia y el día le sorprendía sin haber terminado su tarea. En las masías de los Pirineos catalanes también es tradición colgar una carlina.
Carlina: nombre genérico que cuenta la leyenda que le enseñaron los ángeles a Carlomagno como debía emplearla (refiriéndose a Carlina acaulis) contra la peste, y que así libró a sus huestes de ella; y la planta se nombró así en su honor. Más tarde, la leyenda cambió a Carlomagno por Carlos I de España.[6] Está última «interpretación» sería la que sirvió de base a Linneo para nombrar al género.