A Luna, que era jorobado y habría estado aquejado de una enfermedad crónica desde la adolescencia, Pérez Nieva le describe físicamente como «pequeñito, desproporcionado, de largos brazos, un giboso completo».[10]
Pérez Nieva, A. (8 de diciembre de 1902). «Revista de Madrid. Bodas castizas.—Las denuncias.—Adolfo Luna.—El perro policiaco.—Estrenos». La Dinastía (Barcelona). año XX (8.768): 1. ISSN2254-5352.