La expansión sasánida amenaza las fronteras del Imperio romano; Ardacher I envió su ejército a la provincia romana de Mesopotamia, asediando sin éxito la ciudad fortificada de Nisibis, en el actual Irak. Al mismo tiempo trató de atravesar las fronteras hacia Siria y Capadocia. Parecía que los romanos querían intentar resolver el conflicto diplomáticamente, pero no fue así. Ardacher luchó infructuosamente en las fronteras romanas durante los años 230 y 231; como resultado el emperador Alejandro Severo (222-235) movió sus tropas hacia el este, estableciendo su base en Antioquía y a su pesar, teniendo grandes dificultades en mantener unido su ejército. Intentó de nuevo un pacto y de nuevo Ardacher I lo rechazó.