Los adjetivosxerófilo y xérico, y el sustantivoxerófito (del griego xero-: seco, -fitos: planta, -filo: amigo) se aplican en botánica a la vegetación y asociaciones vegetales específicamente adaptadas para la vida en un medio seco. Es decir, plantas adaptadas a la escasez de agua en la zona en la que habitan, como la estepa o el desierto.[1][2][3][4][5] Se encuentran en regiones climáticamente áridas y también en ambientes excepcionalmente secos de regiones semiáridas o subhúmedas.[1][2][3]
Características
Presentan rasgos que les permiten sobrevivir en ausencia de un suministro abundante.
Raíces largas, que constituyen una extensa red superficial, como ocurre en los cactus y yuccas, para aprovechar las lluvias esporádicas; o que profundizan en la tierra hasta alcanzar niveles freáticos o simplemente húmedos.
Tronco engordado para almacenar agua, como ocurre en la Ceiba speciosa
Hojas con "poros" o estomas, u hojas reducidas a espina o simplemente hojas ausentes, trasladándose la función fotosintética a los tallos.
Metabolismos fotosintéticos especialmente adaptados al ahorro de agua, como el CAM (Crassulacean Acid Metabolism).[4][5]
Los jardines formados por xerófitos se denominan xerojardines.
Xerófitas o plantas resistentes a la sequía
Plantas para jardines de bajo consumo de agua, para ambientes secos y cálidos, para el calor, que aguantan bien el sol. En resumen, resisten o tolera la sequía para un jardín de bajo mantenimiento.[6]