El Vuelo 226A de Britannia Airways del 14 de septiembre de 1999 entre Cardiff, Gales, Reino Unido y Gerona, España, un Boeing 757-204 de 6 años y 7 meses con matrícula G-BYAG, sufrió un accidente durante el aterrizaje.
El informe final de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil dice:
"Se considera que la causa más probable del accidente fue la desestabilización de la aproximación por debajo de la altura de decisión con pérdida de las referencias visuales externas y de los avisos automáticos de altura inmediatamente antes del aterrizaje, con el resultado de un contacto con la pista con excesiva velocidad de descenso y en actitud de morro abajo."[1]
Además los siguientes factores contribuyeron:
- Degradación de las condiciones visuales ambientales como resultado de la oscuridad y fuerte lluvia, y el subsiguiente fallo eléctrico de las luces de pista poco antes de la toma.
- Supresión de algunos avisos automáticos de altura por el aviso de «SINK RATE» del GPWS (sistema de alerta de proximidad al suelo) .
- Bloqueo o saturación mental del PF cuando las luces de pista fallaron y que pudo impedirle tomar la decisión de iniciar un «motor y al aire».
- Ausencia de entrenamiento específico en simulador de vuelo para iniciar un «motor y al aire» por debajo de la altura de decisión.
- Evaluación insuficiente de las condiciones meteorológicas, en particular la evolución e intensidad de la tormenta que afectaba al aeropuerto.
Notas
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