Vehículos ecológicosUn vehículo ecológico es un tipo de transporte amigable con el medio ambiente. Entre sus características principales destaca que entre su motor y la energía de propulsión suelen emitir menos de 120 gramos de dióxido de carbono (CO₂) por cada 100 kilómetros. No obstante, el coche ecológico también tiene que estar pendiente de los otros gases que repercuten en el calentamiento global y que están incluidos en el Protocolo de Kioto: el gas metano, los hidrofluorocarbonos, el óxido nítrico, el hexafluoruro de azufre y los perfluorocarbonos. HistoriaA comienzos del siglo XXI, el dióxido de carbono comenzó a considerarse clave en cuanto al daño al medioambiente. Anteriormente, las emisiones de gases de los vehículos no estaban restringidas y había poco conocimiento sobre la importancia para el medio ambiente de las mismas. A partir de 1992, al adoptarse las medidas de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se pone énfasis en reducir la emisión de gases de efecto invernadero como medida de protección medioambiental, señalando al dióxido de carbono como el mayor contribuyente y a los vehículos de combustión interna como la fuente de mayor aumento de este gas en la atmósfera. CaracterísticasPara ser considerado un vehículo ecológico se deben cumplir las siguientes características:
Tecnologías usadas en vehículos ecológicos
ControversiaMientras que los vehículos ecológicos, en particular los eléctricos, son promocionados como una solución sostenible y respetuosa con el medio ambiente para reducir las emisiones de CO2, algunas controversias rodean su verdadera huella de carbono. Una cuestión clave se relaciona con la forma en que se produce la electricidad que alimenta estos vehículos. En 2021, la emisión de CO2 por kW/h, media en Estados Unidos, fue de 400gr/kWh (o 885 lbs/MWh)[6]. El consumo medio de un vehículo eléctrico de última generación (2023)[7] es de 0,2 kWh, por kilómetro, esto se traduce en una emisión adicional de 100 g de CO2 por kilómetro recorrido. Además, la producción de la batería por cada kW/h emite unos 200 kg de CO2,[8]con una media de unos 3.000 ciclos, esto reporta otros 66gr de CO2 por cada kW/h cargado, añadiendo otros 12 g al consumo por km. Este valor es muy similar a las emisiones por km de los vehículos de combustión interna más modernos. Este dato ha llevado a algunos críticos a cuestionar la etiqueta "verde" de los vehículos eléctricos, ya que su impacto real en el medio ambiente puede ser comparativamente similar o incluso peor que el de los vehículos de combustión interna, dependiendo de la fuente de la electricidad. Por supuesto, es esencial considerar que el perfil de emisiones del sector eléctrico puede variar según la región y está en constante evolución a medida que las fuentes renovables ganan terreno. Sin embargo, este argumento subraya la importancia de no solo adoptar vehículos ecológicos, sino también de asegurar que la infraestructura eléctrica que los respalda sea igualmente sostenible. Una transición completa hacia fuentes de energía renovable podría mejorar drásticamente el perfil de emisiones de los vehículos eléctricos y consolidar su lugar como una solución verdaderamente ecológica. Enlaces externos
Referencias
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