Tronca de NavidadLa tronca, toza o tizón de Nadal (de Navidad) es un elemento característico de las tradiciones navideñas altoaragonesas, probablemente ligada al folklore, la magia y la mitología pirenaica, a la tradición del árbol de Navidad y a ritos y celebraciones antiguas del solsticio de invierno. Como se indica más adelante, existen muchas variantes de estos ritos pero, en común, consiste en depositar la noche de Navidad (Nochebuena) en la chimenea o el canto de ésta, la pieza más grande de leña (tronca), que se ha guardado para esta fiesta. Más adelante, también se comenzó a dejar junto al árbol de Navidad. Los niños de la casa son los encargados de decir frases bonitas, bendiciones y rituales (aunque en algunos lugares la bendición la hace el más viejo o dueño de la casa). En ocasiones, la bendición se hace después de rellenar la tronca con un poco de vino mientras se prenuncia la bendición. En las zonas orientales del Alto Aragón, el ritual tenía una parte más lúdica, cuando los niños de la casa pegaban golpes a la tronca para que ésta "cagase" los presentes, que solían ser gominolas, caramelos, frutos secos y otras cosas para comer o jugar. Con la despoblación y el progresivo declive de la cultura popular del Alto Aragón, esta tradición, bien arraigada en Cataluña, casi desaparece de los rituales navideños aragoneses. En la actualidad, varios colectivos intentan conservar y fomentar esta celebración por todo Aragón. Rituales tradicionales de la Tronca de NadalEn el Alto Aragón, hay dos rituales para hacer uso de la tronca o toza de Nadal: en la zona occidental, el ritual consiste en bendecir la tronca y dejar que ésta se queme; mientras, en la zona oriental, los niños también hacen cagar a la tronca.[1] La bendición y quema de la troncaEn el Aragón occidental, se deposita la tronca en el fuego de la chimenea, se bendice y se deja que se consuma. En muchos lugares, se le encargaba a los más pequeños de la casa que se montaran sobre la tronca y la bendijesen diciendo frases rituales, haciendo la señal de la cruz con un porrón de vino y una torta.[1] Algunas de las oraciones de bendición de la tronca que se han recopilado son éstas:
Después se volvía a repetir la señal de la cruz con el porrón, diciendo
Y se bebía un trago de vino. Después se rezaba por los muertos de la casa, por los padres y por los abuelos. Otras bendiciones son:
(y haciendo la señal de la cruz con el porrón)
En Escalona, el más viejo o el dueño de la casa encendía la tronca y decía el sermón:
Hacer cagar la troncaEn la zona oriental (incluyendo el Somontano, el Cinca Medio y algunos pueblos del Bajo Aragón), la tronca tiene, además del sentido ritual de bendición de la tronca, un sentido lúdico que no existe tanto en la parte occidental. Así, se ha de seleccionar una tronca que tenga algunos agujeros para colocar dulces, galletas, nueces, piñones, guirlaches, mandarinas, higos, monedas, juguetes, etcétera.[1] En algún momento de la noche, los padres envían a los hijos a otra habitación (por ejemplo, con la excusa de ir a mojar las tenazas) para que no vean cómo se rellena la tronca. Después, se les llama y se les dice que ya pueden hacer cagar la tronca, pegándole fuertes golpes, que se acompañan de algunas frases, dichos o bendiciones, haciendo así que aparezcan los presentes para los más pequeños. Finalmente, la tronca se quema en el fuego. Algunos de los dichos que dicen son:
En Veri, se echa después un chorro de vino del porrón y, haciendo la señal de la cruz, se dice
Recuperación de la costumbreEn los últimos años, la tradición de bendecir la tronca y, sobre todo, la de hacer cagar la tronca se está recuperando poco a poco, igual que en las ciudades, gracias a la labor de divulgación que hacen algunas asociaciones culturales como Ligallo de Fablans de l'Aragonés. Referencias
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