Las Torres de Tajamar son un conjunto arquitectónico formado por cuatro edificios de diferente altura inaugurados en 1967 y ubicados en la comuna de Providencia, Santiago de Chile.
Característicos del estilo moderno de mitad del siglo XX, se levantan entre las avenidas Providencia (S) y Andrés Bello (N) y las calles Huelén (poniente) y Miguel Claro (oriente); están entre las estaciones Salvador y Manuel Montt de la línea 1 del metro capitalino, a continuación del parque Balmaceda. El conjunto es de un uso residencial, aunque en su primera planta tiene oficinas y locales comerciales. Su nombre lo debe a los tajamares construidos en la época colonial para encauzar las aguas del río Mapocho.
Diseño
El complejo de las Torres de Tajamar posee cuatro edificios: la A es la más alta con 28 pisos (84 metros),[1] le siguen la C con 19, la D con 15[2] y la B con 10.[3] Entre los 4 edificios existe una plazoleta central.
El proyecto, cuyo diseño original pertenece a Luis Prieto Vial, fue abordado en conjunto por la oficina de arquitectura de Bresciani, Valdés, Castillo y Huidobro (BVCH) y los constructores Bolton, Larraín y Prieto. En un principio, el proyecto contemplaba una torre principal como protagonista y tres edificios de menor altura como apoyo, pero por razones de costo y rentabilidad fue modificado: la torre central disminuyó a 28 pisos mientras que las otras se elevaron logrando crear "un conjunto relativamente homogéneo, que bloquea la relación con el gran paisaje de la cuenca de Santiago".[3]
Los dos primeros pisos quedaron para oficinas y comercios, y en el resto se habilitaron 387 departamentos (39.621 m²) para 2200 habitantes en menos de una hectárea. La superficie total construida es de 49.523 m².[3]
[Las Torres de Tajamar] se pensaron con la convicción de que estábamos haciendo una obra trascendente para el desarrollo de la ciudad. El parque Forestal [...] culmina en este lugar, que era una gran fachada de ciento y tantos metros mirando el parque, o sea era un remate del parque. Nosotros nos planteamos que esos edificios debían ser esculturas dentro del parque y por tanto, tener transparencias hacia la cordillera y juegos de altura para que aparecieran como objetos escultóricos. Eran una especie de puerta hacia el barrio alto y el remate de la avenida Providencia. Creo que la obra ha perdurado bien en el tiempo. Se incorporó al paisaje de Santiago con entera armonía.
A pesar de que en un comienzo se proyectó una torre de 35 pisos, finalmente los arquitectos ejecutantes la redujeron a 28 junto a tres edificios de menor altura.[4] Esto era toda una novedad para Santiago, ya que por esa época era raro ver construcciones que superaran los 7 pisos de altura.[6] Otras características vanguardistas que se aplicaron en el conjunto fueron el uso de hormigón a la vista y la integración de comercios con residencias en una misma construcción.
Tras haberse paralizado las inversiones por la elección presidencial de 1964, la construcción se inauguró en 1967.[4]