Tomás Le BretonTomás Le Breton (n. en Buenos Aires el 20 de mayo de 1868; m. en Hurlingham, Provincia de Buenos Aires, el 15 de febrero de 1959), fue un abogado, político y diplomático argentino, fundador de la Unión Cívica de la Juventud, la Unión Cívica Radical y la Unión Cívica Radical Antipersonalista, ministro de Agricultura de la Nación y miembro de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria. BiografíaTomás Le Breton fue uno de los jóvenes que fundaron la Unión Cívica de la Juventud en 1889, la Unión Cívica en 1890, y la Unión Cívica Radical en 1891. Participó activamente en las revoluciones de 1890, 1893 y 1905. Fue elegido diputado nacional en 1914 y senador nacional en 1922 por la Unión Cívica Radical. Una vez asumido Marcelo T. de Alvear (1922-1928) la presidencia de la Nación, fue designado Ministro de Agricultura, desempeñándose hasta 1925. También durante la presidencia de Alvear se desempeñó en dos ocasiones como Ministro de Relaciones Exteriores.[3] Asimismo fue decisiva su acción para promover el cultivo del algodón en el Chaco.[4] En 1924 formó parte del grupo de dirigentes radicales que formaron la Unión Cívica Radical Antipersonalista. Durante la década de 1930 fue embajador argentino ante Estados Unidos, el Reino Unido, y Francia. Formó parte de la misión diplomática que realizó el Tratado Roca-Runciman en 1932. El Pacto Roca-Runciman aseguraba cuotas de exportación de carne argentina estables equivalente a la adquirida en 1938 (punto más bajo de la Crisis del 30), afianzando el vínculo comercial con el Reino Unido. Que establecía que el 85% de las exportaciones de este país debían realizarse a través de frigoríficos extranjeros. La Argentina dispensaría a las empresas británicas un tratamiento benévolo y el país mantendría libres de aranceles el carbón y demás mercaderías que se importaban en ese momento exentas de impuestos, comprometiéndose a comprar en Gran Bretaña el total del carbón que consumía. Junto a claúsulas secretas: donde el Banco Central de la República Argentina contaría con gran predominancia de funcionarios y capitales británicos. Se fijan las bases para la creación de la Corporación de Transporte, que le terminaría por dar a Gran Bretaña el monopolio absoluto de los medios de transporte argentinos. La misma se creó en 1936 en el Pacto Eden-Malbrán, firmado luego de que el Pacto Roca-Runciman caducara y con características muy similares. A partir de 1933 la empresa de capitales belgas, Compañía Argentina de Electricidad, la empresa eléctrica que abastecía de electricidad a la Capital Federal debía renegociar la concesión del servicio. Siendo subsidiaria de la multinacional SOFINA, que se había transformado en una sociedad anónima argentina para evadir impuestos, comenzó a hacer lobby y en 1936 el grupo empresario presentó ante el Concejo Deliberante el pedido de extensión de la concesión en el tiempo y en el espacio, ya que pretendía ampliar su área de influencia al Gran Buenos Aires. La empresa contactó ese mismo año con Le Breton, que se encontraba como Embajador en Francia y en septiembre de 1936 arregló una reunión privada entre Alvear y funcionarios de la firma, con el objetivo de que telegrafiara a sus correligionarios ordenándoles que apoyaran el proyecto de la CADE. El 29 de octubre de 1936 con los votos radicales y conservadores, el Concejo Deliberante de Buenos Aires promulgó la ordenanza 8.029 otorgando a la CADE una nueva concesión hasta el año 1997.[5] En el barrio porteño de Villa Urquiza una calle lleva su nombre a modo de recordatorio. Véase tambiénReferencias
Bibliografía
Enlaces externos
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