El síndrome de twiddler, también conocido como síndrome del giro inadvertido del marcapasos,[1] es una complicación infrecuente de la implantación de dispositivos médicos eléctricos en la que la persona que lo porta, de forma consciente o no, lo hace girar sobre sí mismo, haciendo que los cables se enrollen o se rompan.[2] Ocurre sobre todo en aparatos de cardiología, aunque también en reservorios de quimioterapia, estimuladores del nervio frénico, dispositivos de estimulación cerebral[3] o catéteres venosos centrales.[4] Fue descrito por primera vez por Bayliss et al. en 1968.[5][6]
En el caso de los marcapasos cardíacos, suele darse durante el primer año tras la implantación, con una frecuencia entre el 0,07 % y el 7 %. Entre los síntomas se incluyen fatiga, síncope, dolor en el pecho, pulsaciones en el abdomen por estimulación nerviosa o movimientos del brazo debido a excitación del plexo braquial;[4] pueden darse complicaciones como arritmias o incluso la muerte. El tratamiento es quirúrgico.[7]