Emplazada en el sector central del Maestrazgo turolense, en la sierra de Gúdar se encuentran las cumbres más altas de este sector —pico de Peñarroya con 2019 m de altitud— Está constituida por un amplio domo de calizas y areniscascretácicas con una orientación de norte-sur, fragmentado por la red fluvial que fluye hacia el Alfambra, Linares y Mijares.
Su borde occidental muestra el afloramiento de materiales triásicos y jurásicos mientras que la parte interna se caracteriza por un predominio de las formas estructurales tabulares modeladas en las calizas aptienses. Los signos de la karstificación y del periglaciarismocuaternario conforman el modelado de detalle de sus cumbres.
Clima
La sierra de Gúdar posee un clima extremo, con inviernos muy fríos y veranos suaves. Las precipitaciones, irregulares y poco abundantes, van desde los 400 y 600 mm en los valles —dependiendo de la orientación de los mismos— a los 700 mm en las zonas elevadas.
La sierra está propuesta como «Global Geosite» (Lugar de interés geológico español de relevancia internacional) por el Instituto Geológico y Minero de España por su interés estratigráfico, con la denominación «MZ004: Sierra de Gúdar» dentro del grupo de contextos geológicos «El rifting de Pangea y las sucesiones mesozoicas de las cordilleras Bética e Ibérica».[1]
Legado cultural
Los diversos pueblos de la sierra muestran una variada arquitectura que incluye castillos —testimonio de su pasado como tierra fronteriza— y edificios religiosos tales como magníficas iglesias parroquiales y numerosas ermitas. Entre los edificios civiles cabe señalar las casas consistoriales —muchas de ellas con lonja o espacio cubierto en planta baja utilizado como mercado—, así como interesantes ejemplos de arquitectura palaciega con fachadas en donde aparecen escudos heráldicos. Por otra parte, destacan los muros de piedra seca de la zona de Mosqueruela. Asimismo, a la salida de los pueblos es frecuente encontrar los «peirones» o «pairones», construcciones de sillería en forma de columna que sostienen una cruz o imagen religiosa. Llama la atención la abundancia de ganado vacuno, sobre todo de raza charolesa, para la producción de carne. Estos aprovechan los abundantes prados de la sierra.