Una Semana de la Moda (en inglés, Fashion Week) es un evento que se realiza en las capitales más importantes. Son eventos anuales, de enero a marzo, donde los diseñadores muestran sus colecciones otoño-invierno y primavera-verano. La Semana de la Moda se debe realizar meses antes de la temporada para dar tiempo a los fabricantes de dar una muestra de sus creaciones para la siguiente temporada. Esto también da tiempo a los comerciantes de adquirir los materiales e introducir los diseños en el mercado detallista.
El calendario se inicia con la Semana de la Moda de Nueva York, seguida por la de Londres. La antepenúltima es la Semana de la Moda de Milán y termina con la Semana de la Moda de París. Estas ciudades son tradicionales en el mundo de la moda, seguidas por nuevas «semanas de la moda» que están teniendo lugar alrededor del mundo. La pasarela masculina se estrena entre otoño-invierno y primavera-verano en Milán.
A la Semanas de la Moda asisten compradores de las principales tiendas, los redactores de las revistas de moda, los medios de comunicación, celebridades y miembros del mundo del espectáculo. En años pasados, la Semana de la Moda era predominantemente para satisfacer el comercio; sin embargo, hoy son acontecimientos del medio y del entretenimiento. Pueden incluir música en vivo, celebridades, galas pródigas y acontecimientos de caridad. Algunos eventos permiten que el público compre pases especiales para ver los espectáculos de pasarela o asista a exposiciones que muestran bolsos, joyería, zapatos, etc.
Historia
La primera «semana de la moda» se celebró en Nueva York en el año 1943, con el objetivo de desviar la atención que acaparaba la moda francesa durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los expertos de la moda no podían viajar a París a ver los desfiles. La publicista de la moda Eleanor Lambert era la organizadora de un evento llamado Semana Editorial, donde diseñadores americanos, que anteriormente le habían rechazado sus creaciones, mostraban sus colecciones a periodistas de la moda. Los compradores no podían asistir al show; sólo tenían la opción de visitar directamente a los diseñadores y ver sus muestras. El evento fue un éxito, y revistas de la moda como Vogue empezaron a mostrar más diseños americanos y minimizaron los franceses. Sin embargo, después de la guerra, la gente regresó a París y otras capitales de la moda como Londres y Milán para los nuevos eventos que fueron creados. En ese momento, estas ciudades controlaban el calendario de la moda. Esto significaba menos viajes: de Nueva York hacia Londres, Milán y París en solo un mes. Para los compradores extranjeros, la conveniencia de estos arreglos le ha dado mayor importancia a la moda por la proximidad que hay entre estas tres ciudades. Por orden de importancia, la pasarela de moda más importante es la de París, seguida por Nueva York, Milán, Londres y Berlín en este orden.
Críticas
La mayor crítica es que los nuevos diseñadores que emergen de «semanas de la moda», como la de Los Ángeles o São Paulo, no obtienen el mismo reconocimiento que los diseñadores que presentan sus colecciones en las tradicionales «semanas de la moda», como París, Londres, Milán, Nueva York y Berlín. Esto también significa que los diseñadores que controlan el mercado, y aquellos nuevos diseñadores que provienen de países menos desarrollados, no tengan la oportunidad de participar en estos eventos en capitales tan importantes. Aunque poseen el talento, su oportunidad de mostrar sus creaciones son pocas.