Entre 1926 y 1933, Sandino mantuvo una guerra de guerrillas contra las tropas de los Estados Unidos, las cuales ocupaban Nicaragua desde 1912 para la defensa del statu quo necesario para la explotación de los recursos nicaragüenses por las compañías estadounidenses y en la defensa de sus intereses.[1] Sin embargo, Sandino sería asesinado en 1934 por órdenes de Anastasio Somoza García, el primer comandante de la Guardia Nacional.[2]
«Nicaragua tiene dos grandes herencias: la herencia literaria de Rubén Darío y la herencia política de Sandino».[¿quién?]
El 19 de julio de 1979 el FSLN, que contaba con apoyo popular, logra derrotar al Gobierno de Anastasio Somoza Debayle y entra triunfante en Managua; la insurrección popular y el periodo de gobierno posterior es conocido como Revolución Sandinista o de manera más específica en la historiografía oficial del país como Revolución Popular Sandinista.[2]
Sin embargo, inicialmente de esta revolución emergió la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, un gobierno colegiado donde solamente dos de sus cinco miembros eran del FSLN: Daniel Ortega y Moisés Hassan. No obstante, en abril de 1980 tras la renuncia de Violeta Barrios de Chamorro y Alfonso Robelo, representantes del sector empresarial, el pluralismo de la junta empezó a mermar.[2]
Tras una serie de profundas reformas sociales y económicas y una fuerte guerra civil entre el gobierno sandinista y los grupos subversivos de oposición denominados «Contras», el FSLN pierde las elecciones presidenciales de febrero de 1990 contra la coalición liderada por Violeta Chamorro, Unión Nacional Opositora (UNO).
A raíz de disputas internas dentro del FSLN surgieron nuevos partidos políticos que basan su ideario en las enseñanzas de Sandino, como el Movimiento Renovador Sandinista (MRS) y el Movimiento por el Rescate del Sandinismo (MPRS) que se denominan sandinistas por sostener los mismos ideales originales.
Influencias en el pensamiento de Sandino
Entre las influencias en el pensamiento de Sandino se encuentra el anarquismo —principalmente por corrientes del socialismo libertario, sobre todo bajo la influencia del mexicano Ricardo Flores Magón— y la teosofía —esta última influida especialmente por el budismo tibetano y espiritualismo moderno.—[3][4][5] Asimismo, es notable la influencia de una masonería radicalizada en Sandino.[4] Sin embargo, pese a la influencia anarquista, no comulgó con las concepciones antinacionalistas predominantes de esta filosofía, sino que mantuvo una posición nacionalista y latinoamericanista.[4] De igual manera, Sandino fue promotor del cooperativismo y de las comunas.[5][4]
Contexto internacional
Identidad cultural latinoamericana: a finales del siglo XIX se desarrolló un intenso movimiento intelectual de búsqueda, definición y defensa de la identidad cultural latinoamericana. La obra clásica de esta línea de pensamiento la constituyó un ensayo de José Enrique Rodó publicado en 1900 bajo el título de Ariel, en el que se opone la espiritualidad de la cultura latina al grosero materialismo anglosajón. Esta temática fue abordada y desarrollada por escritores de la talla de José Martí en Cuba, Manuel Ugarte en Argentina, Rufino Blanco Fombona en Venezuela y Rubén Darío en Nicaragua.
Revolución mexicana: el masivo levantamiento armado que puso fin a los 30 años de dictadura de Porfirio Díaz en México por el año 1910. Se discute que este evento tuvo un impacto trascendental en el pensamiento político latinoamericano de inicios del siglo XX. Después de varios años de conflictos internos entre dos facciones de los revolucionarios mexicanos se llegó a un acuerdo que quedó plasmado en la Constitución Política de 1917, esta contemplaba la ejecución de una Reforma Agraria, garantizaba el derecho de campesinos e indígenas a conservar las propiedades comunales y en el campo laboral estipulaba la creación de un Código de Trabajo que protegiese los derechos de obreros y artesanos. Especial atención merece el artículo 27 de dicha Constitución Política, pues disponía la propiedad exclusiva del Estado Mexicano sobre todas las riquezas del subsuelo. La confrontación con los Estados Unidos de América no se hizo esperar dado que el 75% de las minas más rentables de México pertenecían a compañías estadounidenses. El concepto de indohispanismo como base de la identidad latinoamericana, desarrollado por el ministro de Educación Mexicana José Vasconcelos Calderón también fue incorporado al discurso nacionalista de esa generación. El peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, discípulo de Vasconcelos, creó la Alianza Popular Revolucionaria Americana y propuso un programa de cinco puntos para la redención de Indo-América:
Revolución bolchevique: en el mismo año 1917, el Partido Bolchevique conducido por Vladimir Ilich Ulianov alias Lenin, e inspirado en el pensamiento de Karl Marx derrota al Zar en Rusia y crea el primer Estado Obrero de la Historia. Una de las primeras disposiciones del gobierno revolucionario fue la expropiación de grandes latifundios y la distribución de la tierra. El sector industrial fue reorganizado y se dio a los obreros fuerte control sobre la producción. La conformación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y la propuesta de Lenin durante la III Internacional para unir a todos los partidos y sindicatos obreros del mundo puso en alerta al gobierno estadounidense, quien tenía así temores fundados para suponer que una victoria comunista en cualquier país latinoamericano pondría en peligro su propia hegemonía en el hemisferio, posición que deformaba la percepción sobre acontecimientos políticos como la Revolución Mexicana y la Insurrección de Sandino en Nicaragua.
Revolución cubana: aunque no influyó directamente en Sandino por motivos cronológicos, esta revolución sí influyó enormemente en muchos movimientos sociales y guerrilleros latinoamericanos de la época incluyendo a la Revolución Sandinista.[2]
Intervención económica: Protectorado, Pactos Dawson, Gobierno de Transición, Ley Dodds (1923).
Golpe de Estado "El Lomazo" (1926) de Emiliano Chamorro y Farsa electoral.
Guerra Constitucionalista: Partidarios de Juan Bautista Sacasa con apoyo del Gobierno Mexicano organizaron el “Ejército Liberal Constitucionalista” que entre 1926 y 1927 entabló encarnizados combates bajo el mando de los generales José María Moncada (costa Caribe o atlántica), Francisco Parajón (occidente) y Augusto C. Sandino (Las Segovias y Jinotega) de manera que en abril de 1927 las fuerzas insurrectas se encontraban en Boaco listas para el ataque final a la Capital. Ante esta situación el presidente Calvin Coolidge envió a Henry L. Stimson para que impusiera un acuerdo de paz entre los contendientes, previamente, casi desde el inicio de las hostilidades los Estados Unidos habían destacado 3.000 marines con el pretexto de proteger la línea ferroviaria de Corinto a Granada, así como la vida e intereses económicos de sus ciudadanos en Nicaragua. El 4 de mayo de 1927 se suscribe el denominado “Pacto del Espino Negro” mediante el cual Moncada accede a deponer las armas a cambio de dinero y su candidatura presidencial en las elecciones supervisadas por los marines a realizarse en 1928.
“… Yo no estoy dispuesto a entregar mis armas en caso de que todos lo hagan. Yo me haré morir con los pocos que me acompañan porque es preferible hacernos morir como rebeldes y no vivir como esclavos…”.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) surgió originalmente como una organización político-militar de vanguardia en la lucha popular y guerrillera contra la dinastía somocista. A raíz del triunfo de la Revolución Sandinista se constituyó como partido político. Después del 25 de abril del 1990, luego de la entrega del poder a la UNO, una disidencia fundó el Movimiento Renovador Sandinista (MRS) liderado inicialmente por Sergio Ramírez Mercado.
Por otro lado, de acuerdo con Günther Maihold, el régimen de Ortega se alejó de los principios sandinistas, usando una fraseología «revolucionaria» solo como mero discurso. Asimismo, señala que Ortega se ha encargado en realidad de imponer cada vez más una política autoritaria y neoliberal en Nicaragua.[10] En línea similar, la politóloganoruega Benedicte Bull señala que «el gobierno de Nicaragua siempre ha sido socialista en el discurso, pero capitalista en la práctica».[11]
Luego del alejamiento de la vida política de Ramírez Mercado, ha sido liderado por guerrilleros y militantes históricos del FSLN como Dora María Téllez, Hugo Torres Jiménez (ambos ComandantesGuerrilleros) y Víctor Hugo Tinoco (exvicecanciller entre 1979-1990), críticos con la deriva política autoritaria de Daniel Ortega y el FSLN. En julio de 2008 el Consejo Supremo Electoral controlado por la familia Ortega-Murillo, canceló su personería jurídica para evitar su participación en las elecciones municipales de noviembre de 2008.[12]
En enero de 2021 se acordó en cambio de denominación del partido adoptando el nombre de Unión Democrática Renovadora - UNAMOS.
En el periodo 2011-2015, ambos movimientos (MRS y MPRS) sostuvieron una alianza con tres diputados en la Asamblea Nacional de Nicaragua (Poder Legislativo).
Para las elecciones de 2021 los dos movimientos fueron aliados de los partidos opositores al FSLN.
Enfrentamientos entre sandinistas
Carlos Fernando Chamorro, que fue relevante dirigente del FSLN y director de su órgano oficial de comunicación el diario Barricada, publicó un artículo en noviembre de 2008 en el que afirmaba:
En Nicaragua, todo el país fue testigo de cómo el Consejo Supremo Electoral paralizó el sistema de conteo en Managua. Los votantes de más de 600 juntas de receptoras de votos de la capital nunca pudieron ver el resultado de sus juntas en las actas publicadas por el Consejo. Se trata de más de 120 mil votos que no fueron publicados porque evidentemente en muchas de esas juntas perdía el candidato del partido de gobierno.
Gracias a las publicaciones de las actas oficiales que ha hecho en los periódicos el Movimiento Vamos con Eduardo, y a la información que está en su sitio web, ahora sabemos quién ganó y quién perdió en cada junta receptora de votos. Y por eso se puede concluir con certeza que la elección de Managua la perdió el candidato del Frente Sandinista. Pero las irregularidades que ocurrieron en esta elección no se limitan al municipio de Managua, sino que irradian a nivel nacional. En una elección presidencial, es probable que las anomalías que puedan suceder en un número considerable de Juntas no alteren una tendencia nacional. Pero cuando de trata de 146 elecciones locales, en cada elección una sola junta, 100 votos, 200 votos, hacen la diferencia, como se está demostrando en la alteración de los resultados de la voluntad popular en lugares como León, Masaya, Jinotepe, Jinotega, Juigalpa, Boaco, Teustepe, San Lorenzo, Sébaco, y muchos otros municipios del país.[13]
En un artículo titulado "Carlos Fonseca y el fraude electoral" de El Nuevo Diario se afirma:
Carlos como admirador de Sandino en el resumen titulado por el mismo Ideario Político del General Sandino, extrae de distintos escritos del mismo, su posición contra los procesos electorales que bajo la dirección de las tropas de la marinería yanquee se realizaron en Nicaragua en 1928 y 1932. Evidentemente, con esto Carlos pretende dar plena coherencia a su pensamiento antifraude electoral y presentarse como continuador de Augusto Calderón Sandino. Fonseca hace suyas de Sandino, posiciones contra el involucramiento directo de los marines en la organización y conteo de los votos: “Impediremos cualquier farsa eleccionaria que con supervigilancia extraña quiera repetirse en Nicaragua, y que no reconoceremos por ningún motivo a quien resulte electo de esa forma, así sea el más pintado y así me lo pidan de rodillas” (1985,180).
El Fundador del FSLN, imprimió con su ejemplo y rectitud cotidiana una mística que año con año fue creciendo entre un importante sector del pueblo de Nicaragua, su decisión de desafiar a la dictadura con las armas en la mano o sin ellas, la inmolación de decenas de militantes sandinistas, como Julio Buitrago y Leonel Rugama, la valentía de mujeres como Luisa Amanda Espinoza y Doris Tijerino, en los últimos años de la década de 1960, confirmaba que la única salida, el único camino posible que dejaban los Somoza era la lucha armada; el fraude electoral como parte indisoluble del modelo político impuesto por los Somoza en Nicaragua, obligaba a ese camino.
Referencias
↑*Bosch, Juan (1983). De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El Caribe, frontera imperial. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales. ISBN.
↑González Irago, Carlos (2013). «Contexto ideológico latinoamericano». La filosofía de los derechos humanos de Augusto César Sandino. Caracas: El perro y la rana. pp. 44-45. ISBN978-980-14-2357-7. Consultado el 10 de enero de 2021. «Los antecedentes teosóficos y anarquistas permitían a Sandino una posición filosófica abierta. Su teosofía estaba muy influida por el budismo tibetano y el espiritualismo moderno, lo que le permitió relacionarse –con mucha facilidad— con las ideas religiosas del campesinado nicaragüense, muchos de los cuales eran voluntarios y apoyaban el ejército de Sandino.»
↑ abcdBendaña, Alejandro (27 de marzo de 2016). «El Sandino desconocido». elfaro.net. Consultado el 25 de agosto de 2021.
↑ ab«El legado de Sandino». Confidencial. 19 de febrero de 2016. Consultado el 25 de agosto de 2021.
↑Frances Kinloch Tijerino, Historia de Nicaragua, Managua: IHNCA - UCA, 2005, pág. 233 y ss
↑Jorge Eduardo Arellano, Lecciones de Sandinismo, Managua: Ministerio de Educación, 1981, pág. 19
↑Carlos Fonseca Amador, Ideario Político de Sandino, Managua: Departamento de Propaganda y Educación Política del FSLN, 1984