Un río atmosférico[1] es una alargada banda de humedad concentrada en la atmósfera, que transporta vapor de agua y agua en forma de nubes, generalmente a lo largo de los límites entre grandes áreas de flujo divergente del aire en superficie, lo que incluye las zonas frontales asociadas a los ciclones extratropicales que se forman sobre los océanos.[2][3][4][5]
El término fue acuñado por los investigadores Reginald Newell y Yong Zhu del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) a comienzo de la década de 1990, para reflejar lo estrecho de estas corrientes.[2][4][6] Los ríos atmosféricos suelen tener varios miles de kilómetros de longitud y algunos cientos de kilómetros de ancho y uno solo de ellos puede llegar a transportar un flujo de agua mucho mayor que el de cualquiera de los grandes ríos de la Tierra, incluso el río Amazonas. Existen entre 3 y 5 de estas corrientes atmosféricas en cada hemisferio en cualquier momento dado.[3]
Los ríos atmosféricos tienen un rol central en el ciclo de agua global, ya que representan más del 90% del vapor de agua transportado de norte a sur, aunque solamente cubren menos del 10% de la circunferencia de la Tierra.[3] Además, son los responsables de las precipitaciones, y por ende de las eventuales inundaciones, que ocurren en regiones continentales occidentales de latitudes medias, como la costa oeste de América del Norte,[7][8][9][10] Europa occidental[11][12][13] y la costa oeste de África del norte.[4]