Quincy Allen
Quincy Jovan Allen (7 de noviembre de 1979)[1] es un asesino relámpago y criminal estadounidense que mató a cuatro personas entre julio y agosto de 2002 durante una ola de crímenes.[2] Fue sentenciado a muerte por sus crímenes en Carolina del Sur, y actualmente está a la espera de ser ejecutado.[3] CrímenesAllen tomó la inspiración para comenzar su ola de crímenes durante su estancia en una prisión federal por robar un vehículo. Mientras se encontraba encarcelado, otro recluso le dijo que podía conseguirle trabajo como sicario de la mafia.[3][4] Tras su liberación, Allen decidió comprar una escopeta y empezar a practicar para su promesa de carrera. Cronología de los hechos
Apuñalamiento en el corredor de la muerteLa mañana del 2 de diciembre de 2009, Allen, junto con otro recluso en el corredor de la muerte, Mikal Deen Mahdi (20 de marzo de 1983),[1] planearon atacar y matar a un oficial de la correccional mientras estaban en la Institución Correccional de Lieber. Luego de elaborar cuchillas artesanales con metal que extrajeron de los conductos de aire, los dos hombres le preguntaron al oficial Nathan Sasser si podían ir a la cancha de baloncesto. Después de ser escoltados hasta ahí, el dúo atacó a Sasser, apuñalándolo numerosas veces.[2] Este consiguió resistirse y luchó contra ellos a pesar de sus graves heridas.[3][5] A continuación, Allen y Mahdi intentaron saltar la cerca, pero al ser incapaces de escapar, comenzaron a destrozar el área común. Incluso después de que los guardias usaran gas lacrimógeno, el dúo se negó a ceder; al final se utilizaron balas de goma para someterlos.[6] Después del incidente, ambos fueron despojados de sus privilegios (recreación al aire libre, visitas, uso del teléfono y artículos de la cafetería) y, en 2017, ambos fueron trasladados junto con todos los demás reclusos del corredor de la muerte de Carolina del Sur a la Institución Correccional de Kirkland, en Columbia. Más tarde, Sasser fue relevado de su puesto, ya que había desarrollado estrés postraumático y había comenzado a sufrir de ataques de ansiedad. Posteriormente, los fiscales abandonaron los cargos de asalto contra él, puesto que decían que no tenía sentido, debido a que a ambos reclusos ya se les había impuesto la pena de muerte.[6] JuiciosTras declararse culpable de los asesinatos, Allen fue sentenciado a muerte, y su ejecución fue programada para el 8 de enero de 2010;[2][7] sin embargo, sus abogados presentaron una suspensión de la ejecución un par de horas después de que se anunciara el veredicto. El Tribunal Supremo de Carolina del Sur aceptó la moción. Aún no se ha anunciado una nueva fecha, por lo que Allen sigue a la espera de su ejecución.[8] Véase tambiénReferencias
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