Puntallana
Puntallana es una localidad y municipio español situado en el noreste de la isla de La Palma, en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, comunidad autónoma de Canarias. Tiene una extensión de 35,09 km² y una población de 2699 habitantes (INE 2024). Situado al norte de la capital insular (Santa Cruz de La Palma), el término municipal representa la porción de terreno más adentrada en el mar de todo el este de La Palma. Se extiende desde las costas del océano atlántico hasta las cumbres de la isla, al borde de la Caldera de Taburiente. La población se asienta mayoritariamente en la zona de medianías, y se reparte en cinco barrios: La Galga, El Granel, El Pueblo o San Juan de Puntallana (cabecera municipal), Santa Lucía y Tenagua.[3][4] Puntallana tiene un marcado carácter agrícola, facilitado por las condiciones geográficas y climáticas del lugar. El éxito de las cosechas de trigo para la elaboración de pan y gofio hicieron que en el pasado se considerara a este término como el granero de la isla.[5][6] En la actualidad, el cultivo del cereal se ha sustituido por el plátano y, en menor medida, por vid, hortalizas y frutales. Junto a la actividad agraria y residencial se desarrolla también el turismo rural, atraído por los distintos espacios naturales y paisajísticos del municipio, donde se localizan lugares singulares como el Cubo de La Galga o la playa de Nogales.[7] ToponimiaLa denominación de la Punta Llana aparece ya en 1495[8]y se debe a la plataforma costera de Bajamar-Martín Luis, llanura situada entre dos tramos acantilados que probablemente fue generada por las lavas de las erupciones volcánicas prehistóricas.[9][10] Puntallana es también el nombre oficial de la localidad que ostenta la capitalidad municipal, situada en el interior, aunque sus habitantes la conocen por el nombre de San Juan o El Pueblo.[9][11] El gentilicio es puntallanero, -a.[12] SímbolosEl 19 de junio de 1995 la Comunidad Autónoma de Canarias aprobó el escudo heráldico y la bandera del Ayuntamiento de Puntallana. El escudo se blasona de la siguiente manera:
Las estrellas, con su número, disposición y forma, figuran rayos de sol surgiendo desde el Este, simbolizando así tanto a la posición geográfica del municipio en la isla como a sus cinco barrios. La cruz y la concha, símbolos de San Juan Bautista, y el agua vertida aluden al patrón cristiano del pueblo, a los numerosos manantiales del término y a la insularidad. Las tres espigas de trigo hacen referencia a la importancia histórica del mencionado cultivo y al pasado, presente y futuro agrícola. La graja alude a la leyenda su aparición por primera vez en este pueblo antes de extenderse al resto de la isla, de la que es también su símbolo. El lema alude a la leyenda del Salto del Enamorado.[14][15] La descripción textual de la bandera, que se basa en el primer cuartel del escudo de armas, es la siguiente:
GeografíaEl término municipal de Puntallana se encuentra situado en el vértice oriental de la isla de La Palma. Tiene forma triangular y su ancha base en forma de abanico coincide con sus 12,95 km de costa, que constituyen el punto más oriental de la isla.[7] Limita al norte con San Andrés y Sauces por el Barranco de La Galga, al este con el océano atlántico, al sur con Santa Cruz de La Palma por el Barranco Seco, y al oeste con el municipio de El Paso por un pequeño tramo de la crestería de la Caldera de Taburiente. Ahí se encuentra la cumbre más alta del municipio, Piedrallana, de 2200 metros de altura. La altitud de la cabecera municipal es de 420 metros sobre el nivel del mar y se encuentra a 10 km de la capital de la isla, Santa Cruz de La Palma.[10]
Al igual que el resto de los municipios de su comarca, la topografía característica de Puntallana consiste en una vertiente en rápido descenso, surcada por barrancos profundos y estrechos, generalmente de trazado rectilíneo, y que en algunos casos adquieren la forma de auténticos cañones. Lo más característico de su relieve es la presencia de un campo de volcanes extinguidos hace miles de años, por debajo de la cota de los 700 metros de altitud, consistentes en dos conjuntos de montañas alineadas a diferente altura. la más interior de estas alineaciones está integrada por las montañas de Tenagua, Estalero, Zamagallo y Siete Cejos, mientras que más cercana a la costa la forman las montañas Oropesa, Lance, Loral y Rehoyas, destacándose hacia el norte, separada del conjunto, la montaña de La Galga.[9][10] Por ello, Puntallana es conocido como el pueblo de las nueve montañas.[5]El material volcánico y el resalte orográfico causado por las montañas generó una serie de llanos y hoyas que favorecen la riqueza agrícola del municipio, y representan un obstáculo para los vientos alisios procedentes del noroeste, lo que condicionar el clima y la vegetación de toda la fachada oriental de La Palma.[9] La costa es acantilada en términos generales. Acordes con su ubicación y exposición geográfica los situados más al norte (La Galga y Nogales) son más húmedos y los situados y expuestos al sureste en Tenagua, más áridos. Pero entre las zonas conocidas como Martín Luis y El Ancón la costa es relativamente baja, probablemente a causa de las lavas de los antiguos volcanes que desbordaron el viejo acantilado marino. Esta zona, que da nombre al municipio, ha estado dedicada desde la antigüedad al cultivo, antaño cereales de secano y ahora en su práctica totalidad al cultivo del plátano.[9][10] HidrografíaLa infiltración hacia los acuíferos es muy alta debido, por un lado, a la extensa cubierta vegetal del bosque de laurisilva, que disminuye la escorrentía y aumenta la porción del agua infiltrada, y por otro lado, a la naturaleza porosa de los terrenos volcánicos. Así, la circulación subterránea del agua infiltrada es relativamente alta. Por razones topográficas, el agua del acuífero termina por brotar a la superficie en algunos lugares concretos. En el municipio de Puntallana se localizan varias fuentes y manantiales que han jugado un papel importante en la historia agrícola y económica de la comarca. También existen galerías en activo que alumbran grandes cantidades de agua destinadas al abasto público y a los cultivos de regadío.[9] La circulación del agua superficial en Puntallana viene definida por una red de drenaje bien desarrollada tanto por la alta pluviometría como por la mayor antigüedad de esta parte norte insular. Todo el territorio municipal está surcado de cumbre a mar por los tajos de los barrancos, muy interesantes desde el punto de vista paisajístico, natural y arqueológico. Por su desarrollo merecen destacarse, de sur a norte, los barrancos Seco, del Agua, El Espigón-Oropesa, Los Tanques, Hondo-Nogales y La Galga, que actúan de divisorias entre los distintos barrios.[9] NaturalezaDebido a la posición abierta a la influencia de los alisios, el amplio desnivel que llega a los 2300 metros, y a la particular orografía del terreno, la vegetación del municipio se caracteriza sobre todo por su gran diversidad, que va desde matorrales abiertos hasta bosques cerrados. Las condiciones climáticas presentan un escalonamiento de mar a cumbre que implica que las formaciones vegetales aparezcan formando “pisos de vegetación”, generando paisajes propios de ambientes áridos, muy húmedos y formaciones vegetales adaptadas a condiciones de frío extremas. Destacan el Fayal-Brezal y la Laurisilva, formaciones boscosas desarrolladas gracias a la elevada y persistente humedad ambiental que aporta el mar de nubes. Así, los lugares más sombríos y húmedos están ocupados por tilos, loros, fayas, acebiños y brezos. En la zona de costa pueden encontrarse ejemplos de cardonal-tabaibal y en el monte alto domina el pinar, que no llega a alcanzar las cumbres del municipio donde pueden encontrarse codesos. El hábitat natural de la vegetación ha sido históricamente modificado por el aprovechamiento forestal y de forraje, así como por la introducción de cultivos, principalmente en zona de medianías.[9] En Puntallana se han catalogado 237 especies de invertebrados, de las cuales 167 son endemismos canarios y dentro de éstos, 54 son endemismos insulares. La fauna invertebrada normalmente está ligada a cada comunidad vegetal y hay muchas especies que son específicas de determinadas plantas, mientras que los anfibios están bien representados en estanques, charcas y cauces de barrancos. Los reptiles constituyen un grupo poco diverso pero con poblaciones abundantes sobre todo en la zona costera. Existen puntos de nidificación de las palomas rabiche y turqué en los barrancos de La Galga, Nogales y Seco, mientras que en la costa existen continuos avistamientos de pardelas, zarapitos y charranes. Por su parte, los mamíferos están representados principalmente por 10 especies, la mayoría introducidas por el hombre, mientras que autóctonos sólo pueden considerarse como tales a los murciélagos.[9] Áreas protegidasEn el término municipal de Puntallana se encuentran parte de dos Espacios Naturales de la red canaria:[16][17]
Ambos espacios forman parte de la Red Natura 2000, que además incluye las siguientes Zonas de Especial Conservación en el municipio:[18]
Las ZEPAs Espacio marino del norte de La Palma y Cumbres y acantilados del norte de La Palma cubre también gran parte del municipio,[19] mientras que sus cumbres están englobadas dentro de la zona periférica de protección del parque nacional de la Caldera de Taburiente. Junto con el resto de la isla es Reserva de la Biosfera.[20] HistoriaEtapa benahoarita: antes del siglo xviComo en el resto de la isla, los aborígenes benahoaritas fueron los primeros pobladores del actual territorio de Puntallana. La fecha más antigua para el poblamiento de La Palma data del siglo iv a. C. con una primera etapa de influencia oeste magrebí, seguida por una más reciente nueva oleada de gentes procedentes desde el Sahara central y meridional.[21][22][23] Gracias a la abundancia y permanencia de afloramientos de agua, el noreste palmero fue una de las principales zonas donde se asentaron, habitando principalmente las numerosas cuevas, covachas y cejos que se abren en los márgenes de los barrancos, barranqueras y partes altas de los acantilados. Los conjuntos de cuevas-habitación más interesantes se localizan en todos los barrancos principales del municipio, algunas de ellas con capacidad suficiente para albergar grupos de entre 15 y 20 personas. Puntallana tiene en el Barranco del Espigón la necrópolis más interesante de La Palma, pues cuenta con los únicos restos momificados que se conocen de esta etapa histórica.[8] Los benahoaritas poseían una economía fundamentalmente ganadera de trashumancia, basada en la cría de cabras, ovejas y cerdos.[22][24] Las condiciones medioambientales del término actual lo convertían ya entonces en un codiciado lugar de pastoreo. Los rebaños permanecían en las zonas bajas y medias durante el invierno y ascendían a las cumbres en verano, principalmente por dos rutas: la del Topo de la Burra y Lomo Pablo, y la de Lomo Piñero y el Llano de Vergas.[9] El asentamiento pastoril más importante de las cumbres se localizaba sobre los bordes de la Caldera de Taburiente y en la cima de Piedrallana, cerca de las fuentes de La Vizcaína y Las Mejoranas.[8] En el momento de la conquista de La Palma, a finales del siglo xv, el actual territorio de Puntallana correspondía grosso modo con el Cantón de Tenagua.[25]Su capitán o caudillo durante la conquista fue Atabara.[26]Marinos y aventureros europeos desembarcaban en las costas capturando a todos los indígenas que podían con objeto de venderlos como esclavos en los mercados europeos, siendo Tenagua uno de los cantones más visitados y castigados. Atabara, posiblemente influido por las incursiones sufridas durante los últimos años, decidió acogerse a la protección prometida por la Corona de Castilla y convirtió su reino en una de los bandos de paz de la conquista.[9] Antiguo Régimen: siglos xvi a xviiiFinalizada la conquista castellana, el territorio de Puntallana es repartido entre los participantes de la campaña militar. En el lugar de Santa Lucía se instala una gran hacienda ocupada por Juan Fernández de Lugo, sobrino del conquistador Alonso Fernández de Lugo.[5] Desde muy temprana época aparecen también las primeras iglesias, como la ermita de Santa Lucía (que formaba parte de la hacienda de los Lugo), la de San Bartolomé en La Galga o la de San Juan Bautista, que ya en 1515 sería elevada a parroquia.
El Pueblo de Puntallana nace en la fuente de San Juan, naciente situado en el centro del casco antiguo. Así, gracias a las favorables condiciones climáticas de la zona, se asienta un gran número de colonos de procedencia castellana, holandesa o portuguesa, que empiezan a formar grupos, establecer normas y admitir pautas de comportamiento. Los benahoaritas se hispanizaron rápidamente y aunque algunas de sus costumbres fueron adoptadas, la mayoría acabaron por desvanecerse en la memoria de los nuevos propietarios de la isla.[9] Las cimas de algunas montañas como la de Tenagua servirán como atalayas de vigilancia en la entrada de buques al puerto de la capital.[28] Los nuevos pobladores comienzan a desarrollar una agricultura basada sobre todo en el trigo, cuyo éxito hace que el municipio se comience a conocer como el granero de la isla. La impronta cerealista queda reflejada en diversos topónimos, como Puerto Paja, Puerto Trigo o el portuguesismo El Granel.[5] El grano recolectado era molido en los lugares conocidos como molinas para la elaboración del gofio. Para finales del siglo xix, las molinas funcionarán mediante molinos de viento construidos bajo el denominado sistema Ortega.[28] La paja era utilizada también para la construcción de las cubiertas de viviendas, pajeros, chamizos e incluso en un primer momento, de las iglesias.[29] Por otra parte, sus montes de laurisilva y pinar se destinaron a la explotación forestal para la construcción y la industria naval. La demanda de palos de Puntallana, para los astilleros palmeros y para los de toda la provincia, experimentó un considerable auge hasta fines del siglo xviii, lo que ocasionalmente provocaba graves episodios de deforestación.[29]Lugares como el Cubo de La Galga se salvarían de estas prácticas gracias a la presencia de nacientes y fuentes.[10] Etapa contemporánea: siglos xix a xxiCon la aprobación de la constitución de 1812, Puntallana se convertiría en municipio. El edificio que albergó el ayuntamiento en el siglo xix sería destruido en un incendio, obligando a trasladar las casas consistoriales a la Casa Luján. Este edificio solariego del casco antiguo data del siglo xvi siendo de las más antiguas que se conservan en el Municipio. Este lugar acogería al juzgado de paz, al cuartel de la Guardia Civil, la escuela y el Ayuntamiento hasta los años 1980.[30][28]
Al igual que muchos palmeros, los habitantes de Puntallana han tenido la necesidad de emigrar a otros lugares motivados por las malas cosechas, sobre todo a Cuba (siglos xix y principios del xx) y Venezuela (mediados del xx). El retorno de la emigración ayudó al progreso del pueblo, desde la introducción del boniato en sustitución de las raíces de helecho (alimento más propio de épocas de necesidad)[29]hasta el aval prestado por el retornado José María Hernández Hernández a sus vecinos de La Galga para adquirir y repartir las tierras del barrio, entonces en propiedad de la familia Poggio.[28]La desamortización del territorio tendría lugar a lo largo de todo el siglo xix y conduciría al actual estado de propiedad muy atomizada y repartida entre los vecinos.[5] Algunos habitantes del municipio fueron víctimas de la represión surgida tras el estallido de la guerra civil, particularizada en el caso de La Palma por el episodio histórico de la semana roja. Se estima que al menos cinco asesinados fueron enterrados en la zona de Barranco Hondo.[32] A partir de la segunda mitad del siglo XX, las condiciones de vida mejoran notablemente. La introducción de una pequeña industria conservera de frutas terminaría por girar hacia la exportación del plátano, cuyo cultivo se expandiría notablemente por la costa gracias al alumbramiento de aguas mediante galerías, que servirán también para garantizar el abasto público. Paulatinamente se iba sustituyendo el cultivo del trigo por el de la vid, hortalizas y frutales.[28] La construcción de la carretera del norte en los años 1930, reformada posteriormente a finales de siglo, acercaría el pueblo a la capital insular, mientras que la puesta en marcha de una central hidroeléctrica en el vecino término de San Andrés y Sauces marcaría la llegada de la electricidad en los años 1950.[33]El Cubo de La Galga será declarado reserva de la biosfera en 1983, junto a otros parajes de la isla. Esta reserva terminará por extender a toda la isla en 2002.[28] Para el siglo xxi, el municipio que recibió a escritores extranjeros como Olivia Stone o Günter Grass se encuentra abierto al sector turístico.[28][34] DemografíaCuenta con una población de 2699 habitantes (INE 2024).
Al igual que gran parte de los municipios palmeros, Puntallana alcanzó el máximo de población en los años 1950, iniciándose a partir de entonces un apreciable descenso demográfico. Este hecho se explica, en un primer momento por la emigración (principalmente a Venezuela) y posteriormente por el traslado de población a las islas capitalinas (Tenerife) o incluso a otras comarcas de la isla (sobre todo a Santa Cruz de La Palma y Los Llanos de Aridane), que ofrecen mayores posibilidades de empleo frente al débil desarrollo económico del municipio. A pesar de la escasez de suelo urbanizable residencial en el municipio en comparación con otros cercanos también a la capital insular, como Breña Alta y Breña Baja, la tendencia descendente cambia al comenzar el siglo xxi.[9] EconomíaEl sector primario y de servicios son los que más trabajadores de Puntallana ocupan.[36]El municipio cuenta con 460 ha de superficie cultivada, de las que 180 se dedican al plátano para consumo local y exportación. También se cultivan papas, aguacate y habas.[36]La actividad ganadera es sobre todo caprina (más de 1500 cabezas), seguida muy de lejos por la ovina y la bovina. El sector turístico existe en la forma de casas rurales y alquiler vacacional.[37] Administración y políticaGobierno municipalLa Administración Local del municipio se realiza a través del Ayuntamiento de Puntallana, cuyos componentes se eligen cada cuatro años por sufragio universal de todos los ciudadanos españoles y de la Unión Europea mayores de 18 años de edad que estén empadronados en el término municipal.[38] Según lo dispuesto en la Ley del Régimen Electoral General,[39] que establece el número de concejales elegibles en función de la población del municipio, la corporación municipal de Puntallana está formada por 11 concejales, entre estos se incluye quien ostenta la alcaldía-presidencia. El ayuntamiento recibe soporte técnico y presupuestario del Gobierno de Canarias y el Cabildo de La Palma.[36]
Organización territorialTradicionalmente, el municipio de Puntallana se divide en cinco barrios,[41] cuyos orígenes se remontan a la colonización posterior a la conquista. De norte a sur, son:[4]
Por otro lado, en los censos de población elaborados desde los años 2000, el término Municipal de Puntallana aparece dividido en once entidades de población: La Galga, El Granel, Puntallana, Santa Lucía, Tenagua, Bajamar-El Pueblo, Martín Luis, Bajamar-La Galga, Ciudad Vieja, Costa Santa Lucía y Llano Tenagua. Surgidos de la división de los cinco barrios en sus tramos de costa y medianías (además del Llano de Tenagua), estas entidades se corresponden con los lugares en que los caseríos, aunque dispersos, aparecen más próximos.[9][42] ServiciosEducaciónLa oferta de centros educativos públicos se compone de cuatro centros escolares:[43]
El ayuntamiento cuenta con una escuela infantil en Santa Lucía para menores de entre 6 meses y tres años de edad.[44] Para los estudios de Educación Secundaria Obligatoria, Puntallana forma parte de la zona de influencia del IES Alonso Pérez Díaz de Santa Cruz de La Palma.[45] El municipio cuenta con una Biblioteca Municipal, ubicada en el edificio de la Casa de la Cultura y que sirve de lugar de estudio.[46]También existe la Biblioteca Internacional en Lengua Alemana (BILA), situada en el casco antiguo del pueblo y que funciona como espacio de coworking.[47] SanidadPuntallana está dentro de la zona básica de salud de Santa Cruz de La Palma.[48] Para la atención primaria existe un consultorio médico en el casco urbano de El Pueblo, trasladado temporalmente a la Casa de la Cultura.[49] Asimismo, el municipio cuenta con una farmacia, en el casco urbano de El Pueblo.[50] Servicios socialesPuntallana cuenta con una residencia de mayores en El Granel y un centro de día en el casco urbano de El Pueblo.[51][52] Transporte y comunicacionesEl municipio es atravesado por la Carretera de Circunvalación Norte LP-1, que parte desde Santa Cruz de La Palma y llega hasta Los Llanos de Aridane. Además, de esta vía surgen otras carreteras de interés insular:[53]
El municipio cuenta con servicio de taxi y está comunicado con una línea insular de guagua:[54]
Patrimonio
CulturaInstalaciones culturales
DeporteEl municipio dispone de las siguientes instalaciones para la práctica del deporte:[9]
Entre otros, los clubes deportivos del municipio son:[58]
Varias carreras de montaña discurren por los senderos del municipio. Entre ellas destacan la Transvulcania (un pequeño tramo de la misma discurre por la cumbre) y la Cabra Trail, que se desarrolla dentro del término.[59] También ha acogido el campeonato de España de enduro en bicicleta.[60] ReligiónLa población creyente del municipio profesa mayoritariamente la religión católica, estando repartida la feligresía en cinco parroquias (una por barrio) pertenecientes al arciprestazgo de Santa Cruz de La Palma de la diócesis Nivariense.[61]
FiestasLas principales celebraciones de Puntallana son:
Otras celebraciones destacadas del municipio incluyen:
Véase tambiénReferencias
Enlaces externos
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