Pintura micénica

Fresco de una diosa o sacerdotisa con espigas (1250-1180 a. C.) en el Museo Arqueológico de Micenas. Perteneciente a la denominada "Sala del Fresco" del Centro cultual de Micenas.[1]

La pintura micénica es una parte del arte de la civilización micénica que abarca principalmente el estudio de los fragmentos de pinturas murales que se han encontrado en las excavaciones arqueológicas. También se suele incluir en la pintura micénica a los elementos pictóricos de algunos sarcófagos y vasos pertenecientes a dicha civilización. Algunas figurillas escultóricas micénicas también estaban policromadas.

Pinturas murales

Se han encontrado pinturas en algunas paredes de edificios palaciales micénicos aunque también las hubo en otros edificios privados. La mayoría estaban a la altura de los ojos del espectador, o bien en frisos situados en las partes altas de las paredes. Algunos suelos también aparecían decorados con figuras de animales o representaciones geométricas. Los fragmentos de pintura murales que se han conservado pertenecen a un periodo concreto de dicha civilización, puesto que son posteriores al año 1400 a. C. Luego, en los siglos XIII y XII a. C., las destrucciones asociadas al colapso de la civilización micénica provocaron la desaparición de la mayor parte de esas pinturas. En los poemas homéricos, datados en la época arcaica (siglos VIII o VII a. C.), no se encuentra ninguna alusión a la existencia de ninguna pintura mural en residencias palaciales.

Puesto que en la civilización minoica de Creta ya se practicaba la pintura al fresco, los micénicos debieron conocer esas expresiones artísticas, que sirvieron de inspiración o fueron imitadas en la Grecia continental. Es también posible que fueran artistas minoicos los que viajaron al continente y trabajaron al servicio de los micénicos. Se ha sugerido que esto pudo suceder tras la destrucción del último palacio de Cnosos. Tanto en la pintura minoica como en la micénica son comunes las escenas de procesiones y actividades rituales. Sin embargo, entre los temas tratados por los micénicos, aparecen escenas bélicas y de caza, mientras que los minoicos de Creta se centraron más en las representaciones de la naturaleza y otros temas carentes de belicismo. Los perfiles de las figuras de las pinturas murales micénicas suelen estar más marcados que los de las minoicas.

Además de escenas de procesiones, batallas y caza, en los frescos aparecen deidades, carros, símbolos, y animales reales o imaginarios. Se ha señalado que además de ser decorativos, los frescos tenían funciones simbólicas e ideológicas y en ocasiones orientar a los espectadores sobre la comprensión de diferentes aspectos de la sociedad y la religión.[Nota 1]​ Se aprecia una relativa uniformidad en los temas tratados en los frescos en los diferentes palacios micénicos.

Aprendida de los minoicos, la técnica consistía en extender una capa de arcilla sobre la pared, a veces reforzada con otros materiales, Esta base se recubría con un mortero de cal y, sobre este, se añadía una fina capa de yeso sobre la que se trazaban unas líneas que definían el espacio pictórico cuando estaba aún fresco. Los colores se extraían de diferentes materiales terrosos y al mezclarse con agua y cal penetraban en el yeso. Una técnica alternativa que se cree que se utilizaba era el uso de alguna sustancia adhesiva natural —tal vez la leche de higo— para que los colores se fijaran a la pared una vez que se había secado. Finalmente se realizaba un pulido.[2][3]

Relación de obras conservadas

Se han encontrado fragmentos de pinturas murales en los principales centros palaciales micénicos, sobre todo en Micenas, Pilo y Tebas, pero también en Tirinto, Agios Vasilios, Orcómeno y Gla. Son singulares los fragmentos hallados en un edificio de la parcela Vlacos, en Argos[4]​ y también se han encontrado en una casa del yacimiento arqueológico de Íklaina, en Mesenia. Los fragmentos hallados suelen exponerse junto a tentativas de reconstrucción realizadas por artistas modernos de cómo se supone que habrían sido originalmente las representaciones completas de estos frescos.

Lista de principales pinturas murales micénicas conservadas
Denominación Imagen Lugar del hallazgo Notas
Dama de Micenas «Casa del sumo sacerdote» de Micenas Se representa de perfil (pero los ojos frontales) una figura femenina que podría ser una deidad.[2]
Señora de las espigas Centro de culto de Micenas
Fresco de los genios Centro de culto de Micenas Varias figuras con cabeza de asno llevan una cuerda sobre los hombros, tal vez arrastrando la víctima de un sacrificio.[5]
Mujer con casco de colmillos de jabalí Personaje con casco de colmillos de jabalí sosteniendo un grifo.
Mujeres en un ambiente festivo Casa de Micenas Las mujeres están apoyadas sobre una barandilla. Sobre sus cabezas hay guirnaldas que indican el carácter festivo del evento que están observando.[6]
Fresco del salto del toro de Tirinto Tirinto
Oferente de Tirinto Tirinto
Tirinto
Fresco de la caza de Tirinto Tirinto
Tirinto
Tirinto
Rosetas y espirales Tirinto
Escena de batalla Palacio de Pilo
Escena de batalla Palacio de Pilo
Guerreros con carro Palacio de Pilo
Guerreros con cascos de colmillos de jabalí Orcómeno
Procesión de mujeres de Tebas Tebas
Tebas
Tebas
Tebas
Delfines de Gla Gla

Pinturas en sarcófagos

Con respecto a las pinturas que se hallan en algunos sarcófagos, aparecen representaciones que se interpretan como símbolos funerarios, rituales o paisajes del inframundo.[7]​ Una serie de lárnax hallados en Tanagra destacan entre las pinturas en estos soportes. El sarcófago de Hagia Triada, hallado en el sur de Creta y datado hacia 1370-60 a. C., donde se representan dos procesiones seguramente relacionadas con rituales funerarios, es posible que se trate de una muestra de características híbridas de las culturas minoica y micénica.[5]

Lárnax de Tanagra
 
 
 
 

Pinturas en vasos

Los vasos a veces se pintaban figuras humanas y de animales (pulpos, peces y pájaros se encuentran entre los más representados). Algunas de las piezas singulares más destacadas son la «píxide del tañedor de lira» y el «vaso de los guerreros».[5]

A finales del siglo XI a. C. son características las pinturas en las cerámicas de «estilo granero», donde la simplicidad de las líneas se interpreta como signo de falta de inspiración y originalidad de una civilización que estaba en una época de declive.[8]

Cratera micénica de Enkomi (Chipre)
Cratera micénica de Enkomi (Chipre)  
El «Vaso de los guerreros» de Micenas
El «Vaso de los guerreros» de Micenas  
Píxide del tañedor de lira, hallada cerca de La Canea.
Píxide del tañedor de lira, hallada cerca de La Canea

Véase también

Referencias

  1. Huerta Segovia, Pelayo (2019). «La “Sala del Fresco” de Micenas. Revisión de las interpretaciones del programa iconográfico y nueva lectura en relación a los espacios.». Panta Rei: revista de ciencia y didáctica de la historia. doi:10.6018/pantarei/2019/5. 
  2. a b D. N. Maronitis, L. Polkas y K. Touloumi, Τοιχογραφίες (en griego)
  3. Μυκηναϊκές τοιχογραφίες (en griego)
  4. VV.AA,Las civilizaciones egeas , p.370, Barcelona: labor 1992, ISBN 84-335-9350-1
  5. a b c Piquero Rodríguez, Juan (2020). La civilización micénica, pp.210-213, Madrid: Síntesis. ISBN 978-84-1357-025-9.
  6. Descripción del fresco en la página del Museo Arqueológico Nacional de Atenas (en griego)
  7. Nanno Marinatos, La Diosa del sol y la realeza en la Antigua Creta, p.221, Madrid: Machado (2019), ISBN 978-84-7774-331-6.
  8. D. N. Maronitis, L. Polkas y K. Touloumi, Kεραμική και αγγειογραφία (en griego)

Notas

  1. Por ejemplo los frescos de la sala de culto de micenas se han interpretado como la narración de un ritual a la vez que servía de guía a los participantes de un ritual, así como a invocar una divinidad y perpetuar una tradición. Cf. Pelayo Huerta Segovia (2019): La “Sala del Fresco” de Micenas. Revisión de las interpretaciones del programa iconográfico y nueva lectura en relación a los espacios