Piezas bucalesEn los artrópodos, se denominan piezas bucales al conjunto de escleritos y apéndices que rodean la boca y contribuyen a la captura e ingestión del alimento. Se trata de estructuras evolutivamente muy plásticas, que han radiado a partir de una morfología primitiva originando una gran variedad de aparatos bucales. MandibuladosLos mandibulados (Mandibulata) (crustáceos, miriápodos e insectos) tienen un modelo básico común de cabeza formado por cinco segmentos o metámeros (más el acron preoral, aunque este está en disputa).[1] El primer y segundo segmentos no poseen apéndices bucales; el tercer segmento lleva las mandíbulas, el cuarto el primer par de maxilas (maxílulas) y el quinto el segundo par de maxilas. En cada grupo, dicha estructura básica sufre más o menos modificaciones. CrustáceosLos apéndices de los crustáceos son birrámeos, y las piezas bucales no son una excepción. No obstante, los enditos suelen estar muy desarrollados formando grandes gnatobases (de gnatos, mandíbula) que realizan las funciones principales; por el contrario, las dos ramas de los apéndices desempeñan un papel secundario y con frecuencia se hallan reducidas o faltan por completo.[2] Los apéndices que forman las piezas bucales de los crustáceos son:
InsectosLa estructura primitiva de las piezas bucales de los insectos consta de los siguientes elementos:
MiriápodosLa estructura básica de las piezas bucales de los miriápodos es similar a la de los insectos. Las mandíbulas están presentes en todos los grupos de miriápodos. El primer y segundo par de maxilas sufren diversas modificaciones.
QueliceradosLos quelicerados carecen de mandíbulas. Los apéndices bucales característicos son los quelíceros, que ocupan una posición preoral y no son homólogos de las mandíbulas. Su morfología es variada; pueden acabar en pinza, como en los escorpiones y opiliones, o una uña, como en los amblipigios y araneidos; estos últimos poseen una glándula venenosa asociada al quelícero. Con frecuencia, el primer par de apéndices postorales, los pedipalpos, adquieren función trófica, colaborando con los quelíceros en la captura del alimento, como en los escorpiones, que poseen grandes pedipalpos acabados en pinza. Referencias
|