PeriguneEn la mitología griega Perigune o Perígune (en griego Περιγούνη, Perigúne) era la hija de Sinis, bandido del istmo de Corinto, que fue muerto a manos de Teseo.[1] Algunos dicen que fue raptada por Teseo[2] y otros que incluso violó a la pobre muchacha.[3] Tenía Sinis una hija bellísima y muy alta, llamada Perigune. A esta, que había huido cuando fue muerto el padre, la buscaba Teseo por todas partes. Y ella, refugiándose en un paraje con mucha broza y abundancia de pimpinela espinosa y aspálato, con la mayor candidez e inocencia, cual si estuviera rogando a seres capaces de percibir, les prometía con juramentos que, si la salvaban y escondían, nunca les haría daño ni los quemaría. Mas como Teseo continuaba llamándola y daba fe de que cuidaría bien de ella y no la iba a maltratar, salió, y de su unión con Teseo dio a luz a Melanipo. Luego vivió con Deyoneo, hijo de Éurito el de Ecalia, a quien se la concedió Teseo. De Melanipo, el de Teseo, fue hijo Yoxo, que tomó parte con Órnito en la colonia enviada a Caria. A partir de ahí, se fijó la costumbre, para los yóxidas y las yóxides, de no quemar la planta del aspálato ni la pimpinela espinosa, sino darle culto y respetarla.[1] Robert Graves dice que como se creía que el Viento Norte, que dobla los pinos, fertilizaba a las mujeres, los animales y las plantas, se describe a «Pitiocantos» como padre de Perígune, una diosa de los sembrados. El apego de sus descendientes a las esparragueras y los juncales indica que los cestos sagrados que llevaban en las Tesmoforias estaban tejidos con esos materiales, y, por tanto, prohibidos para el uso corriente.[4] Su nombre también se escribe Periguna, Perigone y Perigenia en El sueño de una noche de verano de Shakespeare.[5] Véase también
Referencias
|