Pedro de Zúñiga y Velasco

Beato Pedro de Zúñiga O.S.A.
Información personal
Nacimiento 1580 o 1585 Ver y modificar los datos en Wikidata
Sevilla, Reino de Sevilla
Fallecimiento 19 de agosto de 1622 o 1622 Ver y modificar los datos en Wikidata
Nagasaki, Japón
Nacionalidad Española
Familia
Padres Álvaro Manrique de Zúñiga
Blanca de Velasco
Información profesional
Ocupación Presbítero católico de rito latino, misionero y beato Ver y modificar los datos en Wikidata
Información religiosa
Beatificación Pio IX en 1867
Festividad 19 de agosto
Venerado en Iglesia católica
Orden religiosa Orden de San Agustín Ver y modificar los datos en Wikidata

Beato Pedro de Zúñiga O.S.A. (Sevilla[1]​ en 1580[2]​ y falleció en Nagasaki el 19 de agosto de 1622) Misionero agustino de origen noble de la Casa de Zúñiga, mártir de la Iglesia católica, beatificado por el papa Pio IX en 1867. Su fiesta en el calendario tradicional se celebra el 19 de agosto, día de su martirio.

Filiación

Pedro Manrique de Zúñiga y Velasco fue segundogénito del virrey de la Nueva España Álvaro Manrique de Zúñiga y Sotomayor, I marqués de Villamanrique, y de su esposa Blanca de Velasco y Enríquez de Almansa, hija del virrey del Perú Diego López de Zúñiga y Velasco, IV conde de Niebla y de su esposa María Enríquez de Almansa, y nieto de los III duques de Béjar y Plasencia, Grandes de España, Alonso Francisco de Zúñiga y Sotomayor y Teresa de Zúñiga y Manrique de Castro.[3]

Sacerdote y predicador en la Orden de San Agustín

En su niñez durante la ausencia de sus padres en México de 1585 al 1590, se crio en casa de su tía Leonor, hermana de su padre Álvaro, y de su primo hermano Alonso Pérez de Guzmán y Zúñiga, VII duque de Medina Sidonia.[4]

Inspirado por el ardiente celo religioso de su familia entró en el convento de los agustinos de Sevilla, (su abuela María de Zúñiga, II duquesa de Béjar, fundó en Salamanca en 1533 el colegio de San Guillermo de la Orden de San Agustín[5]​) donde profesó el 2 de octubre de 1604 en manos de fray Gerónimo de Añasco, prior de dicho convento, y se ordenó de sacerdote y predicador. Era un joven de ingenio agudo, enérgico, amable y cariñoso. Sobresalió por su amor al estudio, a la oración y su ardiente celo por la salvación de las ánimas.[6][7]

El vicario provincial de la misión en el Japón, fray Diego de Guevara, llegó en 1609 a España solicitando religiosos para la cristiandad de las islas Filipinas y del Japón. En su estadía en el convento agustino de Sevilla, en compañía de otros religiosos que iban de viaje a las islas Filipinas, dio relación de los progresos que la religión cristiana hacía en el Japón y del martirio sufrido años antes por los religiosos. Pedro resolvió sumarse a tan sagrada misión. Pese a la fuerte oposición que hicieron el VII duque de Medina Sidonia y sus superiores de la Provincia Agustina de Andalucía, teniendo en cuenta su alta alcurnia y sus posibilidades de alcanzar altos cargos eclesiásticos, obtuvo después de mil insistencias, ansioso de propagar el evangelio, el permiso para embarcarse a las Filipinas y misionar en el Japón. Salió de Sevilla en 1609 en compañía del Comisario Visitador fray Diego de Guevara y de 16 religiosos, que componían la misión, pasó por México y llegó a Manila, entrando el 6 de junio de 1610 en el convento de San Pablo de Manila.[8][9]

Misionero en las islas Filipinas

Fue destinado a la provincia de Pampanga, donde se ejercitó en la administración de sacramentos y aprendió la lengua Pampanga. Fue ministro de doctrina en el pueblo de Pórac en 1614 y electo prior y cura del convento de Sesmoan del 1615 al 1617.[6][10]​ Enardecido por los relatos conmovedores de los martirios que en el Japón padecieron los religiosos en 1617, entre ellos de los hijos del Gran Padre San Agustín de la Provincia del Dulcísimo Nombre de Jesús de las Filipinas, pide permiso al Padre Provincial para embarcarse al Japón, predicar el evangelio y ofrecer su vida por la salvación de las ánimas japonesas.[11]

Misionero en el Japón y martirio

Se embarca en Manila en junio de 1618 acompañado por fray Bartolomé Gutiérrez y otros religiosos vestidos de seglares, llegan a Nagasaki el 12 de agosto de 1618. Fueron reconocidos como religiosos cristianos y el gobernador de Nagasaki ordenó su persecución y prisión. Pedro ocultado en casa de japoneses cristianos estudió la lengua japonesa y propagó el evangelio, pasando contratiempos. En diciembre de 1618 el nuevo gobernador de Nagasaki Gonrocu, hombre de buen corazón, se vio obligado a cumplir la persecución de los cristianos ordenada por el emperador Japonés. Dio aviso a Pedro, a quien bien estimaba, sugiriéndole que debía abandonar el Japón. Pedro resolvió volver a Manila, donde entró en mayo de 1619.[12][13]

A las súplicas de los japoneses cristianos pidiendo el envío de misioneros y en especial a fray Pedro de Zúñiga, a quien extrañaban y amaban, el provincial de los Agustinos de las Filipinas, conociendo sus méritos y la conveniencia, decidió volver a enviar a fray Pedro de Zúñiga y le dio el cargo de vicario provincial y le mandó en obediencia volver al Japón. Pedro salió de Manila en compañía de fray Luis Flores, dominico, vestidos de mercaderes, en una pequeña fragata de mercaderes japoneses el 13 de junio de 1620. Debido a temporales y borrascas arribaron a la Isla Formosa el 22 de julio. Saliendo de Formosa para continuar el viaje, fueron cautivados por corsarios ingleses, quienes los entregaron a los holandeses. Los holandeses sospechando que eran religiosos, los llevaron a su factoría de Hirado en el Japón (fundada en 1609), donde llegaron el 4 de agosto y los acusaron ante el gobernador de ser sacerdotes cristianos, y de no acatar la prohibición del emperador de la entrada de misioneros católicos en el Japón. Aunque fray Pedro de Zúñiga y fray Luis Flores negaron ser religiosos, por no hacer daño a los mercaderes japoneses, pero por falta de pruebas manifiestas de ello fueron puestos en prisión holandesa.[14]​ Fray Pedro de Zúñiga informa por carta de 10 de octubre de 1620 al Provincial de los Agustinos en Filipinas sobre su prisión y tormentos sufridos.[15]

El cautiverio holandés duró 16 meses, enjaulados en oscura cárcel y padeciendo muchos tormentos, hasta que viéndose confrontados con testigos y convencidos de su fracaso, confesaron ser sacerdotes que iban a predicar la fe cristiana contra las órdenes del emperador japonés. Los prisioneros fueron conducidos a la cárcel japonesa en la isla Ykinoxima el 23 de diciembre de 1621.[16][17]​ Allí permanecieron hasta que fueron trasladados a Nagasaki donde llegaron el 17 de agosto de 1622 y conducidos ante el Gobernador Gonrocu, recibieron la sentencia de muerte. A los 12 marineros de la fragata japonesa los degollaron, al capitán de ella, Joaquín Díaz o Firajama y a los padres fray Pedro de Zúñiga y fray Luis Flores los quemaron vivos a fuego lento el viernes 19 de agosto de 1622.[18][19]

La relación de este célebre martirio escrito por fray Bartolomé Gutiérrez, mártir del Japón, testigo de los acontecimientos, la reproduce Sicardo en su obra Cristiandad del Japón.[20]

Las reliquias de fray Pedro de Zúñiga, mártir asado, las recogió Martín de Govea, portugués, vecino de Nagasaki. Perseguido por los japoneses, salió de allí y fue a la ciudad de Macao llevando consigo el santo cuerpo quemado y la columna donde fue amarrado, teniéndolo en veneración. A su muerte su hijo Pedro Pinto de Govea lo depositó en casa de Tomás Congi, japonés cristiano, quién lo trajo al colegio de los Jesuitas de Macao y después lo reclamó y lo tenía en su casa con gran veneración. Teniendo conocimiento de esto el provincial de los Agustinos de Manila, se valió de los Jesuitas de Macao y consiguió el traerlo a Manila, en donde se presentó al juez provisor y vicario general, el cual viendo la autenticidad de las reliquias, concedió que se llevase en procesión el santo cuerpo al convento de San Pablo de Manila, a excepción de una canilla que guardaron en veneración los Jesuitas de Macao. El prior fray Francisco de Madrid recibió solemnemente el santo cuerpo el 9 de julio de 1651 y lo colocó en una caja dorada debajo del altar mayor de dicha Iglesia.[21][22][23]​ En el archivo del Convento de San Pablo de Manila se guardan los documentos respectivos a estos actos. Después de la toma y saqueo de Manila en 1762 las santas reliquias desaparecieron, sólo una canilla se encuentra en el archivo del Convento de San Pablo de Manila.[24][25]​ El madero, en que padeció martirio fray Pedro de Zúñiga, fue enviado al Convento de San Agustín de Salamanca. Para mayor veneración se hizo de él una cruz que se pone en el Altar Mayor los días solemnes, guarnecida, adornada y tiene por remate un águila imperial de plata, dentro su pecho esta el hueso de un dedo del santo mártir.[26][27]

Fray Pedro de Zúñiga fue beatificado por el papa Pio IX en la ceremonia realizada en la Ciudad del Vaticano el 7 de julio de 1867.[28]

En su honor el colegio de educación primaria de la villa de Villamanrique de Zúñiga, hoy Villamanrique de la Condesa, provincia de Sevilla, España, lleva el nombre de San Pedro de Zúñiga.

Ancestros

Referencias

  1. Arana, Pág.78
  2. Jiménez, Pág. 69
  3. Sicardo, Pág.165
  4. ibídem, Pág. 165
  5. ibídem Pág. 165
  6. a b Pérez, Pág. 327
  7. Sicardo, Pág. 165
  8. Sicardo, Pág. 166
  9. Jiménez, Pág. 71-72
  10. Sicardo, Pág. 166-167
  11. Sicardo, Pág. 167
  12. ibídem, Pág. 169-172
  13. Jiménez, Pág. 77-78
  14. Jiménez, Pág. 80-84
  15. Sicardo, Pág. 177-178
  16. Sicardo, Pág. 186-187
  17. Jiménez, Pág. 97-101
  18. Sicardo, Pág. 193-204
  19. Jiménez, Pág. 103-111
  20. Sicardo, Pág. 209-219
  21. Sicardo, Pág. 205-206
  22. Pérez, Pág. 328
  23. Jiménez, Pág. 113-115
  24. Pérez, Pág. 334
  25. Jiménez, Pág. 115-117
  26. Sicardo, Pág. 206-207
  27. Jiménez, Pág. 116
  28. Jiménez, Pág. 9-12 (Relato de la Ceremonia de Beatificación de los Mártires del Japón)

Enlaces externos

Bibliografía

  • Arana de Varflora, Fermín (1791). Hijos de Sevilla Ilustres en Santidad, Letras, Armas, Artes o Dignidad. Numero IV. Sevilla: Imprenta de Vázquez e Hidalgo. 
  • Sicardo, P.M. Fray Joseph (1698). Cristiandad del Japón y Dilatada Persecución que Padeció. Memorias Sacras de los Mártires de las Ilustres Religiones...y con especialidad de los Religiosos de la Orden de N.P.S. Agustín. Madrid: Francisco Sanz. Impresor del Reino. 
  • Jiménez, OSA Fray Manuel (1867). Mártires Agustinos del Japón. Vida y Martirio de los Beatos Fr. Fernando de San José, Fr. Pedro de Zúñiga y demás compañeros mártires beatificados el 7 de julio del Pte. año por N. Santísimo Padre Pio IX. Valladolid: Imprenta de Juan de la Cuesta. 
  • Herrero Mediavilla, Víctor, ed. (2000). Índice Bibliográfico de España, Portugal e Iberoamérica. München: K.G. Sauer. 
  • Méndez Bejarano, M. (1925). Diccionario de Escritores ... de Sevilla. Vol. III. Sevilla:. «Herrero Mediavilla. Índice Bibliográfico de España». 
  • Pérez, Elviro J. (1901). Catálogo Bio-Bibliográfico de los Religiosos Agustinos de la Provincia del Dulcísimo Nombre de Jesús de las Islas Filipinas desde su fundación hasta nuestros días... Manila: Tipografía del Colegio de Santo Tomás. «Herrero Mediavilla. Índice Bibliográfico de España».