Paula Painén Calfumán
Paula Painén Calfumán (Padre Las Casas, Región de la Araucanía, 23 de enero de 1931.) es una representante de la cultura mapuche y una de las más longevas perpetuadoras del oficio de weupife o epewtufe. En 2010 fue reconocida por el Consejo Nacional de la Cultura y Las Artes como Tesoro Humano Vivo de Chile debido a su manejo y preservación del mapudungún, lengua originaria del pueblo mapuche.[1] Fue integrante de la Casa de la Mujer Mapuche, donde se dedicó a crear piezas de artesanía textil. Además, ha participado como divulgadora de la cultura mapuche en seminarios y encuentros a lo largo de Chile. BiografíaNació en 1931[2] en la comunidad Antonio Rapimán, Licanco en la localidad de Padre Las Casas, cercana a Temuco, en la IX Región de la Araucanía. Creció junto a sus padres y abuelos trabajando la tierra y alimentando animales. Alrededor de los 10 años, Painén aprendió el ofició de epewtufe gracias a su abuela, quien solo hablaba mapudungún y relataba cuentos junto al fogón que usaban para cocinar en la ruka familiar.[3] Según recuerda, mientras las mujeres se dedicaban a la artesanía textil, los mayores de la comunidad relataban cuentos o epew a los más jóvenes de la comunidad.[4] Al ser una cultura ágrafa, gran parte del conocimiento mapuche o kimün acumulado durante siglos se transmite a través de la oralidad. Los epew se constituyen como relatos o fábulas de seres fantásticos, que además de ser una expresión artística del idioma mapudungún, sus contenidos albergan la filosofía y cosmovisión mapuche, entregan enseñanzas, normas de comportamiento y formas de ser que se transmiten a través de metáforas.[5] A lo largo de su vida, Painén ha destacado por ser una de las epewtufe más experimentadas de su comunidad, al ser capaz de memorizar alrededor de 50 epew y relatarlos en su idioma original[3]. El investigador, historiador y kimche mapuche Juan Ñanculef describió a Painén como "el último disco que nos va quedando en original”,[6] por esto también es considerada una de las más longevas preservadoras y divulgadoras del idioma mapudungún en Chile. En 1986 publicó junto a la antropóloga y escritora chilena Sonia Montecino el libro "El zorro que cayó del cielo y otros relatos", una recopilación de 17 epew traducidos al idioma castellano.[7] En 2012 trabajó como tallerista en el Complejo Educacional Oscar Moser, en Padre Las Casas, en el marco del programa "Portadores de tradición"[8], una iniciativa del Consejo Nacional de la Cultura y Las Artes para educar y sensibilizar a niños y jóvenes de Chile en torno al patrimonio cultural inmaterial y las tradiciones locales.[9] Premios y reconocimientos
Libros
Véase también
Referencias
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