Parnaso venezolano

Parnaso venezolano: colección de poesías de autores venezolanos desde mediados del siglo XVIII hasta nuestros días, presidida de una introducción acerca del origen y progreso de la poesía en Venezuela
de varios autores
Editor(es) Julio Calcaño
Género Poesía
Tema(s) Antología
Editorial Tipografía de "El Cojo"
Ciudad Caracas
País Venezuela
Fecha de publicación 1892
Formato Papel
Páginas 606

El Parnaso venezolano: colección de poesías de autores venezolanos desde mediados del siglo XVIII hasta nuestros días, presidida de una introducción acerca del origen y progreso de la poesía en Venezuela es una antología poética recopilada por el escritor venezolano Julio Calcaño y publicada en 1892. El libro marcó un hito en la historia de la literatura venezolana al tratarse del primer intento logrado de presentar una colección de la poesía más destacada escrita en el país desde la Colonia Española hasta la fecha.[1]

Entre los poetas incluidos se encuentran algunos de los nombres más reconocidos de ese lapso de tiempo, tales como Andrés Bello, Fermín Toro, Juan Vicente González, Vicente Salias (autor del himno nacional), Cecilio Acosta, y muchos más.

Contenido

Luego de dedicar el libro a la Real Academia Española, Calcaño expone en la introducción los criterios que motivaron esta compilación. Reseña los inicios de la poesía venezolana y por qué, a su juicio, la misma no se desarrolló durante los primeros siglos de la colonización española de la misma manera que en los virreinatos de Nueva España y del Perú. Sin embargo, la ciudad de Caracas se convirtió en centro de una gran vida intelectual hacia finales de los años 1790. La visita en 1806 de Juan Bautista Arriaza influenció sobremanera las tertulias literarias que se llevaban a cabo en la residencia de Francisco Javier Ustáriz, a las que solían concurrir Andrés Bello y Domingo Navas Spínola. La incipiente producción de poesías y traducciones de autores extranjeros, si bien tenían deficiencias, logró algunos ejemplos dignos de mención.

El ámbito artístico y literario continuó desarrollándose durante la invasión napoleónica de España, logrando atraer un público devoto y alcanzando tintes cada vez más patrióticos en la víspera de la guerra independentista. Al término de dicha contienda, se propiciaron las condiciones para un rebrote del quehacer literario. La nueva poesía republicana que surgió luego de 1830 estuvo inicialmente marcada por el romanticismo, pero colisionó con otros movimientos literarios que surgieron como respuesta. Calcaño considera que la poesía, en general, había alcanzado para el momento de la publicación del libro ciertas características que dejan atrás el clasicismo y el romanticismo, y que por el desarrollo de los medios de comunicación había establecido lazos con sus pares de otros países.

Según Calcaño, esta es la primera antología en incluir a Domingo del Monte y a José Antonio Echeverría. La única poetisa incluida es María Josefa de los Ángeles Paz y Castillo. Así mismo, el compilador le dio prioridad a la poesía de carácter vulgar, considerando que ésta refleja de mejor manera la idiosincrasia venezolana y la de cualquier grupo social. El índice lo componen 59 autores ordenados de manera cronológica, una breve reseña biográfica y uno o varios poemas seleccionados de cada uno.

Lista

Nombre Títulos
Vicente Tejera «Paráfrasis del Miserere»
«El aborto»
Sor María Josefa de los Ángeles Paz y Castillo «Anhelo»
José Luis Ramos «Oda de Horacio»
Andrés Bello «A la agricultura de la zona tórrida»
«La victoria de Bailén»
«Égloga»
«Miserere»
«La oración por todos»
«A la nave»
Antonio Ros de Olano «La idea»
«El dolor»
«Caracas»
Domingo del Monte «Epístola á Elicio Cundamarco»
«El Veguero»
«Elegías de Monti»
«Su voz»
José Antonio Maitín «Canto fúnebre»
«El hogar campestre»
«Las orillas del río»
José Hermenegildo García «La muerte de Ricaurte»
«A la luna»
Fermín Toro «Oda a la zona tórrida»
«Canto a la Conquista»
«Poesía a Carmen»
«Las antigüedades americanas»
«La esclavitud»
«A la ninfa del Anauco»
Luis Alejandro Blanco «A Cumaná»
Juan Vicente González «Amor y paz»
«Una tarde en Caracas»
Fernando Antonio Díaz «Elegía»
«Al Teniente Coronel B. Paz del Castillo»
Rafael María Baralt «A Cristóbal Colón»
«Sus labios»
«La inspiración»
«A una señorita»
«A un plagiario»
«La Batalla de Ayacucho»
«A un ingenio de estos tiempos»
«La Anunciación»
«Oda a la desesperación de Judas»
Cristóbal Mendoza «A Flavinio»
Rafael Arvelo «En el álbum de Elena, Anacreóntica»
«Ave María»
José Antonio Echeverría «Oda a la Infanta de Castilla»
«A una nube»
«Reconciliación»
José Heriberto García de Quevedo «A Cristóbal Colón»
«A Italia, oda»
«A Pío IX»
«Oda a la Libertad»
«A Caracas»
«Meditación»
Gerónimo E. Blanco «Ribas»
«El talento»
«Magnificat anima mea»
Cecilio Acosta «La casita blanca»
«La gota de rocío»
«Epitafio»
«A la Libertad»
«Madrigal»
«El véspero»
Juan Crisóstomo Falcón «A mi caballo»
Félix Soublette «La gloria de Páez»
«Pasión y muerte»
Abigaíl Lozano «A Barquisimeto»
«Crepúsculos»
«Dios»
«A la noche»
«Julio Arboleda»
«La Biblia»
«A Soledad»
«Napoleón»
«A Valencia»
Pedro José Hernández «Querella de un triste»
«A la muerte de José Antonio Jones»
«El gemido de la tarde»
«Tus ojos»
Carlos Mendoza «Tempestad y calma»
Felipe Esteves «Mis tres perlas»
«A un amigo poeta»
José María Ortega Martínez, padre «Ley divina»
«La tarde»
«A D. Diego Jugo Ramírez»
«Tántalo»
José María Núñez de Cáceres «Idilio»
«Sonetos a Petrona»
José Ramón Yepes «La media noche»
«La ramilletera»
«Balada marina»
«La canción de los suspiros»
«La golondrina»
«Niebla a María Luisa Álvarez»
«Himno epitalámico»
«¡Tardas!»
«Pastoril»
«A la estrella de la tarde»
«A una sensitiva»
Jesús María Sistiaga «El arriero y el peregrino»
«El oso hormiguero y las hormigas»
«La vida en Río Chico»
«Los cachicamos y las lapas»
«La enfermedad local»
«Una corrida de toro»
Francisco Aranda y Ponte «Oda XXIII de Horacio, libro I»
José María Salazar «Al mar»
«César»
«Víctor Hugo»
«El pensamiento»
Juan Bautista Calcaño y Paniza «¡Qué felices son los muertos!»
«¿Sabes quién es?»
«Edad Media»
«Del intermezzo»
Eloy Escobar «Lira al duelo de Andalucía»
«El castillo derruido»
«A la muerte de Arístides Calcaño»
«Elegía»
«A San Vicente de Paúl»
«A Carmen»
«El genio del Libertador»
«Adiós a Lola»
«Elegía»
«A orillas del mar»
Domingo Narciso Marínez «A Heredia»
Ramón Isidro Montes «El botón de Rosa y la rosa»
José Antonio Calcaño «El loco de la montaña»
«Homenaje a la Real Academia Española»
«La humildad»
«En la orilla del mar»
«Nostalgia»
«Sola spes»
«El Tasso»
«La siega»
«No me hables de la vida»
«La levita negra»
«Las campanas de la tarde»
Manuel Norberto Vetancourt «A Cumaná»
«Berruecos»
Mariano Arístides Calcaño «Melodías hebreas»
«Mis gorriones»
«Madrigal»
«Las nubes»
«Visión»
«Fragmento de una leyenda»
«Dolora»
«Barcarola»
«Adiós»
«Luz y tinieblas»
Ermelindo Rivodó «A orillas de un arroyo»
«La luna que asoma»
«La flor del abrojo»
«Las dos flores»
«Un árbol seco»
Amenodoro Urdaneta «El campo»
Heraclio Martín de La Guardia «América»
«Caos»
«El siglo presente»
«Una noche en La Habana»
«Nocturno»
«Fuego bajo ceniza»
«La América del Norte»
«Poder de amor»
«Gotas de rocío»
«Noche»
Luis Camilo Calcaño «A una concha»
«Recuerdo, a Graziela»
«Meditación»
«El canto del prisionero»
Manuel María Fernández «Padilla»
«¡Líbreme Dios!»
«Consejos esdrújulos»
«Mi candidato»
«El sainete de la vida»
«A través de los vidrios»
Juan Vicente Camacho «Los tres enigmas»
«Última luz»
«Desdeñosa»
«A mi hijita de cinco años»
Domingo Ramón Hernández «Al firmamento»
«La poesía»
«Arrullo de las palomas»
«Arístides Calcaño»
«Alas de mariposa»
«En la tumba de Amelia»
«A una fuente»
«A Enrique, epístola»
«Al río Caurimare»
«A la estatua de Bolívar»
«La niebla»
«Canto de la golondrina»
Francisco Guaicaipuro Pardo «Alma mater»
«Porvenir de América»
«Soledad»
«Luz del alma»
«Páez»
«A México»
«A la Virgen María»
«A la libertad»
«Introducción de un poema a Venezuela»
Andrés Antonio Silva «El ruiseñor a la luna»
Vicente Antonio Rendón «Jehováh»
Jesús María Morales Marcano «Oda de Horacio al pueblo romano»
«Oda de Horacio a Pirra»
«Oda de Horacio a su criado»
Juan Vicente Mendible «En la muerte de mi esposa»
Vicente Coronado «El cóndor»
«La última luz»
«La rosa blanca»
«La ley de amor»
«La revelación»
«El laurel de la discordia»
Eduardo Calcaño «Caridad»
«Vox populi»
«El rocío y el lodo»
«La Doncella de Orleans»
«Satanás»
«Epitalamio»
«Una limosna»
«Sacra navis»
«El cómplice»
«El Teniente Calderón»
«Lux facta est»
Pablo José Arocha «Los piragüeros»
«Anémona»
«La profesa»
«Llorar por un hijo»
«Barcarola»
Pedro Arismendi Brito «No todo era sueño»
«Madrigales»
«Lección de flores»
«Luz de sombra»
Elías Calixto Pompa «La nave de la vida»
«Estudia, trabaja, descansa»
«¿Dónde está Dios»
Marco Antonio Saluzzo «¡Libertad!»
«Mens divinior, a Víctor Hugo»
«A una adúltera»
«Multa paucis»
Juan José Breca «A La Guaira»
«Mis ángeles no vienen»
Simón Calcaño «Las tres almas»
«La muerte del poeta»
«Miguel Grau»
«A Polonia»
«A mis hijas»
«Quisiera despertar»
«Pesca»
Domingo Santos Ramos «El pensamiento»

Véase también

Referencias

  1. «Calcaño y Panizza, Julio». Diccionario de Historia de Venezuela 4 (2° edición). Fundación Polar. 1997. ISBN 980-6397-39-8. 

Bibliografía