Este rechoncho y robusto animal era un típico pareiasáurido. Tenía el dorso protegido por placas óseas alojadas en la piel. Las patas, gruesas y poderosas, se proyectaban hacia los lados en una disposición típicamente reptiliana, con la columna vertebral enormemente engrosada.
También el cráneo era sólido y pesado, y presentaba numerosas púas y protuberancias verrugosas.
Alimentación
Los dientes eran pequeños y en forma de hoja, con los bordes aserrados para desgarrar las duras fibras vegetales que el animal comía.
El paladar también estaba provisto de dientes, para deshacer mejor estas fibras vegetales.[1]
Tamaño
Podría llegar a medir hasta 2,5 metros de longitud.