Noche de los machetes
La noche de los machetes[1] fue el nombre que recibió la masacre ocurrida el 8 de mayo de 1913 en San Fernando de Atabapo, Venezuela, donde se perpetró el magnicidio del gobernador de Amazonas Roberto Pulido, su esposa y sus hijos, además de la matanza de decenas o incluso un centenares de personas, así como el asalto a la Casa de Gobierno del Territorio Federal Amazonas, por parte del coronel Tomás Funes y sus secuaces.[1][2][3] Esto dio inicio a siete años del sanguinario gobierno de facto de Funes en Amazonas.[4] Contexto históricoEl gobierno del general Roberto Pulido en Amazonas fue corrupto y cuestionado, pues era el mayor accionista de la casa mercantil Pulido Hermanos con el cual dominaba la explotación y comercialización de caucho en la zona[5] (del cual San Fernando de Atabapo, capital de Amazonas para ese momento, era bastante rica),[6] combinando sus negocios de caucho con los negocios del Estado.[1] A principios del siglo XX la frontera entre Venezuela y Colombia estaba abandonada por el gobierno colombiano.[7] En la zona primó el uso de la fuerza para gobernar, lo que favoreció hechos de violencia como La noche de los machetes y el posterior mandato de Funes.[7] HistoriaCuando Pulido aumentó los impuestos a los empresarios del caucho, Funes, un comerciante de caucho de la zona amazónica entre Venezuela y Brasil,[8] conspiró en represalia para derrocarlo con ayuda de sus secuaces,[1] con quienes tomó por la fuerza la Casa de Gobierno del Territorio Federal Amazonas,[1] ubicada en San Fernando de Atabapo. Entre los asesinados estuvieron familiares, amigos, empleados y funcionarios del general Pulido.[1] El número de asesinatos es incierto: José Alberto Alcalde contabilizó en 65 las muertes,[3] José Eustasio Rivera escribió que superaban el centenar,[1] mientras que el historiador y exgobernador de Amazonas Bartolomé Tavera-Acosta habló de 130 en su libro Río Negro, reseña etnográfica, histórica y geográfica del Territorio Amazonas.[5] Lina Marcela González Gómez, por su parte, documentó que habían sido más de 400.[5] ConsecuenciasFue uno de los mayores desafíos de la dictadura de Juan Vicente Gómez, ya que Gómez no sólo tuvo que aceptarlo como gobernante de facto, sino que se dirigía a él como «militar decoroso» y «soldado pundonoso y leal», nombrando después como gobernador de Amazonas a un candidato propuesto por Funes: Pérez Briceño.[3] Funes, quien era conocido como el Diablo de Río Negro,[2] cometió durante su gobierno y según sus propios registros, al menos 480 asesinatos,[4][8] y esclavizó habitantes indígenas de la zona, existiendo registros que contabilizan la muerte de unos 2000 habitantes indígenas makiritare por su accionar represivo.[6] El gobierno de facto de Tomás Funes en Amazonas duró siete años[4] hasta su captura por parte de Emilio Arévalo Cedeño, en el cual fue sometido a juicio, condenado a muerte y fusilado a la vista de todos los habitantes.[9][10] En la cultura popularEl escritor Rómulo Gallegos mencionó el hecho en su obra Canaima (1935), donde se le describe como «la noche en que los machetes alumbraron el Vichada».[11] Véase tambiénReferencias
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