Niccolò dell'Arca

Niccolò dell'Arca (c. 1435 - Bolonia, 1494), conocido también como Niccolò d'Antonio d'Apulia o Niccolò da Bari, fue un escultor italiano activo en Bolonia, una de las figuras de la escultura de la Italia septentrional del siglo XV.

Figuras del Llanto sobre Cristo muerto, una de las obras más importantes de Niccolò dell'Arca.

Notas biográficas

En los documentos más antiguos se le encuentra citado como de Apulia, lo que hace pensar en una procedencia meridional (el término Apulia en la época designaba todo el Reino de Nápoles), y tal vez visitara Nápoles (donde habría podido conocer al catalán Guillem Sagrera) o Francia (donde habría podido estar en contacto con las obras del borgoñón Claus Sluter), antes de establecerse en Bolonia hacia 1460. Allí recibió algunos encargos, entre ellos algunos artesones de las ventanas del lado este de la Basílica de San Petronio. Un documento lo menciona en 1462 como arrendatario de un taller en las cercanías de San Petronio y maestro en figuras de terracota.

El Llanto sobre Cristo

Algunas de las figuras que componían el Llanto sobre Cristo muerto

Su obra maestra, el Llanto sobre Cristo muerto, es un trabajo con siete figuras de tamaño natural en terracota con restos de policromía, de la cual no se conoce ni la datación (entre 1463 y 1490) ni la exacta disposición de cada figura. La dramaticidad de algunas de estas piezas es extraordinaria, sin par en la cultura italiana del momento, al menos en las obras conocidas, lo cual ha dirigido la atención hacia las fuentes de las que Niccolò habría bebido: seguramente, la escultura de Borgoña, también el Humanismo gótico del otro lado de los Alpes y la novedad dramática del último Donatello.

Parece que un referente inmediato fueron algunas pinturas perdidas del ferrarés Ercole de' Roberti (llamado Ercole Ferrarese), en la Capilla Garganelli de la Catedral de San Pedro de Bolonia. Esta obra, sin embargo, no tuvo una influencia significativa en la escuela emiliana de la época: su furiosa fuerza expresiva fue rápidamente amortiguada por los difundidísimos llantos del modenense Guido Mazzoni, de tonos más sosegados que miran a la cultura umbro-florentina.

El Arca de Santo Domingo

Arca de Santo Domingo en la Basílica de Santo Domingo en Bolonia.

Sin embargo, la obra gracias a la cual Niccolò alcanzó fama fue la restauración del Arca de Santo Domingo, que le valió el sobrenombre del Arca. Esta atormentada obra, que custodiaba los despojos de santo Domingo de Guzmán en la basílica homónima, había sido comenzada algunas décadas antes por Niccolò Pisano y su taller (en particular Arnolfo di Cambio); luego fue retomada por Niccolò dell'Arca antes de ser completada por algunas figuras del joven Miguel Ángel Buonarroti a principios del siglo XVI. Niccolò se ocupó del cimacio entre 1469 y 1473, en que colocó las estatuas de los Evangelistas, de San Francisco de Asís, Santo Domingo, San Floriano, San Agrícola, San Vital y un Cristo muerto adorado por los ángeles. En este trabajo son perceptibles referencias al renacimiento toscano, con una mayor atención a la fisonomía de los personajes, según el estilo borgoñón.

Otras obras

Otras obras suyas son la Madona de Piazza con niño (1478) para el Palacio de Accursio (donde se notan influencias de Jacopo della Quercia y Verrocchio) y dos bustos de Santo Domingo en terracota (1475-1476), uno de los cuales está en la Basílica de Santo Domingo y el otro en una colección privada.

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