MutatioEn la Roma antigua, una mutatio era una parada o establecimiento en una calzada romana, para descansar y dar servicio a los animales que se utilizan como transporte. Las mutationes eran el lugar para cambiar de caballos y tomar otros de refresco, así como para efectuar las reparaciones necesarias en el vehículo. Estaban localizadas cada 12-18 millas. En estos complejos, el conductor podía adquirir los servicios para ajustar las ruedas, el carro, conseguir las medicinas o un veterinario para sus animales, dar descanso y avituallamiento, o para el cambio de caballerías. Usando estas estaciones y haciendo relevo de carros, el emperador Tiberio recorrió 320 kilómetros en 24 horas para visitar a su hermano Nerón Claudio Druso, que estaba muriendo de gangrena tras caerse de un caballo. Existían cuatro o cinco mutationes por cada mansio.Pueden considerarse el precedente de las posadas, paradores y ventas, y a su vez de los establecimientos en ruta.[1][2][3] Otros tipos de estaciones a lo largo de las calzadas romanas
Véase tambiénReferencias
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